Aunque el fuego ya ha sido estabilizado, los incendios de Lleida han causado la muerte de dos agricultores. A última hora de este miércoles, otra persona fallecía por el fuego en San Cristovo de Cea, Ourense. Son los primeros fallecidos a consecuencia de un incendio forestal en lo que llevamos de año.
En España, hasta el pasado 22 de junio, la superficie forestal afectada era de 16.734 hectáreas. Incluyendo las del incendio de Lleida (unas 5.000 hectáreas), la cifra de 2025 sigue siendo inferior a las registradas en los últimos años para este periodo.
Aun así, el número de fallecidos supera ya a los que se dieron en 2023 y 2021, con una víctima mortal en cada uno de ellos, según los informes que elabora anualmente la Dirección General de Protección Civil y Emergencias.
Los incendios forestales han causado al menos 139 muertes en lo que llevamos de siglo. La evolución de estos datos refleja que, pese a que la intensidad de los incendios ha ido en aumento (especialmente, en los últimos años), cada vez causan menos muertes en España.
Mejora en la formación
Un claro ejemplo de esta mejora es 2022. Aquel año, la cifra de Grandes Incendios Forestales (GIF) fue casi tres veces superior a la media. Hubo que lamentar cuatro fallecidos (uno de ellos perteneciente a los dispositivos de extinción y tres ajenos a ellos).
En 2005, el fuego también arrasó con un número importante de hectáreas. Aunque la cifra de muertos fue considerablemente superior a la de hace tres años, con un total de 19 fallecidos. Hasta 11 de ellos perdieron la vida en el incendio que tuvo lugar en Guadalajara a mediados de julio.
Se trata de la cifra más alta de los últimos 25 años, seguida de la de 2011, en el que se registraron una docena de fallecidos pese a que hubo hasta 33 GIF menos que en 2022. La mitad eran trabajadores que murieron al estrellarse el helicóptero en el que se dirigían a apagar un conato de incendio en Teruel.
El último informe del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) acerca de la evolución de los incendios forestales, con datos de 2006 a 2015, también demuestra que la mitad de las víctimas en este periodo pertenecían a los operativos de extinción.
Para Rubén Laina, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, en este dato se encuentra el porqué se ha resuelto al menos "el 50% de esta problemática".
A su juicio, ha habido una mejora en la formación de los dispositivos que ha ocasionado una mayor profesionalización. Una parte importante de los fallecidos se daban en accidentes aéreos, y en este aspecto también considera que se ha mejorado en los últimos años.
El punto de inflexión lo fija en 2005; en concreto, en el ya mencionado incendio de Guadalajara. "Este accidente dio lugar a que se mejorasen los procesos de formación y a que se ampliase el personal fijo", señala en conversación con EL ESPAÑOL.
Desde entonces, el número de víctimas mortales nunca ha superado a las de hace 20 años. Y "es muy improbable que se repitan las cifras de 2005".
Huidas descontroladas de personas
Pese a la mejora de los últimos años, el riesgo cero parece imposible de alcanzar en un evento "azaroso" como son los incendios forestales. Así lo demuestran precisamente los incendios de Lleida.
Fincas afectadas por el incendio de Torrefeta i Florejacs (Lleida)
Todo apunta a que los dos agricultores fallecidos trataban de escapar del fuego. Representan, en gran medida, la mayoría de las muertes que se dan en estos contextos.
Como apunta Laina, si se observan los últimos grandes incendios que han tenido lugar en el mundo (Grecia, Estados Unidos o Portugal, entre otros), la mayor parte de los fallecidos se refieren a huidas descontroladas de las personas.
Aunque los bomberos también pueden quedar atrapados, los ciudadanos suelen verse más afectados. No cree que sea una cuestión de falta de concienciación por parte de la población.
Entiende que de existir una mayor formación, tal vez podría contribuir a mejorar su comportamiento en estas situaciones de emergencia: "Salir corriendo sin atender a las instrucciones que dan los dispositivos de extinción es una temeridad".
No obstante, valora que "en España ha habido grandes incendios forestales y se han evacuado a cientos de miles de personas".
No existe un patrón
Es previsible que a lo largo de este año el MITECO publique el nuevo informe, con datos de 2016 a 2024. Más allá de este documento, no hay un gran volumen de estudios en los que se haya tratado de averiguar cuál es el perfil de la víctima mortal en incendios forestales.
El propio Laina participó recientemente en uno de ellos. En él, trataban de trazar la relación entre el tipo de incendio y que existieran víctimas mortales.
Con los resultados obtenidos, no consiguieron llegar a una conclusión clara: "Tiene un componente de azar que no responde a un patrón concreto".
Sí que pudieron comprobar que la tasa anual de fallecidos había mejorado en los últimos años. Y es que durante el periodo de estudio (desde 1999 hasta 2018) registraron una tasa anual de 6,05 fallecidos anuales.
Un trabajo anterior, que analizó el periodo de 1980 a 2010, cifró en 241 el número de personas fallecidas en incendios forestales; es decir, hubo ocho fallecidos anuales. "Llevamos unos años muy buenos", concluye Laina.
