A menos de 30 kilómetros de Valladolid se encuentra uno de los municipios donde mejor se entremezclan el patrimonio histórico, cultural y natural. Se trata de Torrelobatón, un municipio que enamora por sus bellas rutas de senderismo, desde las que se pueden contemplar infinidad de aves y vegetación autóctona; o por su rico patrimonio histórico y cultural, como las iglesias de Santiago o San Pedro; y donde también es posible disfrutar de la mejor gastronomía y unas concurridas fiestas populares.

Pero sin duda, su emblema más representativo es el castillo. Construido en el siglo XV, es una de las fortalezas mejor conservadas de la provincia de Valladolid, que ha pasado a la historia como un símbolo de la Guerra de las Comunidades de 1521. En el siglo XX, se convirtió en almacén de cereal, y en la actualidad alberga el Centro de Interpretación del Movimiento Comunero, en el que los visitantes tienen la oportunidad de descubrir todas las claves de aquel histórico levantamiento.

El Castillo de Torrelobatón fue edificado sobre otro anterior, del siglo XIII, por la familia Enríquez, y responde a los cánones arquitectónicos de la Escuela de Valladolid. Con una planta de gran regularidad, destaca también su poderosa torre del homenaje. En 1521, el castillo fue tomado por las tropas de Padilla y el edificio, especialmente en la torre, se vio afectado por los ataques comuneros, que partieron desde la fortaleza hasta Toro, justo antes de la derrota en Villalar.

A mediados del siglo XX, el castillo fue adquirido por el Servicio Nacional del Trigo y gran parte de su planta baja se utilizó para almacenar, transportar y procesar el cereal.

El castillo de Torrelobatón alberga el Centro de Interpretación del Movimiento Comunero. Eduardo Margareto Ical

Posteriormente, la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, la Fundación Villalar y el Ayuntamiento de Torrelobatón impulsaron, en este castillo, el Centro de Interpretación del Movimiento Comunero, donde no solo es posible revivir los acontecimientos de 1521, sino también acercarnos a la arquitectura de la fortaleza. Así, a través de los principales elementos que componen sus tres plantas, los visitantes hacen un recorrido por la Guerra de las Comunidades y su importancia para la historia. Sin duda, una visita que deja huella.