El control de las búsquedas realizadas por los usuarios de Internet es uno de los temas más controvertidos que han surgido desde que nos hemos visto inmersos en la era digital. Por un lado, ayuda a detectar comportamientos sospechosos en cualquier parte del mundo, pero por el otro, coarta la intimidad y las libertades personales de los usuarios de la red.

Por esto, el nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Duke en colaboración con Microsoft, ha despertado una división de opiniones de lo más extrema. Gracias a la monitorización de las búsquedas de los usuarios de la plataforma Bing han logrado desarrollar un algoritmo que podría diagnosticar trastornos neurodegenerativos en fases tempranas, con tasas muy bajas de falsos positivos.

Es una gran noticia, sin duda, pero ninguno de los pacientes cuyos comportamientos fueron analizados había sido avisado. De cualquier modo, los autores del estudio, que ha sido publicado en NPJ Digital Medicine, se escudan en que no se han publicado datos personales de ninguno de ellos y que todos han permanecido en el anonimato.

Diagnósticos a distancia

Para la realización de este estudio, los investigadores analizaron las búsquedas de 31,3 millones de usuarios de Bing, realizadas durante 18 meses, entre septiembre de 2015 y febrero de 2017, ambos incluidos.

Concretamente, su atención se centró en cuatro factores que podían vincularse a las enfermedades neurodegenerativas: las búsquedas relacionadas con los síntomas de estas enfermedades, los movimientos torpes y temblorosos con el cursor, las búsquedas y los clicks repetitivos, y las búsquedas que pudieran relacionarse con factores de riesgo como una edad avanzada o la exposición a toxinas.

Todos estos datos se recopilan de forma rutinaria para mejorar la precisión de las búsquedas y están permitidos por las condiciones de servicio de Bing.

De toda esa maraña de datos se extrajeron 700 casos concretos, cuyos términos de búsqueda sugerían un diagnóstico reciente de la enfermedad. Por ejemplo, la introducción de frases como “recién diagnosticado con párkinson”. Aquellos cuyos datos sugerían que habían realizado la búsqueda para otra persona fueron excluidos del estudio.

Finalmente, se utilizó un algoritmo que relacionaba los cuatro factores antes mencionados con la presencia de la enfermedad y se compararon con estos 700 casos.

La sensibilidad obtenida en la detección de la Enfermedad de Parkinson a través de estos factores fue de un 94.2%, un 83’1%, un 42% y un 34,6%, todos ellos resultados muy prometedores. Además, también se redujo notablemente la presencia de falsos positivos, en comparación con otros métodos tradicionales.

Estos falsos positivos son muy comunes, ya que las etapas más tempranas del párkinson muestran síntomas similares a los de otros trastornos benignos, de modo que a menudo se producen diagnósticos erróneos.

El debate está servido

Aunque el desarrollo de un método que permita el diagnóstico de las enfermedades neurodegenerativas es vital para ralentizar su progresión, las técnicas utilizadas por estos investigadores han sido bastante criticadas.

Algunos críticos temen que en un futuro las empresas puedan abusar de la información en materia de salud que se puede extraer de algo tan cotidiano como las búsquedas en Internet de una persona.

Lo que está claro es que los resultados obtenidos podrían ser un gran paso en la batalla contra las enfermedades neurodegenerativas, por lo que vale la pena seguir investigando al respecto. Eso sí, esta vez con usuarios informados.

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