La producción artificial de proteínas humanas podría tener múltiples usos, no solo en investigación para comprobar el uso de ciertas sustancias sobre determinadas proteínas, sino también para recuperar o fabricar proteínas deficitarias en algunos tipos de enfermedades, como aquellas que afectan al sistema inmune.

Pensando en ello, los investigadores del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo empezaron a crear huevos de gallina modificados genéticamente para producir proteínas humanas en su interior. El objetivo inicial era producir proteínas humanas de alta calidad para experimentos e investigación, pero pronto se dieron cuenta de que dichas proteínas tendrían un uso rentable en la fabricación de novedosos medicamentos, como explican en su estudio publicado en BMC Biotechnology.

Actualmente, tanto a nivel de infecciones por determinados virus como para luchar contra algunos tipos de cáncer, se llegan a usar proteínas humanas o al menos imitaciones artificiales de las mismas. De hecho, la ya conocida como inmunoterapia se basa esencialmente en este principio, dado que usa sustancias naturales o imitaciones artificiales para potenciar el sistema inmune, ya sea usando anticuerpos (que esencialmente son proteínas) u otras sustancias.

Los métodos de obtención de estas sustancias pueden llegar a ser complicados. Por ello, el uso de huevos de gallina modificados podría ser más rentable. En este caso, usando un método de purificación simple sería posible recuperar enormes cantidades de proteínas de los huevos, sin producir efectos adversos sobre las gallinas en sí, según los investigadores.

En este caso, se estudiaron dos proteínas en particular, con un papel clave en el sistema inmune y con gran potencial terapéutico: la IFNalpha2a y el macrófago-CSF. La primera ha demostrado potenciales efectos anticancerígenos y antivirales, mientras que la segunda se utiliza en la actualidad para estimular el crecimiento y reparación de tejidos dañados.

Según los mismos investigadores, con tan solo tres huevos podría producirse una dosis significativa de fármacos, algo altamente rentable teniendo en cuenta que una gallina puede poner hasta 300 huevos al año, disminuyendo así el coste de la fabricación de este tipo de fármacos.

Por el momento, como señala la investigadora principal, Helen Sang, no se están produciendo fármacos para seres humanos con este método, pero sí sugiere que sería comercialmente viable tanto en estas dos proteínas estudiadas como en muchas otras.

Cabe recordar, por otro lado, que hoy en día ya se usan huevos para cultivar virus para la fabricación de vacunas, como es el caso de la vacuna de la gripe. En este caso, el enfoque para el uso de huevos es un poco más específico, ya que se precisa codificar las proteínas en el mismo ADN del futuro polluelo.

Para la producción de proteínas artificiales, actualmente se usan técnicas que precisan del cultivo de células de mamíferos, un método costoso y de rendimiento escaso. Otros métodos conocidos, aunque mejores, son mucho más caros por la necesidad de complejos sistemas de purificación para obtener las proteínas, algo que no ocurriría con los huevos de gallina modificados.

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