J. Rodríguez
Publicada

Las claves

Todos imaginamos vidas alternativas en las que podríamos ser algo más felices, pero casi siempre cometemos el mismo error. Nos imaginamos sonrientes, tranquilos y con todas nuestras necesidades cubiertas, y cuanto antes nos quitemos esa idea, mejor.

El sufrimiento es inevitable en la vida y nuestro deseo de escapar de él a toda costa es muy probablemente lo que más nos aleja de la felicidad. Uno de los grandes sufrimientos de la sociedad actual es la ansiedad, una sensación de la que siempre queremos escapar.

La ansiedad no siempre se manifiesta igual en todas las personas. Algunos pueden sentir que les falta el aire o que el corazón se les pone a mil por hora, otros pierden la capacidad de concentrarse y tensan todos sus músculos. Es normal querer hacerla desaparecer.

Sin embargo, la ansiedad suele tener una misión, suele ser un grito de tu cerebro para que te alejes de algo que te está dañando. Visto de esta manera, la ansiedad —cuando no hay un trastorno de salud mental— es una señal del organismo que merece la pena atender.

Así lo explica en un vídeo para sus redes sociales el psiquiatra Daniel Amen, que es toda una celebridad en Estados Unidos. La ansiedad, para este experto, es un mecanismo de nuestro cerebro que no siempre entendemos bien. Le ha pasado hasta a él mismo.

"Una de las mentiras de la felicidad es la frase 'don’t worry, be happy'", explica Amen. Esta frase, que en español se traduce por 'no te preocupes, sé feliz', ha dado la vuelta al mundo a través de canciones o estampada en tazas, camisetas o láminas para decorar la casa.

Pero, ¿y si la preocupación, la ansiedad, fuera necesaria para vivir una vida feliz? Eso es, precisamente, lo que explica este famoso psiquiatra en su intervención. "Necesitas un poco de ansiedad para hacer lo correcto", explica Amen en sus redes sociales.

Longevidad y preocupación

"Hacer las cosas correctas de una manera constante te ayuda a ser feliz", añade este experto. "Y, como psiquiatra, siempre pensé que mi trabajo era reducir la ansiedad de mis pacientes. Eso sí que es cierto para muchos de mis pacientes, pero no para todos".

El psiquiatra suelta una carcajada al admitir que "en otros pacientes necesito que aumente su ansiedad". Quizás estos pacientes necesitan para ser felices preocuparse por el camino que están tomando y reflexionar acerca de ello a pesar de que genere malestar en ellos.

De hecho, no es la primera vez que Amen habla en contra de la mentalidad don’t worry, be happy. Tal y como explica este artículo de EL ESPAÑOL, este psiquiatra ha contado que las personas despreocupadas tienen una esperanza de vida más corta.

Y esto se debe a que son más tendentes a morir en accidentes o a causa de enfermedades prevenibles. "Las personas que dicen ‘don’t worry, be happy’ son como mi hermano. Lo quiero mucho, pero tiene 70 kilogramos de sobrepeso y, simplemente, le da igual". 

"Es esa actitud indiferente que no se toma las cosas en serio la que puede matar prematuramente", señala Amen. Precisamente, la idea de que quienes más viven son también los que menos prestan atención a su salud es errónea.

Preocuparse y vivir con algo de ansiedad es completamente normal e, incluso, puede resultar útil para prestar más atención a nuestra salud y a las decisiones de nuestra vida sobre las que se sostiene la felicidad.