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Emilio Álvarez, subdelegado del Gobierno en Valladolid: "Un diez para los alcaldes de los pueblos por su gran responsabilidad durante la pandemia"

7 agosto, 2021 09:59

Emilio Álvarez Villazán (Castil de Vela, Palencia, 1952) aterrizó en la subdelegación del Gobierno en Valladolid en 2019, después de tres legislaturas como senador por el PSOE. Cuenta, como pocos, con una experimentada trayectoria política que le ha llevado a ocupar cargos en todos los niveles de las instituciones. Comenzó allá por 1983 como concejal de Tordesillas, el municipio en el que reside y que siempre lleva por bandera, ocupó su Alcaldía en 1991 durante ocho años y fue diputado provincial en tres legislaturas. 

Muy ligado siempre a la Educación, quizás marcado por su etapa en la juventud como profesor de Educación Secundaria, ha desempeñado también la vicepresidencia de la Comisión de Educación de la Federación Española de Municipios y Provincias y fue vocal del Consejo Escolar del Estado y de Castilla y León. Pero además ha pisado la arena parlamentaria del Congreso (2008-11) y del Senado (2011-19).

Un animal político que piensa ya en su retirada, en su jubilación de forma definitiva, y esta vez parece que va en serio. En esta etapa en la Subdelegación del Gobierno en Valladolid le ha tocado lidiar con situaciones muy difíciles por la pandemia, pero también ha podido comprobar el trabajo ejemplar de los efectivos policiales y el empeño incesante y responsabilidad de los alcaldes de los municipios para tratar de frenar los contagios. Hace gala de que el entendimiento entre administraciones es posible, como ha sido su caso con la Delegación Territorial, mientras que lamenta que se haya utilizado la pandemia y la gestión de las vacunas con intereses políticos desde la propia Junta de Castilla y León.  Y critica sin tapujos la “falta de conexión con la realidad” de algunos jueces en esos momentos tan difíciles para España. Un poder judicial con diferentes criterios según las comunidades autónomas que no han entendido, en su opinión, lo que estaba ocurriendo y que desmoraliza con sentencias como la inconstitucionalidad del Estado de Alarma a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Ahora, con la vista ya puesta en la nueva normalidad, Valladolid se posiciona como una de las ciudades con más posibilidades para la recuperación. Una ciudad con un gran potencial para convertirse en líder de la transformación de la automoción, que tiene que aprovechar las oportunidades de futuro que presenta el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno. 

P:Ha sido concejal, alcalde, diputado, senador… y ahora subdelegado del Gobierno en Valladolid, ¿cuál ha sido su cargo más gratificante?

R: Es difícil de contestar porque he estado muy a gusto en todas las etapas en las distintas administraciones. Quizá la etapa de alcalde haya sido la más gratificante en cuanto al trato directo con los ciudadanos, pero también he estado muy a gusto en la diputación provincial, en el Congreso, en el Senado y ahora en la Subdelegación. Son etapas tan diferentes que en cualquiera de ellas sacaría aspectos gratificantes. Sin embargo, si ahora mismo me dijeras si volvería a la Alcaldia diría que no, porque se requiere una fuerza y una dedicación que no podría, como sí lo dedique en los momentos en los que estuve en Tordesillas, con treinta y pocos años.

Entonces, ¿dónde se ve dentro de unos años?

Soy consciente de que estoy en la edad de jubilarme y dedicarme un poco más a la familia, a mi mujer, quien ha sufrido toda mi carrera política durante estos años. En el momento en el que termine la etapa en la Subdelegación mi intención es jubilarme de una forma definitiva. Hay que dejar paso y hay que ayudar a los compañeros que me lo pidan en cualquiera de los cargos y retirarme ya, esta vez creo que sí que va en serio, mi edad es ya un elemento importante para tomar este tipo de decisiones. 

¿Cómo fue aterrizar en la Subdelegación y tener que enfrentarse a gestionar una pandemia?

La primera etapa fue algo inesperado e inconcebible. Si cuando me propusieron estar a cargo de la Subdelegación hubiera sabido de la pandemia, no sé si hubiera tenido la fidelidad que he tenido siempre al partido, me lo hubiera pensado. Ha sido una situación muy difícil. Actualmente, a pesar del repunte de la quinta ola, todo apunta a que se está terminando. La vacunación en España ha sido un éxito total, somos uno de los países europeos más avanzados. Elogio la actitud de la ciudadanía, no ha habido problemas de sectores amplios de negacionistas como en otros países. Aquí todos hemos entendido que la vacunación era la única solución y se está realizando a un ritmo totalmente adecuado que hace que seamos líderes en la vacunación. Pero claro está que ha habido dificultades, ha habido momento en los que hemos estado muy preocupados porque no sabíamos a lo que estábamos enfrentándonos.  Pudo parecer que eran excesivas determinadas medidas como los controles, las limpiezas de las calles, los cierres perimetrales, toques de queda…, pero eran necesarios y se hicieron porque quien tenia responsabilidad de tomar decisiones entendía que era lo mejor y así se hizo.

