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España atraviesa una de las peores oleadas de incendios que se recuerdan. Cientos de miles de hectáreas han quedado calcinadas y decenas de localidades evacuadas en Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía.

Miles de militares de la UME y equipos de bomberos han sido desplegados para extinguir un fuego que se ha cobrado cuatro vidas y ha dejado tres heridos de gravedad.

Los expertos lo tienen claro: el país se enfrenta ya a lo que se conoce como incendios de sexta generación.

Este tipo de incendios son diferentes. No se limitan a consumir vegetación, sino que generan una atmósfera propia capaz de modificar el comportamiento del fuego.

Su violencia va más allá. Pueden originar tormentas de fuego, nubes que alcanzar varios kilómetros de altura y columnas de humo visibles a cientos de kilómetros.

"La realidad es que las nuevas condiciones, los nuevos paisajes y sobre todo el nuevo clima que tenemos ya nos está llevando a un tipo de incendio que se nos escapa por completo de escala, que no podemos apagar con medios técnicos y humanos", confiesa Andrés Gómez, meteorólogo y presentador ante los micrófonos de RTVE.

De acuerdo con el experto, las columnas de humo que se generan con este tipo de incendios "son muy intensas", por lo que generan un calor que lo que hace es que esa nube se transforme "en el propio motor del incendio".

Un ejemplo de ello se ha visto en Orense, donde el fuego ya ha devorado 50.000 hectáreas, y en León, con focos descontrolados que obligan a evacuaciones masivas, las llamas avanzan con tal intensidad que hace muy difícil su contención.

Este fenómeno, según lo que señala el experto, "hay que mirarlo como si fueran escalas". "A una escala pequeña, el incendio es capaz de encapsular sus propias condiciones y que estas sean distintas a las que les rodean", puntualiza.

Esto hace que los propios modelos meteorológicos con los que trabajan los bomberos y técnicos forestales "no sean suficientes".

"Si yo tengo que a escala general el viento me sopla del norte a 50 km/h, pero el incendio me está generando una energía y unas condiciones meteorológicas con viento de sur de 35 o de 55 km/h, o lo que es peor, con unas condiciones que no puedo pronosticar, me complica mucho las labores de extinción", explica.

Según Gómez, los incendios de sexta generación "hay que dejarlos que ardan" y perimetrarlos, ya que, como señala, "solo las condiciones meteorológicas pueden realmente ayudar a extinguirlos".

De acuerdo a los expertos, estos episodios no se pueden entender sin el cambio climático. Las sequías prolongadas, las olas de calor extremo y la acumulación de combustible vegetal en los montes "han creado un escenario en el que los incendios son más grandes, más rápidos y más destructivos que nunca", tal y como señalan desde eltiempo.es.