En pocos sitios se respira tanta tranquilidad como en las zonas de montaña donde pequeños pueblos se cobijan en la más pura naturaleza. Estas escapadas de ensueño son un reclamo más que deseado por muchos de los que buscan desinhibirse del mundo urbanita y en Castilla y León podrán encontrar las opciones más bonitas del panorama nacional. 

Una provincia que brilla en este sentido es sin duda León, donde las montañas leonesas son todo una obra natural en sí mismas. Dos buenos ejemplos de esta belleza son Peñalba de Santiago y Oseja de Sajambre. El primero de ellos se trata de un valle virgen rodeado de frondosos bosques de roble, cascadas naturales y ríos en un lugar silencioso únicamente interrumpido por los pocos habitantes que quedan en la zona.

Peñalba de Santiago, que se erige sobre una peña a la que debe su nombre, es cubierto por grandes mantos blancos durante el invierno en el que predomina la iglesia de Santiago, de estilo mozárabe y Monumento Nacional desde 1931. Este municipio leonés también tiene la consideración de Bien de Interés Cultural y se sitúa en la cuna del Oza, en pleno corazón de la Tebaida leonesa.

Imagen de Peñalba de Santiago y su iglesia de Santiago. JCyL

Por su parte, Oseja de Sajambre limita al norte con el Principado de Asturias y al sur con Riaño. Tiene una peculiaridad, y es que, aunque pertenezca a la provincia de León, se ubica en la cordillera Cantábrica. En su término municipal nace el río Sella, en la conocida como la 'Fuente del infierno'.

La falta de desarrollo industrial en la zona se tradujo en la conservación de una de las masas forestales de especies autóctonas más relevantes y bellas del país, siendo el hogar de una importante bidiversidad. Las impresionantes montañas que lo rodean harán que el sentimiento de monumentalidad sea aún mayor, ayudado con los ruidos de la propia naturaleza regala con su amplia y diversa fauna.

Imagen general de Oseja de Sajambre. Ayto Oseja de Sajambre

Saliéndonos de la provincia de León y viajando hasta Palencia, nos encontraremos con Brañosera. Se encuentra en el Parque Natural Montaña Palentina, a tan solo 14 kilómetros de Aguilar de Campoo y 116 de la capital. Entre sus estructuras aún conserva un importante número de casas tradicionales de madera de roble y piedra, típicas de las zonas de montaña.

Entre sus particularidades está que es el primer Ayuntamiento de España, con origen en el 824. Los restos medievales aún perduran entre sus calles con pequeños arcos. En el apartado de la naturaleza podrás disfrutar de sendas y rutas con una belleza propia y es considerada la puerta del Pico Valdecebollas, un lugar imprescindible para los aficionados a la alta montaña.

Imagen general de Brañosera. Diputación de Palencia

En Burgos, concretamente en la ciudad de Frías (sí, está considerada como tal), la belleza brilla por sí misma. Se encuentra al norte de la provincia y sobre ella, sobresaliendo de toda la zona poblacional, se erige el castillo del municipio, como si de un vigilante se tratase y al que no se le escapa ni un solo movimiento a sus faldas.

Frías cuenta entre sus estructuras muchos restos romanos de la época medieval que hacen de ella un lugar mágico para una escapada de ensueño. Está situada en la comarca de Las Merindades y cerca del imponente río Ebro.

La ciudad de Frías, en Burgos. Ayto Frías

Por último, hay que viajar hasta la provincia salmantina, donde se encuentra Candelario, miembro de la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España, que le otorgan tal distinción por su encanto. Igualmente, su arquitectura tradicional, el cuidado de sus costumbres y tradiciones y el entorno natural que lo rodea le han valido para poder contar también con el galardón de Conjunto Artístico Tradicional.

Candelario encuentra dentro de la comarca Sierra de Béjar y da nombre al entorno natural protegido repleto de bosques de castaños y robles con alturas por encima de los 2.000 metros. Su espectacularidad es tal que la Unesco lo introdujo como Reserva de la Bioesfera en 2006.

Panorámica de Candelario. Ayto Candelario

Sin duda alguna, cinco lugares en los que poder hacer una escapada de ensueño en los pueblos de montaña más bonitos de Castilla y León. Sitios donde huir del bullicio de la ciudad y saber apreciar el aura de la tranquilidad, bañado con toques de tradición y cultura de la zona que a buen seguro será representada y enseñada por sus habitantes.