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Teresa Baz (FeSP-UGT): “Sacyl nos trata como un número trasladándonos de un sitio a otro sin diálogo”

11 febrero, 2021 08:56

Tras charlar con Patricia San Martín, secretaria de Acción Sindical de Satse en Castilla y Léon, sobre la vacunación y con María José San Román, presidenta de CSIF en Valladolid, sobre la carga que arrastran los profesionales sanitarios en plena tercera ola, hoy nos atiende Teresa Baz, secretaria provincial de Sanidad de FeSP de UGT Valladolid.

Con ella charlamos sobre los traslados “forzosos” que las organizaciones sindicales vienen denunciando en las últimas fechas, sobre los derechos de los trabajador y de muchas cosas más en la siguiente entrevista:

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Pregunta. Miguel Holguín, secretario regional de FeSP-UGT,  manifestaba este viernes que al personal sanitario se le está tratando como “material fungible”, ¿está de acuerdo?


Nos tratan como un número, trasladándonos de un sitio a otro sin diálogo, negociación ni explicaciones, ni al trabajador ni a sus representantes sindicales


Respuesta. Sí, estoy de acuerdo en aplicar el concepto de “fungible” al trato que por parte de la Consejería de Sanidad y la Junta de Castilla y León se ha dado y se está dando al personal sanitario. Sacyl nos trata como un número, trasladándonos de un sitio a otro sin diálogo, negociación ni explicaciones, ni al trabajador ni a sus representantes sindicales. La principal consecuencia de estas actitudes por parte de la Administración es el desgaste de los profesionales.

P. Desde UGT están siendo muy críticos con este traslado de profesionales que se está llevando a cabo hasta el Edificio Rondilla, ¿Cómo valoran la situación?


Se está aplicando el decretazo del 14 de noviembre del presidente Mañueco


R. Se está aplicando el decretazo del 14 de noviembre del presidente Mañueco, presidente que, una vez más, incumple su palabra como con el acuerdo firmado de las 35 horas, sin cumplir lo que prometió a los sindicatos de la Mesa Sectorial de Sanidad de que no aplicaría su propio decreto.

La aplicación del decreto atenta contra los derechos laborales de los trabajadores de tal forma que, a día de hoy, se ha instalado una suerte de incertidumbre sobre los mismos al no tener certeza alguna sobre si mañana su puesto de trabajo va a seguir estando donde está y qué funciones va a tener que desempeñar. Insistimos, sin diálogo ni negociación, cualquier acto de los gestores de la Sanidad Pública se verá como una afrenta a todos los trabajadores y trabajadoras del sector sanitario que llevan más de 10 meses al pie del cañón sin un apoyo real de la administración.

Por desgracia la única salida que nos han dejado para poder reiniciar una negociación plena y verdadera sobre la optimización de los recursos humanos de SACYL en la pandemia ha sido recurrir a la vía judicial para tirar el decretazo, siendo UGT la primera organización sindical en llevarlo a cabo.

P. Holguín dijo incluso que el Edificio Rondilla es como el Hospital Zendal de Madrid…

Es evidente que los traslados forzosos también se están produciendo aquí en el Edificio Rondilla


R. Desconozco la gestión que se lleva a cabo por parte de la administración madrileña en cuanto a recursos humanos en el Zendal, más allá de lo que cuentan los trabajadores y los medios de comunicación, pero es evidente que los traslados forzosos también se están produciendo aquí en el Edificio Rondilla.

P. La falta de profesionales en los hospitales de Valladolid vuelve a ser palpable, una vez más…


R. La COVID-19 ha provocado que se pongan de manifiesto en la sociedad los déficits del sistema que desde UGT venimos tiempo denunciando: recortes presupuestarios, recortes en recursos humanos y técnicos, desde incluso antes de 2012, y que han provocado que la respuesta del sistema sanitario público ante la pandemia fuera insuficiente.

Tenemos un ejemplo claro en el déficit de Radiólogos en el Hospital Comarcal de Medina del Campo, previo incluso al Covid, que está obligando al servicio de Radiología del Clínico a hacerse cargo de él, al igual que ocurre con el Edificio Rondilla.

