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Las claves

Entre un 20-40% de los médicos en España confiesa que no volvería a estudiar Medicina si pudiera elegir de nuevo, y no son pocos los menores de 55 años que se plantean emigrar o incluso abandonar totalmente la profesión. Si miramos de cerca una especialidad en particular, la Atención Primaria, estos datos llegan a ser más desgarradores si cabe.

El cirujano Álvaro García-Sesma, especializado en cáncer y trasplantes, ha compartido su opinión respecto a esta problemática en base a su experiencia personal. Ha llegado muy lejos en su profesión, explica, pero ninguno de sus hijos estaría dispuesto a seguir sus pasos tras ver el sacrificio que precisa.

"Tengo cuatro hijos y ninguno de ellos va a estudiar o ejercer la medicina [...]. Tengo 52 años, soy cirujano. Si mi especialidad fuera una pirámide, yo estaría en la parte de arriba de la pirámide. Soy cirujano de cáncer, cirujano de trasplante".

"Tengo una plaza fija en uno de los hospitales más importantes de la sanidad pública del país. Estoy teóricamente arriba de la pirámide, como digo, y sin embargo, ninguno de mis hijos quiere dedicarse a la medicina", prosigue.

"Necesitamos médicos, necesitamos cirujanos, necesitamos médicos de todas las especialidades que estén dispuestos a hacer el sacrificio de estudiar muchos años, de pasar noches sin dormir por estudiar, de renunciar al ocio, renunciar a vacaciones, renunciar a muchas cosas para poder conseguir ser médicos", advierte García-Sesma.

"Y luego tienen que seguir renunciando a cosas durante el ejercicio de la profesión. Necesitamos médicos, pero la sociedad creo que tiene que cuidar a los médicos si merece tenerlos", concluye.

El caso del autor

Yo mismo soy médico de atención primaria y desde hace unos meses jefe de mi servicio. Tras más de 10 años ejerciendo la profesión, comprendo y comparto las preocupaciones de este cirujano. Si no hacemos nada, el problema será peor.

Roberto Méndez, médico de Atención Primaria.

Estudiar Medicina implica una media de 10 a 12 años de estudio. 6 años de carrera, mínimo un año de estudio para el MIR, y 4-5 años de especialidad médica o MIR dependiendo de la que elijamos. En el caso de la atención primaria son 4 años, pero en el caso de algunas especialidades hospitalarias y cirugías, son hasta 5 años en total.

De media, se calcula que formar un médico en España cuesta entre 150.000 y 250.000 euros por profesional, y nuestro país no ha sabido gestionar que gran parte de estos profesionales sigan ejerciendo su profesión aquí. No existe una estabilización laboral como tal hasta cumplir los 35-40 años de media. Existen profesionales que jamás logran un contrato fijo al uso.

Se calcula que el burnout médico afecta al 40-60% de profesionales, siendo esta prevalencia superior dependiendo de la especialidad. Según un informe de la Organización Médica Colegial, "más del 90% de los médicos jóvenes experimenta algún síntoma de burnout".

El problema de todos estos datos, además de la evidente falta de calidad de vida de los profesionales, es que acaba afectando a la calidad asistencial. El burnout médico se asocia con mayor riesgo de errores clínicos, menor empatía y mayor falta de comunicación durante el ejercicio médico.

Si, además, nos fijamos en la Atención Primaria en especial, durante los últimos años todo ha ido a peor: cupos sobredimensionados, burocracia excesiva, agendas con consultas no-médicas que siempre acaba resolviendo el profesional de medicina familiar y comunitaria, sensación de abandono por parte de las gerencias hospitalarias y por parte de los servicios autonómicos de salud, y un claro desgaste psicológico y emocional generalizado.

Como es evidente, teniendo en cuenta todos estos datos, no son pocos los que evitan llevar a cabo este trabajo, y evitan más si cabe la Atención Primaria como tal. La vocación no es ilimitada y no puede usarse como excusa para todo.

Sin una protección institucional, un tiempo real para formarse y atender a cada paciente, y un adecuado reconocimiento profesional y social, estamos abocados a una crisis generacional en la medicina que no parece tener una solución a corto y medio plazo. El sacrificio no puede ni debe ser estructural, crónico y no reconocido. Si no cuidamos a los médicos ahora, no tendremos médicos en el futuro.