J. Rodríguez
Publicada

Las claves

"Se puede vivir de muchas maneras y ser feliz en cada una de ellas. Todo eso es un aprendizaje". Así explica la filósofa, catedrática emérita de la Universidad de Barcelona y ex senadora en las Cortes Generales Victoria Camps qué es la felicidad para ella.

Es decir, para ella la felicidad es algo muy personal y, por lo tanto, no existe un solo camino para alcanzarla, como en muchas ocasiones pensamos. No todos hallaremos, por tanto, la felicidad en los mismos objetivos, como un importante puesto de trabajo o un matrimonio.

Cada persona y su contexto es único y, por eso, Camps propone que la felicidad debe ser el resultado del trabajo sostenido durante años, de las correcciones que hacemos a lo largo de la vida, según vamos cambiando. Las cosas que nos hacen felices cambian con el tiempo.

Y, por supuesto, en el transcurso de la vida también nos tropezamos con el sufrimiento, que es inevitable. Camps, en este sentido, rechaza cualquier idea sobre la felicidad que incluya la ausencia del dolor: la vida estará atravesada por las frustraciones y las pérdidas.

Por esta razón, Camps propone cambiar el significado que le hemos dado a la felicidad. "La felicidad habría que definirla como el mantener las ganas de vivir, pese a todo, porque en la vida hay muchas limitaciones, muchas contingencias, muchas frustraciones", explica.

Perseguir la felicidad desde esta perspectiva permite hacerlo desde un punto de vista más realista. Camps acepta, de esta manera, que se enfrentará a los sinsabores de la vida en todas sus etapas, pero que, a pesar de ello, la felicidad es posible de obtener.

La felicidad no es incompatible, por lo tanto, con las etapas de sufrimiento o malestar, sólo es necesario cultivar las ganas de vivir. Convertirnos en personas resilientes, es decir, con la capacidad de adaptarnos al toparnos con la adversidad y mantener la positividad.

Cultura y felicidad

"Saber superar esas adversidades y mantener el deseo de vivir", resume Camps. "Parece que buscamos la fórmula o la píldora que nos dé la felicidad. Y no se trata de eso, porque esa vida buena en que consiste la felicidad es un esfuerzo constante del individuo".

Camps dice que "la felicidad se la tiene que construir cada uno", pero también podemos encontrar en otras personas que ya han vivido un referente sobre el que construir nuestro camino. Esta filósofa nombra a la escuela de los estoicos como un buen ejemplo.

"Hacen una filosofía orientada a un programa de vida teniendo en cuenta que hay cosas que ocurren que no dependen de nosotros, por ejemplo, la muerte. Por lo tanto, hay que despreocuparse de todo aquello que nosotros no podemos modificar del todo", explica.

Si bien es cierto que no podemos controlar aspectos como nuestra muerte, la filósofa sí que dice que tenemos margen de acción. Por ejemplo, podemos modificar el riesgo de enfermar o de morir a causa de ciertas enfermedades gracias a los hábitos saludables.

"La felicidad es un esfuerzo continuo del individuo. Saber distinguir lo que vale la pena, lo que no vale la pena, lo que merece un esfuerzo, lo que no merece un esfuerzo, lo que merece una lágrima, lo que no merece una lágrima", describe esta experta.

"Convertir las emociones en sentimientos que deben ser cultivados o que no, y en qué ocasiones hacerlo o no. Todo eso son lecciones que han dado los filósofos de una manera o de otra", cuenta Camps como resumen del arte de alcanzar la felicidad.

En esta búsqueda, la experta sostiene que la cultura es "un recurso fundamental" porque a través de la lectura, la música y las demás artes propone buscarse a uno mismo. "Esa es para mí la verdadera autoayuda", señala Camps.