El desayuno ha cambiado por completo en España en los últimos años. Las galletas, los bollos de diversos tipos y los zumos han sido los reyes de esta comida durante décadas, pero ahora los expertos recomiendan evitarlos por nuestra propia salud.
La razón es que todos estos productos tienen un alto contenido de azúcares libres. Antes pensábamos que esto era lo ideal para la primera comida del día, pero no es así. Lo que nuestro organismo necesita es una combinación de nutrientes saludables.
Cuando comemos galletas, bollos o zumos, el azúcar entra en nuestro organismo y rápidamente se absorbe en el torrente sanguíneo. Es decir, tiene un altísimo índice glucémico. Este tipo de alimentos se relacionan con varios problemas de salud.
Entre ellos, una probabilidad más alta de engordar porque provocan sensación de hambre al poco tiempo —nada saciantes—, también cansancio y, por supuesto, un mayor riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2 si abusamos de ellos.
Los carbohidratos son nutrientes saludables, siempre y cuando consumamos aquellos que son complejos: cereales integrales, legumbres, frutas, verduras o frutos secos. Es decir, alimentos que conservan la fibra y que permiten que la energía se libere poco a poco.
En cualquier caso, los carbohidratos no deberían ser el nutriente imperante en nuestro desayuno, sino que deberían tener un espacio también las proteínas y las grasas saludables. Por eso, algunos alimentos menos convencionales cobran importancia.
El aguacate, los huevos o el jamón ibérico son alimentos, por tanto, más interesantes a la hora de desayunar porque son ricos en todos esos nutrientes tan importantes. Por suerte, estos alimentos nos resultan agradables para el desayuno a los españoles.
Desayuno controvertido
Pero existen otros que, a pesar de ser opciones ideales, rechazamos por completo. Entre ellos, se encuentran las legumbres o los pescados. Estos alimentos los consideramos más propios de otras horas del día, como la comida y la cena.
Sin embargo, son opciones baratas y, sobre todo, saludables que pueden dar lugar a desayunos muy interesantes desde el punto de vista nutricional y de salud. Las latas de sardinas, en este sentido, se pueden convertir en grandes aliadas del desayuno.
Estas latas tienen un bajo precio, pero vienen cargadas de nutrientes muy saludables. ¿Los más interesantes? Sin duda, el perfil de sus proteínas y de sus grasas. Las podemos poner en una tostada de pan integral y acompañadas de tomate y un chorrito de aceite de oliva.
Las sardinas de lata tienen más de un 20% de proteínas de alta calidad. Esto se debe a que contienen todos los aminoácidos esenciales, es decir, aquellos que sólo pueden obtenerse a través de la alimentación porque el propio organismo no los produce.
Se trata, por tanto, de un desayuno muy interesante si haces ejercicio, pero también para cualquier persona porque se trata de una fuente de proteínas saludable. Y esto se debe a que la proteína se acompaña de un perfil de grasas muy saludable.
Las sardinas son ricas en ácidos grasos insaturados, es decir, aquellos que ayudan a mantener a raya los valores de colesterol en la sangre. Favorecen el colesterol HDL, que también se conoce como colesterol bueno, y reducen el colesterol LDL, el malo.
Abrirnos a este pescado a primera hora de la mañana puede marcar un interesante cambio para nuestra salud. Mientras que el azúcar puede favorecer la aparición de enfermedades metabólicas y cardiovasculares, las sardinas son conocidas por proteger el corazón.
