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En estos días de verano, y con el aumento del mercurio en el termómetro, nuestro cuerpo nos pide cosas frescas. Es justo aquí, donde las frutas se convierten en nuestras mejores aliadas. 

Ya sean jugosas o dulces, son una opción muy saludable. Pero hay algo que muchas veces pasamos por alto: el cómo la guardamos en casa

¿Cuántas veces ha pasado que compras fruta y al día siguiente ya está pocha o sin sabor? Puede que el problema no esté en la fruta, sino en el sitio donde las has metido nada más llegar.

La médica María Muñoz, especializada en alimentación, asegura que "no todo va a la nevera de inmediato". 

Y es que, aunque meterlo todo en frío parece una buena idea para que dure más, no siempre es lo mejor.

"Algunas frutas duran menos si las enfrías demasiado pronto", explica. Por eso es importante saber qué fruta necesita frío y cuál no, y sobre todo, cuándo conviene guardarla. 

Porque, tal y como dice Muñoz, "guardar bien la fruta marcar la diferencia para que duren días o se echen a perder en horas".

Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en verano se incrementa notablemente el consumo de melones, sandías, cerezas o melocotones

Aunque son las favoritas del buen tiempo, también son las primeras que terminan en la basura cuando no se conservan bien.

El error más común es meterlas directamente en la nevera sin tener en cuenta si están maduras o no, o si realmente lo necesitan.

De acuerdo a la experta, hay frutas que sí agradecen el frío, pero no a lo loco. Los frutos rojos, como por ejemplo las fresas, moras o frambuesas, necesitan nevera, pero sin encerrarlos en plástico. 

"Guárdalos en recipientes ventilados o bolsas de papel y no cerrados herméticamente. En cuanto a las cerezas y uvas, opta por la refrigeración directa para que se conserven mejor", recomienda la doctora.

Lo mismo ocurre con el melón y la sandía, pero solo una vez cortados. Si están enteros, mejor fuera del frigorífico.

En cambio, otras frutas no llevan bien el frío. Las peras, melocotones o albaricoques deben madurar a temperatura ambiente. 

Esto mismo pasa con las frutas tropicales como los plátanos, aguacates o mangos. Tampoco hay que olvidar a los tomates, aunque se suelen tratar como verdura, la realidad es que es una fruta.

"La nevera arruina su textura y su sabor", avisa Muñoz sobre este alimento. Es por ello que es mejor tenerlos en la encimera.

Pero, ¿qué sucede con las manzanas? De acuerdo a Muñoz, la cosa cambia. "Si la vas a consumir en pocos días, mejor déjala fuera", dice la experta. 

Sin embargo, recomienda no mezclarla con otras frutas o verduras porque libera etilena, un gas que acelera la maduración. En caso de consumirlas para después, es mejor refrigerarlas, ya que pueden durar varias semanas o incluso meses.