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Cada verano, cuando las noches se alargan, el cielo se convierte en un verdadero espectáculo para millones de personas en nuestro país.

La lluvia de estrellas más famosa y esperada del año, las perseidas, también conocidas como lágrimas de San Lorenzo, iluminan el firmamento con una lluvia de estrellas fugaces.

Pero este año, la magia tiene un "pero". El divulgador de Astronomía del Planetario de Madrid, César González Arranz, nos advierte que la luna va a jugar en contra de los que quieran disfrutar del fenómeno.

"Este año se va a ver en muy malas condiciones debido a la luna", explica el científico. Y es que, para admirar las perseidas, "lo más importante es tener un cielo lo más oscuro posible". 

Pero la luna llena que hubo el pasado sábado y su actual fase menguante hacen que "la luna vaya a estar toda la noche en el firmamento", lo que "nos va a molestar a la hora de contemplar la lluvia de estrellas".

Este fenómeno luminoso no es simple casualidad. Entre el 17 de julio y el 24 de agosto, la Tierra atraviesa una nube de restos dejados por el cometa Swift-Tuttle.

Son esos pequeños fragmentos los que, al entrar en contacto con nuestra atmósfera, se queman y crear esas estrellas fugaces que todos disfrutamos.

Si bien las perseidas pueden verse durante varias semanas, "hay dos noches en las que se concentran el máximo número de meteoros", apunta González Arranz.

Estas son las noches del 11 al 12 y del 12 al 13 de agosto, fechas clave para quienes quieran asomarse al cielo y dejarse llevar por la magia del universo.

Eso sí, no todo está perdido. Aunque la luna será un rival difícil, la naturaleza siempre guarda sorpresas. Quizá en lugares con cielos muy oscuros y alejados de las luces de la ciudad, las perseidas logren mostrar su mejor cara. Por eso, si tienes oportunidad, busca un punto alto, lejos de las farolas y del ruido.