Los neandertales y los sapiens modernos compartieron genes unos 50.000 años antes de lo que se pensaba. Un nuevo artículo publicado en la revista Nature describe una hibridación entre ambas especies que tuvo lugar hace más de 100.000 años. 

"Estamos ante la primera evidencia genética de que grupos de humanos modernos salieron de Africa en ese momento", explica a EL ESPAÑOL Sergi Castellano, investigador en el Instituto Max Planck de Alemania y uno de los principales autores del artículo. "Además, se mezclaron con los neandertales que migraban de Europa a Asia, lo que nos ha permitido, indirectamente, descubrir a estos primeros grupos de humanos modernos", añade este experto.

Hasta la fecha se sabía que los neandertales contribuyeron al material genético de los humanos modernos fuera de África al cruzarse entre sí hace entre 47.000 y 65.000 años, gracias al proyecto del genoma del Neandertal, cuyos primeros resultados se publicaron en 2010.

Ahora, nuevos datos desgranados en este estudio sugieren que también hubo un flujo de genes en la dirección opuesta, de los humanos modernos a los neandertales, hace unos 100.000 años, en algún lugar de Oriente Medio.

Los datos apuntan a que grupos de humanos modernos salieron de África entonces y se mezclaron con los neandertales. Estos sapiens se extinguieron más tarde y por lo tanto no están entre nuestros antepasados.

Posteriormente, la mencionada población de neandertales pudo trasladarse al sur de Siberia central portando esos genes sapiens, explica en una nota el investigador del CSIC Antonio Rosas, que también ha colaborado en el estudio.

Un largo camino

¿Qué supone que esta hibridación fuera de África hubiera tenido lugar mucho antes de lo que se pensaba? "Que los humanos modernos salieron de Africa más de una vez, aunque quizás los primeros grupos no lograron establecerse", indica Castellano a este diario. "Nuestros ancestros migraron después y se volvieron a encontrar con otros neandertales, posiblemente europeos", explica.

Castellano y sus colegas analizaron los genomas de los restos de un neandertal y un denisovano -otra especie de homínido extinguida- hallados en una cueva en las montañas de Altai, al sur de Siberia central y cerca de la frontera entre Rusia y Mongolia, y los compararon con dos genomas humanos modernos.

La prueba de este trasvase de genes se halló precisamente en los restos del neandertal, pero no en los del denisovano. "Es pronto aún para entender las consecuencias funcionales de este mestizaje en los neandertales", apunta Castellano.

También estudiaron datos de la secuencia genética del cromosoma 21 de dos neandertales europeos, bastante alejados geográficamente: uno de España, procedente de la cueva asturiana de El Sidón, y otro de Vindija, Croacia. Ambos carecen de ADN derivado de los humanos modernos.

Eso no significa que los humanos modernos nunca se mezclaran con denisovanos o neandertales europeos, aunque sí sugiere que el neandertal de Altai desciende de un evento de mestizaje con sapiens que sucedió después de que sus ancestros se separasen de sus primos europeos, hace algo más de 100.000 años.

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