Una potente tormenta solar se dirige hacia la Tierra, y su interacción con el campo magnético de la Tierra provocará un auténtico espectáculo de auroras boreales en el hemisferio norte. El Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA) espera su llegada entre la tarde del uno de septiembre y la madrugada del dos.
Esta tormenta ha sido causada por una rápida eyección de masa coronal o CME (por sus siglas en inglés: Coronal Mass Ejection) lanzada al espacio por una llamarada de clase M2.7 de larga duración desde la mancha solar AR 4199 el 30 de agosto. Cuando llegue, provocará una tormenta geomagnética G2 (moderada), que se intensificará a niveles G3 (fuertes) a medida que llegue el cuerpo principal de la perturbación.
Según la NOAA, este fenómeno geomagnético provocará auroras en una latitud mucho más al sur de lo habitual, aunque no llegarán a ser visibles en España. En cambio, millones de personas en el norte de EEUU tendrán la oportunidad de ver las luces coincidiendo con el festivo del Día del Trabajo.
Las eyecciones de masa coronal consisten en la expulsión de enormes nubes de partículas con una fuerte carga magnética desde la atmósfera del Sol a causa de su actividad interna. Al chocar contra el campo magnético de la Tierra, pueden provocar tormentas geomagnéticas que generan el fenómeno de las auroras en el cielo, pero también pueden interrumpir satélites, señales de radio y redes eléctricas.
La modelización de la NOAA apunta a que la CME provocará tormentas geomagnéticas de nivel G2 (moderado) a G3 (fuerte), pero no será un fenómeno habitual. La astrofísica Tamitha Skov ha señalado que podría tratarse en realidad de dos erupciones solares en dirección a la Tierra, con perspectivas de alcanzarse y fusionarse una con otra.
"La mayor alcanzará a la menor justo antes de llegar a la Tierra”, explica Skov en la red X, lo que podría provocar "una perturbación inicial" antes de que llegue la tormenta principal. Este tipo de fenómeno por el que una CME sobrepasa a otra se conoce como “CME caníbal”, una posibilidad que podría darse en esta ocasión.
En cuanto a la intensidad de la tormenta geomagnética, la NOAA las clasifica en categorías que abarcan del G1 (las más leves) a la G5 (las más intensas). Al tratarse de una tormenta de clase G3, las auroras serán visibles en las franjas afectadas hasta el 3 de septiembre, y se pueden dar interferencias de radio, así como fluctuaciones en la red eléctrica de tipo menor.
El último aviso, en junio
La Agencia Espacial Española (AEE), dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, emitió una alerta el pasado 2 de junio para advertir de "posibles efectos y alteraciones en redes eléctricas y navegación por satélite", entre otros sistemas electrónicos, por una tormenta geomagnética.
En aquella ocasión, se trató de una CME asociada a una fulguración solar de clase M8.2. "Este impacto alcanzó un índice geomagnético Kp 8 (nivel de tormenta severa), la escala que se utiliza para medir la actividad geomagnética global y que se expresa en valores de 0 a 9". Sin embargo, no hubo que lamentar en aquella ocasión grandes disrupciones eléctricas.
