Este domingo, un día antes de lo previsto, terminó la visita a España del presidente que a todo científico le gustaría tener. Tras ocho años de mandato, Barack Obama deja entre los investigadores una opinión muy favorable, en contraste con la etapa anterior y, probablemente, con lo que pueda venir.

Cuando se hable del legado del primer presidente negro de Estados Unidos muchos se acordarán de Cuba, de Irán o de la reforma sanitaria, pero la comunidad científica pensará en el líder que instó al mundo a combatir el cambio climático y que lanzó ambiciosos programas de investigación.

La propia Administración Obama calificó como su gran apuesta científica el proyecto BRAIN, una iniciativa que pretende mapear la actividad cerebral y, a largo plazo, dar respuesta a enfermedades como el alzhéimer. El proyecto está liderado por el español Rafael Yuste, para quien el mandato de Obama ha supuesto "un cambio enorme después de la Administración Bush, que estaba obcecada por una religiosidad exagerada y que veía a la ciencia con sospechas y desprecio", afirma en declaraciones a EL ESPAÑOL.

"Los presupuestos han vuelto más o menos a la normalidad después de estar varios años estancados o en declive, pero lo más importante es la inyección moral a las tropas; Obama ha dicho muchas veces que admira la ciencia", destaca.

El consultor de comunicación política Xavier Peytibi es autor de una web que recopila discursos de líderes políticos y puede corroborar esa afirmación. "Obama siempre cita la palabra ciencia, a veces se explaya y otras sólo la cita, pero es mucho más de lo que hacían anteriores presidentes", subraya. En su opinión, "busca crear la percepción de un gobierno sabio, de los mejores, de los que más saben de las cosas, y no de funcionarios".

La ciencia tiene presencia en el gobierno "porque es importante, porque es racional"

El mensaje es que la ciencia tiene presencia en el gobierno "porque es importante, porque es racional y a través de ella se pueden tomar decisiones que podrán cambiar la vida de la gente". De hecho, el presidente ha creado nuevos puestos relacionados con la ciencia en su gabinete y la Casa Blanca presume de éxitos en este terreno.

Proyectar esta imagen está muy relacionado con el relato sobre el porvenir. Junto a la primera dama, el presidente insiste a menudo en que tiene en cuenta a jóvenes y niños y en que pretende dejar un mundo mejor a las próximas generaciones.

En ese contexto surgió al comienzo de su mandato la iniciativa de organizar ferias de ciencia en la Casa Blanca, a las que se invita a decenas de los niños más brillantes del país, una cita anual que en su última edición, el pasado mes de abril, presentó ideas como un test para detectar el ébola y una prótesis más funcional para veteranos de guerra. "Que haya unido tanto a la ciencia con los niños es un guiño al futuro", apunta Peytibi.

Un divulgador de la ciencia

En su opinión, "probablemente, ha sido el presidente que más ha hecho por la ciencia en la historia norteamericana, no tanto ya para desarrollarla, que ya se verá en el futuro, como para difundirla en el país", comenta. El momento tecnológico ha sido clave para lograrlo: las redes sociales, los vídeos y "la difusión exponencial de cualquier contenido creado en la Casa Blanca" lo han hecho posible.

A pesar de todo, si el compromiso con la ciencia no ha estado en el foco de la actualidad, se debe a una cuestión política: "Su eje científico no ha sido atacado por la oposición, por esto también ha lucido menos", asegura el experto en comunicación política.

Desafíos históricos

Rafael Yuste, desde su experiencia en la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología, la oficina que asesora al presidente en estos asuntos, cree que el compromiso con la ciencia de la actual Administración va mucho más allá de las batallas políticas coyunturales. "He comprobado que piensan de una manera histórica y se plantean desafíos para toda la humanidad, no creo que haya muchos países donde esto ocurra. Obama está en la tradición de los mejores presidentes de Estados Unidos en ese sentido, como Kennedy, con el reto de poner un hombre en la Luna", apunta.

