El modista Lorenzo Caprile protagonizó uno de los cambios físicos más comentados en la moda española: llegó a perder más de 40 kilos y, lo más difícil, se ha mantenido con los años.
El propio Caprile explicó que el punto de partida fue claro: ponerse en manos de un profesional. "Voy a un médico que tengo al lado del taller… Me he esforzado mucho para perder tanto peso", contó cuando algunos le asociaban a dietas milagro.
En sus inicios de adelgazamiento (2012), la crónica social ya subrayaba el cambio y el plan ordenado: "Se ha puesto en manos de un dietista" y "ha perdido más de 40 kilos en un año". No hubo improvisación: hubo seguimiento y un objetivo de salud.
El modista de 58 años ha contado sin rodeos que adelgazó con el método PronoKal. Y no lo maquilla: "Es muy aburrido, porque se trata de alimentarte con cinco o seis batidos al día… Se reduce mucho la vida social. No vas a ir a cenar a casa de alguien con los batidos".
El propio Caprile no oculta las dificultades: "Me costó mucho perder esos casi 50 kg hace unos diez años. He sido un gordito con sus luces y sus sombras prácticamente toda mi vida y soy consciente de que un kilo menos es un año más de vida".
El resultado le funcionó, pero la experiencia fue monótona y exigente: "A mí me ha resultado muy efectivo… Con estricto control médico".
Años después, el diseñador de 58 años resumía el aprendizaje: "Desde que seguí el Método PronoKal, que cambió mi vida, cuido mi alimentación y procuro hacer ejercicio de forma regular para mantenerme saludable".
Es decir, más allá de la fase estricta, el mantenimiento depende de hábitos que se puedan sostener.
Caprile insiste en que el gran reto no es perder, sino mantener: "Lo que luego cuesta… es mantenerse". Y su receta actual suena menos espectacular y mucho más realista: comer mejor y moverse, sin vivir en una dieta eterna.
"Hace diez años, empecé a comer mejor, a hacer deporte… Ha sido un proceso largo y gradual", recordaba al explicar cómo pasó de 120 kg a estabilizarse cerca de su altura en la báscula.
El verdadero éxito de Caprile no fue solo adelgazar, sino mantener el peso y adoptar nuevos hábitos. Hoy sigue una alimentación equilibrada, basada en proteínas y verduras, evitando en lo posible harinas refinadas y azúcares añadidos.
El método de Caprile
"Me encanta comer, y en el día a día intento hacerlo bien: mucha proteína, verdura y cuantas menos harinas, mejor, y los menos azúcares posibles, porque soy súper goloso", explica.
"No sigo ninguna dieta, pero, como te decía, cuido mi alimentación todo lo posible... no abusar de los hidratos de carbono ni intentar comer la comida cuanto más fresca mejor, olvidarnos de los precocinados", confiesa sobre su actual relación con la comida.
Lorenzo Caprile es hoy un ejemplo de cómo la perseverancia, el asesoramiento profesional y el compromiso pueden revertir situaciones complejas de salud.
El modista demuestra que cambiar de hábitos es posible y que, aunque el proceso sea largo y tedioso, el resultado merece la pena.
