ICAL JL leal antonio jesus martin vicario diocesis de zamora

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Sociedad

El vicario de Pastoral Samaritana de la Diócesis de Zamora: “No se puede hacer negocio con las vacunas cuando se pone en jaque la salud y la vida de muchas personas”

Antonio Jesús Martín

16 septiembre, 2021 14:25

Juanma de Saá / ICAL

El vicario de Pastoral Samaritana de la Diócesis de Zamora, Antonio Jesús Martín, reiteró hoy el llamamiento “constante, desde que empezó la pandemia”, del papa Francisco a que la vacuna contra la COVID-19 “llegue a todos los rincones del mundo” e insistió en que “no se puede hacer mercado y negocio con las vacunas, cuando es algo que está poniendo en jaque la salud y, por ende, la vida de muchas personas”, además de recalcar que “hay una llamada desde la Iglesia, desde el Papa y desde todos los estamentos para que, en ese ámbito, por ejemplo, la solidaridad de los estados, de los países y de las propias personas nos llegue a todos”.

Martín de Lera hizo estas declaraciones en el Seminario San Atilano durante la presentación de la Memoria de Manos Unidas de 2020, en la que también intervino la presidenta provincial de esa organización eclesial, Milagros Morata. “En España, un 75 por ciento de la población está vacunada pero, en muchos países que llamamos pobres o empobrecidos, o no han empezado o no llegan ni al uno por ciento de la población vacunada, con lo cual, evidentemente, los problemas -y más en un mundo globalizado como el que vivimos- nos afectan a todos”, rubricó.

Antonio Jesús Martín explicó que el obispo de Zamora decidió crear en la Diócesis la Vicaría Episcopal de Pastoral Samaritana, que “aglutina todo aquello que tiene que ver con la pobreza, con la exclusión, tanto cercana como lejana, y con todos los ámbitos de sufrimiento y dolor de tanta gente que sufre”.

La Vicaría Episcopal de Pastoral Samaritana incluye a Cáritas Diocesana de Zamora, la Pastoral Penitenciaria, la Pastoral de la Salud y Manos Unidas. “En Zamora, su presencia siempre nos ha llamado la atención, nos ha interrogado y nos ha cuestionado muchas veces sobre nuestra manera de vivir y sobre nuestra realidad para que seamos conscientes del sufrimiento que hay en el mundo y que hay en muchos países, sobre todo en vías de desarrollo o subdesarrollados”, apuntó.

“2020 fue un año muy difícil para todos, con parón, con cierre, con frenazo de todas las actividades y de toda la vida social, lo que también afectó a la manera de funcionar de entidades como Manos Unidas. Sus oficinas tuvieron que estar cerradas, se tuvieron que suspender bastantes de las campañas y acciones que tenían previstas, no se han podido hacer acciones exteriores, acciones de cara al público”, expuso.

En este contexto, Antonio Jesús Martín valoró la “búsqueda” de recursos y formas nuevas de poder realizar la tarea y los proyectos de desarrollo. “Bastantes han salido y se han apoyado desde Zamora, incluso en esa época de pandemia. La campaña de sensibilización y la llamada de atención a darnos cuenta del problema del desarrollo, la pobreza, las personas excluidas y la sanidad que, con la COVID-19 es un problema mundial. Manos Unidas nos da ese toque de atención para que salgamos de nuestro pequeño mundo, complicado, y miremos con amplitud a las necesidades del mundo”, concluyó.

Adaptación

Por su parte, la presidenta provincial de Manos Unidas, Milagros Morata, recordó que el año en el que se declaró la pandemia de coronavirus y todas las restricciones inducidas por la COVID-19 obligaron a la organización eclesial a “adaptarse” de una forma “desconocida” hasta el momento. “Desde casa, nos empeñamos en sacar adelante nuestro trabajo, conscientes de que la realidad, que nos mantenía en vilo, también significaba para millones de personas más allá de nuestras fronteras una grave amenaza que se sumaba al hambre y a la pobreza”, dijo.

“El curso pasado fue también el año en que la generosidad de nuestros 71.159 socios y colaboradores nos demostró que son muchas las personas que, sin dejar de solidarizarse con quienes sufren la crisis en nuestra sociedad, comprendieron que en las periferias, a las que siempre hace referencia el Papa, eran millones los seres humanos para los que esta crisis se había convertido en una angustiosa emergencia”, valoró, además de incidir en que, merced a esa solidaridad, se reunió un capital superior a 29 millones de euros con el que se prestó ayuda a 2,3 millones de personas, se desarrollaron 506 proyectos, de los cuales 136 se destinaron especialmente a paliar la emergencia creada por el coronavirus.

“En Zamora, hicimos el Día del Ayuno Voluntario, en diversas localidades de la provincia, además de la capital, pero llegó el mes de marzo y se acabaron todos nuestros proyectos. No hemos podido hacer nada prácticamente desde entonces. Retomamos la actividad en la delegación a mediados de junio pero solo dos o tres personas para atender las urgencias que había pero no pudimos hacer nada más”, indicó Milagros Morata.

“Tuvimos 239.112 euros de ingresos procedentes de la venta de material de marketing, mesas -que no se pusieron prácticamente-, las huchas que tenemos en los comercios y la Operación Bocata. También de fondos privados, donativos de socios, parroquias y el Día del Ayuno, particulares y fondos públicos. Se han llevado a cabo cuatro proyectos de Operación Enlace, que son los que financiamos nosotros completamente. Luego, la Junta de Castilla y León nos cofinanció dos proyectos”, enumeró.

Los proyectos financiados consistieron en la mejora de la calidad de la enseñanza primaria en Senegal, financiado por los arciprestazgos de Toro-LaGuareña y Tierra del Vino, con un importe de 28.190 euros; apoyo a la producción hortícola sostenible de una cooperativa femenina en Mauritania, financiado por los arciprestazgos de Zamora- ciudad, Aliste y Sayago, con un importe de 39.667 euros; mejora de la atención médica en Zambia financiado por Benavente-Tierra de Campos y Tierra del Pan, con 27. 593 euros, y mejora de las condiciones educativas de niñas tribales en India financiado por Zamora-ciudad y Benavente, por 35.012 euros.

Además, se cofinanció el impulso a la producción agroecológica, comercialización y generación de ingresos en Senegal, y la diversificación productiva y gestión integral de los recursos en Perú, ambos financiados por la Junta de Castilla y León. “Manos Unidas tiene unos 7.000 socios en Zamora. No ha habido grandes alteraciones, pocos se han dado de baja y mucha gente, cuando hemos abierto, nos han traído donativos, vienen y nos lo entregan, más que otras veces. Entonces, se ha compensado una cosa con la otra” concluyó la presidenta provincial de Manos Unidas.