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Las claves

Si la crisis de la gripe aviar en las granjas parece empezar a controlarse tras el confinamiento de las aves de corral, la sorpresa ha saltado esta semana cuando el Ministerio de Agricultura comunicó que se había detectado el primer mamífero salvaje infectado en nuestro país.

Se trata de un zorro hallado muerto cerca de la laguna de Gallocanta, entre Teruel y Zaragoza, donde se habían notificado casos de aves silvestres infectadas.

Solo en 2022, la gripe aviar H5N1 había infectado mamíferos, en un brote detectado en una granja de visones. Después de aquello, la situación en nuestro país era tranquila. Hasta ahora.

Con más de tres millones de aves sacrificadas, España ya no queda fuera de la tendencia general de esta cepa de H5N1 apellidada 2.3.4.4b, que fue detectada por primera vez en 2020 y que ha arrasado gran parte del mundo.

Se calcula que más de 380 especies de aves y casi medio centenar de mamíferos son vulnerables al virus, que ha diezmado poblaciones enteras de especies tan distintas como un pelícano y un león marino.

Por eso, Natàlia Majó, jefa de programa de Sanidad Animal del IRTA-CReSA y profesora de veterinaria de la Universitat Autònoma de Barcelona, que lleva más de dos décadas investigando el virus, cree que estamos ante la especie más dañina conocida.

"Puede llegar a poner en peligro hasta a la biodiversidad", afirma a EL ESPAÑOL sin ningún tipo de tremendismo.

La principal hipótesis de este salto cualitativo que estamos viendo en la gripe aviar es que ha habido un cambio en los virus que circulaban en las aves silvestres.

Si antes eran de baja patogenicidad (se hacían más virulentos al entrar en las granjas, donde tenían más posibilidades de transmitirse y, por tanto, de mutar hacia variantes más letales), ahora los que circulan son de alta patogenicidad.

Majó no se atreve a predecir qué pasará en los próximos meses o años. Podría ser que los animales vayan adquiriendo inmunidad o que el virus mute hacia variantes más transmisibles y menos letales. Podría ser que no.

La buena noticia es que todavía no se ha producido transmisión del virus entre humanos. Los cerdos (la especie intermedia que ha posibilitado ese salto en anteriores ocasiones) parecen mostrarse resistentes al virus.

Es la primera vez que se detecta gripe aviar en un mamífero salvaje en España. ¿Qué nos dice esto?

Este es un hecho que ya ha ocurrido en otros países europeos, carnívoros silvestres que, a través del consumo de aves muertas o el contacto directo con cadáveres, se pueden contagiar.

Lo que nos indica es que el virus está circulando de forma bastante importante en el medio natural, llegando a través de aves migratorias. De hecho, en la laguna cercana a donde se ha encontrado el zorro ya hubo una mortalidad importante en las grullas.

¿Qué ha pasado en los últimos años para que haya habido esta explosión de casos en aves y mamíferos?

Estamos ante un virus, H5N1 cepa 2.3.4.4b, que tiene unas características que hacen que se transmita muy fácilmente entre las aves silvestres y provoca mortalidad en este tipo de aves. Otras cepas no causan esa mortalidad.

Además, es una cepa que se ha extendido muchísimo a nivel geográfico… Ninguna cepa había llegado anteriormente a la Antártida, y se detectó el año pasado allí. Está en todo el continente americano, aparte de Asia, África y Europa… Tiene una transmisibilidad muy elevada.

Esto, y la capacidad de infectar aves y mamíferos, la hace una cepa distinta a lo que habíamos visto en otros periodos anteriores.

Como investigadora que lleva mucho tiempo vigilando este virus, ¿cómo veía la situación en España? Salvo 2022, nuestro país no parecía tan afectado como otros de nuestro entorno, especialmente del centro y norte de Europa.

La temporada pasada fue mucho más tranquila, Francia vacunó la producción de patos y, seguramente, el gran volumen de aves silvestres aún tenía anticuerpos de la temporada anterior, de la 2022-2023, que fue la más fuerte hasta el momento.

Ahora podría ser que estas defensas hubieran disminuido y vuelto a haber una circulación mayor de virus en el entorno de aves silvestres migratorias.

Hay un mayor número de aves infectadas, sobre todo en el norte de Europa, que migran en el otoño-invierno al sur y África, y es cuando vemos los casos a nivel español.

Esta es una de las hipótesis que se barajan: el año pasado fue más tranquilo porque las aves tenían una cierta inmunidad por la temporada anterior; esta inmunidad ha disminuido y vuelve a haber reinfección de estas aves por la cepa H5N1.

¿Qué podemos esperar en los próximos meses?

Creo que podemos seguir viendo algunos casos en aves silvestres hasta que acabe la época migratoria, y a lo mejor en algún carnívoro se puede dar puntualmente. Esperemos que en granja no haya ninguna infección, se están tomando las medidas para incrementar su bioseguridad y vamos a ver si podemos evitar que vuelva a entrar.

Hace 20 años, los virus que de la gripe aviar en animales silvestres eran de muy baja patogenicidad, muy poco virulentos. Cuando entraban en las granjas sí que mutaban y podías tener allí brotes de alta patogenicidad.