¿Como valora la gestión de la pandemia por parte de la Junta de Castilla y León y el enfrentamiento con el Gobierno?

En un primer momento hubo una colaboración leal con la Junta, pero según pasaba el tiempo he visto una actitud contradictoria. Me refiero a la Junta de Castilla y León, no a la Delegación Territorial de Valladolid, con la que repito ha habido siempre una colaboración total y la gestión del delegado territorial, tanto de las medidas como de la vacunación, ha sido ejemplar. Otra cosa es la Junta: desde la Consejería de Sanidad y sobre todo desde la Vicepresidencia me ha dado la impresión de que se estaba utilizando a veces, y me dolía que fuera así, la gestión de las vacunas y la pandemia con intereses políticos y no con la actitud de aportar entre todos nuestra colaboración.

Lo cierto es que Castilla y León ha sufrido una reducción considerable de dosis en los últimos meses ¿está en peligro la vacunación?

El sistema de adquisición de vacunas ha sido el mejor de los posibles, con la UE centralizando la compra de vacunas. Los retrasos en algunos envíos están totalmente justificados, el ritmo se ha mantenido. En Castilla y León se ha optado por una mayor prudencia para tener reservas para las segundas dosis y eso ha podido retrasar en algún momento las vacunaciones, pero no ha sido significativo, se ha hecho correctamente. Ha habido salidas de tono y contradicciones evidentes, no solo del vicepresidente de la Junta, con ataques absurdos y exabruptos, sino también contradicciones claras por parte del presidente. Se ha quejado de las vacunas cuando sabe del informe que indica que España es el país con más personas vacunadas de todos los países desarrollados. En cuanto al reparto de las vacunas y los criterios, inicialmente se tuvo en cuenta la población mayor, lo lógico, y después de estar vacunados, fue por población sin más. Castilla y León ha recibido incluso más de las que le correspondían. Esas criticas de la Junta son injustificadas y no las entiendo.

¿Y cómo valora la actitud de los alcaldes de la provincia de Valladolid durante la pandemia?

A los alcaldes hay que darles un diez en cuanto al comportamiento que han tenido. Son los que han dado la cara por las medidas impuestas desde otras administraciones. Mi máxima calificación a la actitud de las corporaciones locales de nuestros municipios, que han actuado con gran responsabilidad y dedicación en esta crisis. La prueba la vemos ahora, que ante cierta ambigüedad, ya que la Consejería de Sanidad no ha querido tomar determinadas medidas y ha dejado la opción de organizar actos o no a los alcaldes, la mayoría están siendo de lo más razonable viendo lo que pueden organizar sin riesgo y están eliminando sus programas al ver que podía ser un foco importante de contagio.  Y en cuanto a la actitud de la ciudadanía en general, ha tenido un comportamiento ejemplar. La mayoría de la gente continúa con la mascarilla por la calle, porque somos prudentes y entendemos que, aunque podemos no llevarla, al ver riesgo en aglomeraciones se la ponen por el miedo al contagio.

Entonces, ¿las administraciones deberían haber sido más contundentes? ¿Hubiera sido mejor que la Junta prohibiera las fiestas en los pueblos y que el Gobierno prohibiera la retirada de las mascarillas en el exterior?

Era otra opción, pero quizás suspender todas las fiestas de los pueblos hubiera sido excesivo. Sería volver a castigar a un sector muy importante y se están organizando sin riesgo real. Los contagios no se están produciendo en las actividades de música o teatro porque la gente mantiene la distancia y los alcaldes han marcado unas normas para asistir a espectáculos. Viendo la actitud de los alcaldes me reafirmo en que era la mejor opción, porque los alcaldes han dado una prueba de responsabilidad total y cada municipio, en función de los medios que tengan, deciden si pueden organizar o no las actividades. No sé si al final del verano tendremos que analizar todo esto y decir que había que haber sido más contundente, pero creo que se está actuando de manera bastante coherente.

Echando la vista atrás, tras un año de pandemia, ¿qué medidas considera que no han sido acertadas?

Pienso que las medidas adoptadas en el Consejo Interterritorial de Salud han sido las medidas que en ese momento han dado resultado y eran las adecuados. Quizás los cierres perimetrales no sé si realmente han tenido mucha efectividad. Podemos poner muchas medidas, pero hay que ver cómo se hacen cumplir. Si ahora me dicen que hay que controlar y prohibir todos los botellones, por ejemplo, seamos realistas: ni duplicando todos los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado podríamos hacerlo.

¿Cómo ha visto que las medidas en unas CCCA sean aceptadas por los tribunales y en otros no?

