¿Cuál es la mejor etapa de la vida? Aunque culturalmente se suele idealizar la infancia o la adolescencia, en realidad existen multitud de factores a tener en cuenta que pueden cambiar esta percepción: desde factores culturales o geográficos hasta momentos históricos o la base socioeconómica familiar. En el fondo, el bienestar y la felicidad son subjetivos.
Teniendo esto en cuenta, recientemente el psicólogo Rafael Santandreu quiso dar su opinión al respecto, en base a su conocida carrera y trato con pacientes, y basándose a su vez en la evidencia científica: la capacidad de pensar es clave en el bienestar.
Para poder estudiar el bienestar, los estudios neurobiológicos y psicológicos no han dejado de repetirse durante las últimas décadas. Y, de forma consistente, la teoría de la curva en forma de U de la felicidad parece ser la más aceptada: la satisfacción con la vida seguiría una curva en forma de U a lo largo del ciclo vital. La felicidad tendería a ser alta en la juventud temprana, descendería durante la mediana edad, y volvería a aumentar en la vejez.
La explicación de este patrón se basa en que, durante la mediana edad, se tienden a acumular presiones laborales, familiares y económicas, las cuales descenderían o bien se aceptarían de otras formas durante la vejez, a pesar de los posibles retos de salud asociados a dichas edades más avanzadas. Asimismo, los estudios sugieren que durante las edades más avanzadas existiría una mayor capacidad de regulación emocional, aceptación de los propios límites y aprecio de lo esencial. Esta curva se habría identificado en estudios de más de 70 países, por lo que no sería un caso aislado, ni dependiente de una cultura en particular.
En este aspecto, la evidencia cuadraría con la explicación que da Santandreu en su reel de Instagram: "La que yo creo que es la mejor etapa de la vida de una persona es cuando empieza a pensar correctamente, a dejar de quejarse y a apreciar las cosas increíbles, mágicas, incluso espirituales, que hay a tu alrededor en cada momento. Cuando decides hacer esto, te pones a hacerlo con toda intensidad y toda profundidad y empieza a hacer efecto en tu mente. Esa empieza a ser la mejor etapa de tu vida".
Como podemos observar, Santandreu hace referencia a las capacidades de regulación emocional y madurez afectiva. Según los estudios disponibles, a partir de los 40-50 años, la mayoría de las personas muestran mayores capacidades para gestionar las emociones, tanto positivas como negativas, y mantener la calma frente a la adversidad. Esto tendría relación con cambios en la corteza prefrontal y con aprendizajes acumulados en la vida, y también explicaría por qué, a pesar de poder sufrir potenciales problemas de salud, muchos adultos mayores siguen mostrando mayores niveles de bienestar que personas más jóvenes sin dichos problemas.
Por otro lado, con el paso de los años, es más común practicar la gratitud y la atención plena, lo cual a su vez se asocia a una mayor satisfacción vital y menores síntomas de depresión. De nuevo, aprender a apreciar lo cotidiano nos otorgaría mayores niveles de bienestar y felicidad, como explica Santandreu.
Por su parte, se sabe que tener un propósito vital, ya sea disfrutar de la familia, algún proyecto o dedicarse al voluntariado o al desarrollo espiritual, también se ha relacionado con mayores niveles de bienestar y felicidad. Y, una vez más, esta sensación de propósito claro suele aumentar con la edad.
Finalmente, cabe recordar que no existiría una "mejor etapa" general y estandarizada para todo el mundo. Existen multitud de factores que pueden condicionar y modificar nuestra percepción al respecto: factores de salud, contexto social, contexto histórico y resiliencia serían solo algunos de ellos. No importaría tanto la edad cronológica real, sino más bien la actitud mental y las herramientas psicológicas que hayamos desarrollado a lo largo de la vida.