P. ¿Se están marchando estos profesionales a otras comunidades en busca de una oportunidad laboral mejor?


R. Rotundamente sí. La mala gestión de los recursos humanos por parte de los diferentes consejeros de Sanidad que hemos padecido en esta Comunidad, sumado a los recortes en presupuestos y personal llevados a cabo por los gobiernos del PP en la Junta, han convertido a Castilla y León en un destino poco atractivo para desarrollar una carrera profesional en SACYL.

Contratos precarios, falta de procesos selectivos anuales, sueldos bajos, ausencia de un plan real de conciliación familiar en el sector sanitario, el incumplimiento de la jornada de 35 horas, un modelo de carrera profesional convertido en una suerte de gymkana, una sanidad rural despreciada y abandonada con multitud de plazas de difícil cobertura a las que no se quiere dar solución alguna…Todo esto nos pone en inferioridad con respecto a comunidades limítrofes a la hora de fijar profesionales.

P. ¿Cómo son las contrataciones que se han realizado en los hospitales vallisoletanos desde el comienzo de este drama del COVID-19?


R.El primer problema que se encontró Sacyl a la hora de contratar profesionales fue que otras Comunidades habían sido más rápidas y ofertaban contratos más largos, ya que nuestros gestores, al parecer, consideraron que la COVID-19 iba a ser algo circunstancial y acotado en el tiempo volviéndose a ofrecer contratos cortos y precarios.

Posteriormente, se cesaron profesionales que dieron la cara en la primera ola, hasta que las Organizaciones sindicales denunciamos lo que estaba ocurriendo, con lo que la administración tuvo que poner fin a esa política errónea.

A día de hoy falta personal médico y de enfermería, como estamos comprobando con la imposibilidad de abrir más plantas en el Edificio Rondilla, lo que refleja una falta preocupante de visión a futuro por parte de la Gerencia Regional de Salud.

Cada vez es más prioritario y fundamental una adecuación de las plantillas reales a las necesidades del sistema

Cada vez es más prioritario y fundamental una adecuación de las plantillas reales a las necesidades del sistema: nos permitirá reducir la precariedad, atraer y fijar profesionales y tener un sistema sanitario público que pueda afrontar con mayor soltura catástrofes sanitarias como la que nos está tocando vivir.

P. Jornadas largas de trabajo, dificultad para conciliar… ¿ante que más problemas se está encontrando el personal sanitario?


R. La situación provocada por el virus ha traído consigo el “debilitamiento” de los derechos laborales de los trabajadores de la Sanidad Pública que han visto cómo no solo empeoraban sus condiciones laborales con sobrecarga asistencial, turnos extenuantes, cambios de funciones y demás sino que además ven cómo se finiquitan sus permisos de conciliación familiar, cuidado de hijos, descansos, etc.

Si la primera ola trajo consigo toda la problemática relacionada con los EPIs, el devenir de la pandemia ha provocado una suspensión mantenida de nuestros derechos.


P. ¿Qué cambiarían?


R. Desde UGT seguimos insistiendo en que es necesario un diálogo abierto, permanente y constructivo entre la administración y los representantes de los trabajadores en la Mesa sectorial de Sanidad en aras de optimizar los recursos humanos para afrontar la pandemia y minimizar las repercusiones negativas que para los trabajadores de SACYL ha traído la gestión del coronavirus. Un diálogo abierto y sin ataduras cuyo único punto de inicio es la retirada del decreto de Mañueco.


P. ¿Como está el personal sanitario de los hospitales vallisoletanos con esta tercera ola?


R.Nos encontramos saturados mental y físicamente, con la sensación de haber retrocedido en el tiempo, a marzo de 2020. Más cuando después de una jornada dura de trabajo nos encontramos con abundantes ejemplos de nula conciencia social: aglomeraciones sin respetar las medidas de distanciamiento, declaraciones políticas de salvar la Navidad… todo ello nos hace sentir que vivimos en una realidad paralela.

A esto añadir la falta de personal por bajas laborales no solo por haber contraído la enfermedad sino por estrés y problemas psicológicos derivados de la sobrecarga que llevamos padeciendo desde hace más de 10 meses.

Pese a todo ello, el personal que continúa activo sigue luchando y ofreciendo una asistencia de calidad en los cuidados y de humanidad a todos los pacientes y familiares de esta provincia.