Este verano, la nave New Horizons de la NASA sobrevoló Plutón hasta acercarse a apenas 13.691 kilómetros del centro del planeta el pasado 14 de julio. Para que llegara allí hubo que esperar nueve años de viaje, para recibir las primeras fotos hubo que esperar cuatro horas y media y para tener toda la información recopilada por los instrumentos habrá que esperar aún más de 14 meses, pero de momento, y para abrir el apetito, ya tenemos los primeros resultados científicos, publicados en Science.

En primer lugar, ahora sabemos con certeza cuánto mide exactamente Plutón: 1187 kilómetros de radio medio, aproximadamente la distancia que separa Cádiz de Barcelona. Antes, la incertidumbre estaba entre los 1.100 y los 1.200 kilómetros, pero hasta que no se hubo sobrevolado el planeta enano, los científicos no pudieron ser más precisos.

"La precisión en las medidas viene de los vuelos de reconocimiento con aeronave", dice a EL ESPAÑOL Alan Stern, investigador principal de la misión New Horizons. "Todos los planetas hasta Plutón ahora tienen radios precisos porque los hemos sobrevolado todos".

Entre los hallazgos que han presentado los investigadores en este estudio, probablemente el más inesperado sea que Plutón, formado en la parte exterior del Sistema Solar hace 4.500 millones de años, sigue estando geológicamente activo. "No esperábamos encontrar algo así en un planeta enano", dice Stern.

Procesos geológicos recientes

Hay evidencias de que en Plutón existen procesos geológicos que han modificado substancialmente su superficie en épocas, geológicamente hablando, recientes. Es el caso de una oscura zona ecuatorial bautizada informalmente como Región Cthulhu, colmada de cráteres, barrancos y zonas escarpadas de hasta 600 kilómetros de largo. 

Jesús Martínez Frías, investigador científico del Instituto de Geociencias del CSIC-UCM y experto en geología planetaria explica a este periódico que "la existencia o no de actividad geológica en un planeta o luna es uno de los aspectos más importantes para comprender su evolución y para evaluar sus condiciones de habitabilidad".

Esta nueva investigación sobre Plutón, dice Martínez Frías, confirma que existe una corteza de hielo de agua, que hay unidades geológicas jóvenes, y ofrece evidencias de convección del hielo en superficie, de transporte de volátiles y de flujo glacial. "Todo ello implica una geodinámica sorprendente y desconocida hasta el momento".

El artículo de Science incluye también una fotografía del planeta enano, con regiones de colores diversos, del azul al rojizo. Los investigadores tomaron varias imágenes con distintas longitudes de onda para cerciorarse de que esos colores se debían a una composición variada.

"Sabíamos que la superficie de Plutón era heterogénea", declara Silvia Protopapa, investigadora en la Universidad de Maryland que ha dedicado los últimos meses a medir con espectroscopía la reacción de los materiales a la luz, para así averiguar de qué están hechos Plutón y sus satélites. "Me asombró ver esa diversidad geológica y de colores en la superficie".

Ese color rojo, por ejemplo, revela la presencia de compuestos orgánicos primitivos llamados tolinas, un término acuñado por el divulgador Carl Sagan a finales de los setenta. 

¿Cómo rotan Nix e Hidra?

Como suele suceder, estos descubrimientos abren ahora un nuevo abanico de preguntas. Entre las principales están las los patrones de rotación de las lunas de Plutón, que, recordemos, tarda 248 años en dar una vuelta completa al Sol. Al contrario que nuestra Luna, que siempre nos muestra la misma cara, sus satélites Nix e Hidra giran de una forma extraña alrededor de su planeta huésped. ¿Por qué? De acuerdo con Douglas Hamilton, también de la Universidad de Maryland y descubridor en 2011 de Cerbero, otra de las lunas de Plutón, puede deberse a la influencia de la mayor de ellas, Caronte.

"Creemos que Nix e Hidra están rotando muy rápido y de una forma extraña, podrían ser las únicas lunas que no siempre apuntan con la misma cara al cuerpo principal", añade.

Para este astrónomo, el extraño patrón rotatorio de estos satélites exteriores se explicaría si no hablamos tanto de un planeta menor, Plutón, con cinco lunas (Caronte, Nix, Hidra, Cerbero y Estigia) como de un "planeta binario", Plutón-Caronte, con cuatro lunas menores.