Precisamente, cuando el líder americano presentó junto a Yuste el proyecto BRAIN dio a entender algo muy similar: "Hoy podemos identificar una galaxia a años luz o estudiar partículas más pequeñas que el átomo pero todavía no hemos desvelado el misterio de las tres libras [1,3 kilos] de materia que tenemos entre las orejas", afirmó.

En su segundo año de andadura, esta iniciativa financia el trabajo de 140 laboratorios, incluso a una docena de ellos en el extranjero, "pero acaba de empezar, hay por delante 12 años de trabajo duro para lograr diseñar nuevas técnicas de medición y control de la actividad cerebral que nos permitan a los científicos y a los clínicos en un futuro no muy lejano entender por fin cómo funciona el cerebro y poder atacar con conocimiento de causa las enfermedades mentales y neurológicas", comenta el científico español.

Donald Trump es un candidato que ignora la evidencia científica y ni siquiera cree en el cambio climático

A pesar del largo plazo y de que el presidente que le ha respaldado está contando los meses para abandonar su puesto, Yuste no teme por el futuro. "BRAIN está siendo respaldado por los dos partidos. He hablado personalmente con representantes republicanos en el Congreso y en el Senado y he recibido su apoyo", asegura. De hecho, en los últimos presupuestos el Congreso, con mayoría republicana, aumentó una partida para este proyecto "¡Aunque no se lo habían pedido!", destaca el investigador, "eso no ocurre nunca".

Cambio climático

Otro de los españoles con mayor influencia en la política científica estadounidense no es tan optimista ante la próxima cita electoral. "Hay mucho en juego el 8 de noviembre de este año", declara Juan Verde, que en 2009 fue nombrado por Obama subsecretario adjunto para Europa y Eurasia del Departamento de Comercio de Estados Unidos, un puesto desde el que impulsó la inversión en energías limpias.

Implicado en la campaña de Hillary Clinton a la presidencia, no duda en afirmar que el republicano Donald Trump es "un candidato que ignora la evidencia científica y ni siquiera cree en el cambio climático". Por el contrario, Obama "ha marcado un antes y un después en el despliegue y desarrollo de las renovables en Estados Unidos, se ha invertido más en estos últimos ocho años que en todas las etapas anteriores".

El principal legado en la lucha contra el cambio climático fue el papel de Estados Unidos en la cumbre de París de diciembre de 2015

Aparte de las cifras –Juan Verde destaca que la energía solar y la eólica han pasado de generar el 7 al 12% de la electricidad del país-, el principal legado en la lucha contra el cambio climático fue el papel de Estados Unidos en la cumbre de París de diciembre de 2015. "Propuso un plan ambicioso para el mundo entero y metió presión para que otros países lo aceptaran. Esto marca el principio de una nueva era hacia un nuevo modelo económico mundial que se basa en la sostenibilidad", asegura.

A pesar de todo, "no se ha hecho lo suficiente, si le preguntas a Obama estoy seguro que te diría que ni de lejos ha alcanzado sus objetivos" ante un Congreso hostil, liderado por un Partido Republicano que "ha intentado frenar lo que hoy en día es una inercia imparable".

Visita a España

Parece quedar ya muy lejos la época inmediatamente anterior a la crisis en la que se hablaba de España como un modelo para el desarrollo de las renovables en Estados Unidos, quizá el único y efímero momento en el que los españoles pudieron ir por delante en algún aspecto relacionado con ciencia y tecnología. ¿Surgirá este tema en las conversaciones entre Obama y los líderes políticos españoles?

"Conociendo al presidente Obama, dudo que le diga a ningún otro líder político lo que debe hacer en su propio país", señala Juan Verde, "pero sí creo que compartirá con ellos cuál ha sido su experiencia y les comentará que se requiere una gran dosis de valentía y voluntad política para llevar a cabo esos cambios tan difíciles y necesarios. En mitad de la peor crisis económica que se había vivido en 70 años, ha llevado a cabo la mayor inversión en I+D+i en su historia".

También Rafael Yuste desearía que su país natal pensara en términos más ambiciosos y copiase algunos aspectos de Obama: "España es una de las grandes naciones del planeta y debiéramos abrir camino en los desafíos científicos a nivel mundial". 

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