No me duele en prendas criticar a algunos de los jueces. El poder judicial, desde mi punto de vista y con mi máximo respeto, parece que no ha entendido lo que estaba ocurriendo en el país. Tendrán más preparación que yo y estarán más documentados para tomar la decisión, pero no entiendo las decisiones que han tomado ni es muy entendible por parte de la población cómo en unas comunidades se avala el toque de queda y en otras no. Cómo después de lo ocurrido, el Tribunal Constitucional puede decir que la medida estaba bien pero no en esa forma sino mediante otra. De todo este proceso es lo mas negativo que he visto, esa falta de conexión con la realidad. El poder judicial debería haber estado comprendiendo más la situación y, además, no ha valorado las consecuencias que tienen, incluso para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado puede suponer una desmoralización, en el sentido de que han estado dando la cara y jugándose el tipo y ahora resulta que no ha valido para nada.

¿En qué quedarán las multas durante ese periodo ‘inconstitucional’ del Estado de Alarma tras la sentencia del TC?

Tenemos que ver las instrucciones de la secretaria de Estado de Interior. Tendrán que analizar bien la sentencia, pero parece que todo apunta a que habrá que devolver las multas.

¿Cómo han respondido las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado durante la pandemia para hacer cumplir la normativa?

De forma ejemplar, aunque suene a tópico. Han hecho de todo para evitar la propagación de la pandemia. Y cuando digo todo, me refiero a cosas que no les correspondían a ellos como Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Por ejemplo, cuando hay que llevar notificaciones a gente contagiada, normalmente van los inspectores sanitarios de la Junta de Castilla y León, pero ante la falta de estos técnicos sanitarios ha sido la Guardia Civil y Policía Nacional quienes han ido a hacerlo. Ahora seguimos haciendo los controles de las cuarentenas y en teoría tampoco tendrían que ser ellos, sino personal sanitario de la Junta. También con la Policía Local, ya que hay que resaltar la colaboración de los tres cuerpos durante la pandemia.

Enfocándonos ya en la recuperación, ¿qué proyectos tiene por delante Valladolid para convertirse en una ciudad del futuro?

Ahora mismo tenemos el Plan de Recuperación y Resiliencia por delante y el Ayuntamiento de Valladolid está presentando unas iniciativas que pueden ser muy atractivas, pero también siguen ahí la modificación del ferrocarril, los talleres de Renfe, el Plan Agroalimentario que quiere traer el alcalde. Valladolid es una de las ciudades que tiene unas posibilidades enormes de recuperación con este plan, tiene una oportunidad única ante las cantidades enormes que van a venir. El otro día las ministras presentaron en Valladolid el Plan de Recuperación para la automoción, eso es fundamental para la ciudad. La automoción se tiene que transformar y tenemos la gran oportunidad de reconvertir ese sector y de ir hacia sistemas de combustión más ecológicos y adaptarlos a la nueva realidad. Valladolid puede y va a liderar esa recuperación, ya que tenemos aquí a Renault, Iveco y otras industrias automovilísticas y fue muy significativo que las ministras eligieran Valladolid para presentar ese plan. Es una de las ciudades que más futuro tiene en este sentido. Por ende, como ha dicho el alcalde, creo que el que Valladolid se desarrolle y tenga más potencial no tiene que ser visto por las otras capitales de provincia como algo negativo para ellas, sino todo lo contrario. La idea es que trabajemos todos conjuntamente: si Valladolid se desarrolla beneficiará al desarrollo de las demás.

¿Cuándo será una realidad Ciudad de la Justicia en Valladolid?

La Ciudad de la Justicia esta ya desatascada. El Ayuntamiento ha tomado la medida correcta de ubicarlo en el centro de la ciudad, porque mantienes edificios que ahora se están utilizando. Una vez se ha desatascado la propiedad del edificio y los aparcamientos, es el Ministerio quien tiene que redactar el proyecto y tirar para adelante porque los impedimentos que había ya no los hay. No me gusta dar fechas porque suelen fallar, pero hablamos de un proceso lento, quizás de diez años, aunque puede ser antes.

Y en la provincia de Valladolid, ¿cuáles son los principales retos para que los pueblos puedan crecer?

Hay un tema prioritario para lo que puede ser el futuro de los pueblos y es la extensión de banda ancha. Hay una importantísima aportación del Gobierno para que llegue la fibra óptica a todos los municipios con un plan único para que se extienda, porque es verdad que hemos visto un repunte de gente que quiere residir en los pueblos pero lo primero que preguntan es si hay fibra óptica por el teletrabajo. En cuanto a las carreteras, este año se han hecho reparaciones importantes en la A-62 en la zona de Tordesillas en una zona que estaba bastante mal. Para que nuestros pueblos puedan crecer tienen que tener buenas comunicaciones, tanto físicas de carreteras como de redes. En cuanto a las telecomunicaciones, el Gobierno ha sacado un plan importante de subvenciones para que las compañías telefónicas instalen la fibra óptica a municipios de toda la provincia. De lo aportado el Gobierno, la Junta ha puesto un 15%, que esta muy bien. Ahora se está viendo qué posibilidades hay para que las diputaciones puedan también aportar cantidades a este plan.