Muchas personas prefieren no hablar de ello, quizás por el famoso ‘yuyu’, pero tarde o temprano, en la vida hay que dar el paso y hacer un testamento. En los últimos, y sobre todo porque la pandemia del coronavirus lo ha cambiado todo, son muchos los castellanos y leoneses que se deciden a dar el paso y dejar por escrito sus pertenencias a los seres queridos.

40.010 testamentos fueron consignados en las notarías de Castilla y León durante el pasado año, lo que supone el mayor registro desde 2007 y lo que supone un aumento del 13,5% con respecto a los 35.256 registrados durante 2020. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? El Colegio Notarial de Castilla y León cree que la preocupación por un posible fallecimiento por culpa de la pandemia ha hecho despertar esta conciencia entre los castellanos y leoneses.

Es cierto que con el paso del tiempo y viendo cada vez más lejano el covid, la fiebre por hacer testamento ha caído. Unos datos que se dispararon durante la pandemia en Castilla y León y que amainaba el pasado año. Ejemplos hay muchos. Jesús, un vallisoletano de 80 años, estuvo muy cerca de la muerte. Más de dos meses en la UCI ingresado por coronavirus provocó ver la vida de otra manera. “Durante mi estancia en el hospital tuve muchas horas para pensar y que comprobé que no tenía nada hecho”, comenta. Así, nada más regresar a casa decidió formalizar sus bienes para repartir la herencia entre sus seis hijos. “Así los quito un peso de encima”, insiste.

El precio

Hacer un testamento es sencillo. Como indican desde el colegio Notarial, solo se necesita el carné de identidad y dar las explicaciones al notario de cómo se desea repartir el patrimonio. No obstante, todavía hay muchas dudas sobre algunos aspectos. Independientemente de cuánto valgan los bienes del testador, el precio no suele variar. Un precio que está por encima de los 50 euros pero no llega a los 100. El testamento es revocable, es decir, se puede hacer tantas veces como se quiera, dejando sin efecto el nuevo al anterior.

No hacer testamento, suele acarrear un proceso más largo y más costoso que si se hace. ¿Qué ocurre si no hay testamento y fallece una persona? Pues al contrario de la leyenda urbana, no pasa al Estado. Es la propia ley la que dicta a quienes corresponde la herencia y lo hace siguiendo un orden de parentesco.

La legítima

Cada Comunidad cuenta con una ley diferente. En el caso de Castilla y León, los hijos y descendientes tienen derecho a 2/3 partes de la herencia, uno de esos tercios a repartir a partes iguales, y el otro, que es el que se denomina como el de mejora, se hará según haya dejado dicho el testador.

La mayoría de los testamentos unipersonales son abiertos, es decir, en los que la persona que testa expresa su disposición del testamento con la presencia de un notario. Mientras que la minoría es de otro tipo de testamentos o actos de última voluntad, como por ejemplo, testamentos cerrados u ológrafos.

Sin embargo, en ocasiones, las herencias vienen envenenadas. En 2021 y es cuando llegan las renuncias. Las 25.061 aceptaciones representan un incremento del 27% respecto a 2020, y del 14,4% respecto a 2019, o lo que es lo mismo, se han dado los números más elevados desde que se tienen datos.

Por último, se encuentran los testamentos solidarios a oenegés. Es decir, esos que se dejan a fines humanitarios y que en Castilla y León tienen mucho éxito, ya que es la cuarta comunidad más solidaria con 2,8 millones de euros donados, por los 33,8 millones que se hicieron en toda España. El importe medio en metálico de los castellanos y leoneses es de casi 80.000 euros.