La respuesta de los anticuerpos IgA tienen un papel "primordial" para neutralizar el virus SARS-CoV-2 "de manera precoz y particularmente eficaz", conocimiento que puede ser útil para el desarrollo de vacunas, según un estudio que publica Science Translational Medicine.



Los anticuerpos IgA son importantes en la protección del organismo a nivel de la mucosas, en especial las respiratorias, por eso expertos de la Universidad de la Sorbona y el Instituto Pasteur, entre otros centros franceses, estudiaron su repuesta en los pacientes con covid-19.



El estudio realizado con 150 enfermos muestra de manera "un poco sorprendente", que con el actual coronavirus, los IgA suelen ser los primeros anticuerpos que aparecen de manera más rápida y fuerte, algo poco habitual, según el equipo, pues normalmente son los de tipo IgM los que antes reaccionan ante un patógeno desconocido.



Estos hallazgos pueden ser útiles para el desarrollo de vacunas que fomenten la respuesta IgA, así como pruebas basadas en este tipo de anticuerpos para detectar la infección en etapas tempranas.



El estudio indica que las concentraciones IgA eran más altas que las de anticuerpos IgG e IgM durante las primeras tres o cuatro semanas tras la primera aparición de los síntomas, aunque su respuesta fue disminuyendo lentamente.



La estimulación inducida por el virus favorece una expansión muy importante de células jóvenes secretoras de anticuerpos IgA (plasmablastos), que circulan por la sangre y las mucosas, explica la Universidad de la Sorbona.



En las primeras semanas tras la infección,los anticuerpos IgA "aseguran la mayor parte de trabajo de neutralización del virus", pero su tasa "disminuye rápidamente en la sangre hasta ser poco detectable en la mayor parte de los pacientes 30 días después de la aparición de los síntomas".



En el caso de la saliva, los IgA se pueden detectar y están activos hasta 73 días después de los primeros síntomas, aunque "su nivel de protección local parece también reducirse lentamente".



En un grupo de pacientes que tuvieron una covid-19 leve, el equipo vio que aproximadamente seis meses después la saliva "no ejercía ya ningún poder neutralizante sobre el virus".



Los expertos indican que estos resultados preliminares sobre la saliva "no implican necesariamente un ausencia de protección a nivel de tejidos", en especial, entre los enfermos que han padecido una forma más grave de la enfermedad.



Respecto a las nuevas vacunas que, en breve, estarán ampliamente disponibles, el equipo considera que sería interesante evaluar si y hasta que punto pueden inducir una respuesta sistémica de anticuerpos IgA. 

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