Pero ahora tenemos virus de alta patogenicidad en las aves silvestres, con lo que el contacto directo es inmediato.

¿Puede desarrollarlo?

Clásicamente, desde que la influenza aviar se descubrió a finales del s. XIX, había dos grupos de virus: unos de baja patogenicidad y otros de alta patogenicidad. Eran dos grupos muy separados.

En las aves silvestres encontrábamos virus de baja patogenicidad. Podían tener estos virus y ni se enteraban: no había sintomatología asociada y pasaban la infección sin mortalidad ni nada.

Si un ave silvestre entraba en contacto con aves de granja, al circular el virus de baja patogenicidad en las aves de granja, adquiría mutaciones que, esporádicamente, podían llevar a que ese virus se transformara en uno de alta patogenicidad.

Porque se transmitía a más aves y, por tanto, había más posibilidades de mutación.

Y un virus inocuo se podría transformar en uno que provocaba el 100% de mortalidad en la granja. De un virus de baja patogenicidad, que se replica pero no le hace nada a las aves, al saltar a las de granja y replicarse en un sitio con una elevada densidad de animales, podía adquirir estas mutaciones que lo transformaban en un virus muy letal.

Es lo que ocurría clásicamente, lo que encontrabas en los libros sobre gripe aviar.

¿Qué ha pasado en los últimos años? Que H5N1 es una cepa de alta patogenicidad (muy virulenta, muy letal) que ya encontramos en las aves silvestres. Se ha adaptado a ellas y les causa mortalidad, con lo que ya no hace falta el paso de las mutaciones: cuando salta a las aves de granja ya provoca una mortalidad del 100% en pocos días.

Lo que ha cambiado es que las cepas de alta virulencia, ahora, están circulando libremente.

Correcto. Ha cambiado el paradigma de los virus en aves silvestres. Antes solo teníamos cepas de baja virulencia y ahora también tenemos cepas de alta virulencia, con lo cual es muy fácil, cuando un ave está en contacto con una gallina ponedora, que se lo pueda transmitir directamente. No hace falta que el virus mute, ya es muy letal.

¿Estamos, entonces, ante el virus más dañino que podamos haber conocido?

Yo creo que sí. No habíamos visto anteriormente ningún virus con esta capacidad de expansión geográfica y con el rango de animales que puede infectar. Ningún virus de gripe aviar ha podido infectar a zorros, a vacas, leones marinos… Es algo nuevo.

Ha diezmado a poblaciones enteras de distintas especies.

Exacto. Es un peligro hasta para la biodiversidad, ha habido especies en las que ha habido una mortalidad muy alta.

¿Qué podemos esperar? ¿Estamos ante un escenario nunca visto antes?

Exacto, nunca habíamos visto algo así. No sabemos cómo va a acabar esto, los virus van evolucionando: por ejemplo, antes, un virus de gripe aviar que infectara a vacas nos parecía una cosa muy rara, ha pasado ya en EEUU.

No podemos prever lo que pasará en los próximos años. Puede ser que incremente su transmisibilidad pero reduzca su letalidad (en las vacas no es mortal)... o no. No lo sabemos.

Lo que tenemos que hacer es estar vigilantes y, si podemos evitar que se adapte a nuevas especies, mejor. En el medio natural es muy difícil, pero al menos en lo que respecta a granjas y seres humanos, intentar evitarlo al máximo.

El gran miedo es que el virus se extienda a los cerdos, donde podría dar el salto a humanos.

Con esta cepa, por suerte, los cerdos son bastante resistentes. A día de hoy no se infectan o se infectan muy poco. Esta es una buena noticia.

Pero, como son virus que están en una constante evolución, no sabemos lo que puede ocurrir dentro de un tiempo. Hay que estar vigilantes y colaborar compartiendo información.

Francia vacunó a patos y fue una medida eficaz, pero la vacunación en aves de corral siempre ha sido polémica.

La vacunación es una herramienta que está ahí. Depende de cómo evolucione, deberíamos tenerla en cuenta. Cuando entra un virus de este tipo a una granja tienes que sacrificar a todas las aves, en España ya van millones.

Creo que cualquier herramienta disponible tenemos que contemplarla, pero siempre de una forma acotada. Por ejemplo, como hizo Francia, a un tipo de producción y durante un tiempo determinado. Pero, según como evolucione la situación, es algo que está sobre la mesa y debe pensarse.

Con la crisis actual han comenzado a surgir los primeros negacionistas de la gripe aviar. Como alguien que lleva muchos años investigando sobre ella, ¿cómo ve este incipiente negacionismo?

La evidencia científica es tan tremendamente clara en este sentido que no me cabe la menor duda [de que existe].

Yo lo veo en vivo y en directo, nosotras llevamos mucho tiempo haciendo infecciones experimentales para estudiar cómo el virus se transmite, se disemina por el cuerpo de las aves, los órganos que afecta, etc. Es tan claro que no me cabe en la cabeza que alguien dude.

Los patógenos existen y lo que debemos hacer es controlarlos e intentar prevenirlos. Negarlo no solucionará el problema.