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La ola de incendios que continúa azotando a Galicia, Castilla y León y Extremadura deja un escenario devastador: pueblos enteros reducidos a cenizas, montes arrasados, evacuaciones y cientos de personas afectadas.

De acuerdo a las autoridades, tan solo en el mes de agosto se han quemado más de 350.000 hectáreas. Pero estas no son las únicas consecuencias, sino que también podrían suponer un peligro para nuestra salud, así lo asegura el neumólogo Ignasi García.

El motivo es que el aire ha cambiado por completo, convirtiendo a España en uno de los países con peor calidad de aire por culpa de los fuegos.

"En las zonas más afectadas ha empeorado mucho la calidad, pero estas partículas pueden viajar muchos kilómetros y afectar también a la calidad del aire de otras ciudades que están más alejadas", confiesa el experto.

Esto se debe porque el humo lleva consigo partículas ultrafinas llamadas MP2.5 que llegan hasta los alveolos pulmonares

De acuerdo a los expertos, el resultado es tos, inflamación, dificultad para respirar, dolor en el pecho, fatiga inusual, irritación ocular, además de estrés oxidativo y, en casos más extremos, atraviesan a la sangre y se distribuyen por todo el organismo.

Pero, ¿qué se tiene que hacer para protegernos de esto? Tal y como comenta Ignasi, lo más importante es seguir las recomendaciones, especialmente para aquellas personas con un estado de salud más delicado, embarazadas, mayores de 65 años y niños menores de seis años.

"Tendrían que minimizar su contacto con el exterior para evitar al máximo posible el efecto de las partículas", señala el especialista.

Además, recomienda que lo mejor que se puede hacer es "salir lo mínimo posible". En caso de tener que hacerlo, se tiene que utilizar mascarillas FP2, ya que, asegura, tienen una mayor protección y son más útiles ante este tipo de situaciones.

Asimismo, se recomienda ventilar los hogares en intervalos cortos, mantenerse hidratado y extremar la precaución al conducir, ya que la visibilidad puede verse afectada.