Noelia Martín, en el aparcamiento de la Comandancia de Zamora

Noelia Martín, en el aparcamiento de la Comandancia de Zamora

Zamora

De Ibiza a Zamora para proteger el mundo rural: Noelia, la guardia civil más joven de la provincia

"Nos piden ayuda para cosas muy cotidianas. Hasta para que les ayudemos con un móvil o un documento que no entienden", explica la joven

25 diciembre, 2023 07:00

Decía el sargento Laguna (Pepón Nieto) en la exitosa serie de Álex de la Iglesia '30 monedas' que los guardias civiles no llevan traje "si no uniforme como los charcuteros o las enfermeras porque su labor es servir a los ciudadanos". Y es una definición muy acertada del trabajo de los agentes del Instituto Armado sobre todo en territorios rurales como los de la provincia de Zamora. 

La Comandancia de Zamora cuenta con más de 700 agentes repartidos a lo largo y ancho de su geografía. Ellos velan por los 248 municipios, en los cuales predomina una población envejecida, con muchas personas mayores en las localidades más pequeñas. La presencia de la Guardia Civil brinda un sentimiento de seguridad a estos residentes, quienes acuden a ellos en caso de urgencia, necesidad o, simplemente, ayuda.

Un cuerpo que se nutre de la vocación de servicio de hombres y mujeres jóvenes que deciden dedicar su vida a servir a los demás y, además, lo hacen eligiendo Zamora como el destino para desarrollar sus carreras. Este año, la Guardia Civil celebraba un concurso de traslados donde 54 agentes (42 hombres y 12 mujeres) se han incorporado a la Comandancia de Zamora por elección. 

Y entre este medio centenar de agentes destacamos a la más pequeña de todos ellos: Noelia Martín, de 26 años. Nacida en Ibiza, pero criada en Palma de Mallorca hasta la mayoría de edad, siempre tuvo claro que su destino tenía que ser la Guardia Civil. Y cómo iba a ser de otra manera si su familia está estrechamente ligada a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Su abuelo fue agente del Instituto Armado en Gijón; mientras que su madre fue agente de la Policía Portuaria de las Islas Baleares. 

"Siempre lo he vivido de cerca en casa y me gustaba, pero no fue hasta los 20 años que decidí opositar", explica para EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León. Porque antes de todo esto, Noelia no estuvo quieta ni parada precisamente. Esta joven es una trabajadora nata y no ha dejado de buscarse la vida. 

Con solo 18 años hizo las maletas rumbo a Reino Unido para trabajar como 'aupair' (niñera). Un empleo nada sencillo y poco agradecido, pero que le sirvió para manejarse mejor con el inglés. Tras esto se mudó a Astorga (León) donde se ha ganado la vida como camarera, charcutera y jardinera, hasta lograr su puesto en la Guardia Civil.

Noelia Martín, en el interior de la Comandancia de Zamora

Noelia Martín, en el interior de la Comandancia de Zamora

De veraneante a opositora

Pero ¿cómo acaba una ibicenca viajera en Zamora? Pues como todas las grandes historias, fue por amor. Noelia siempre había veraneado en un pequeño pueblo de León, Barrientos de la Vega, y fue allí donde conoció a su actual pareja, que acabó de empujar su intención de convertirse en guardia civil.

Demostrando ese empuje que ella tiene, la joven consiguió aprobar la oposición en dos intentos. Ella insiste en que está "en la media", pero la realidad es que la mayoría de los agentes necesitan tres convocatorias para lograrlo. Noelia se preparó a conciencia para obtener la plaza. Primero estudió durante un año en una academia presencial y luego dedicó otro más a prepararse en una academia online "que me vino muy bien porque yo trabajaba a la vez y, además, me estaba sacando el C1 en la escuela de idiomas". 

La joven agente explica que lo principal en la parte física es entrenar y llevar un estilo de vida sano, pero considera que "las pruebas físicas son asequibles". Para Noelia la parte "donde se hace la criba" durante los exámenes teóricos. De hecho, esos son los primeros a los que se enfrentan los aspirantes, para descartar a los primeros grupos. 

Esta parte teórica se divide en cuatro pruebas, que tienen que superarse con éxito: un examen de conocimientos de normativa, procedimientos y leyes; un examen de inglés, un psicotécnico y una prueba de ortografía y gramática. Mientras que las físicas son una carrera de dos kilómetros, un circuito de agilidad, unas flexiones y un ejercicio de natación. Noelia detalla que "las pruebas no puntúan, simplemente te determinan si eres apto o no apto que eso por ejemplo es una diferencia bastante grande con la Policía Nacional".

De la academia a Camarzana de Tera

Tras superar estas pruebas, Noelia puso rumbo a Baeza (Jaén) donde se encuentra la Academia de Cabos y de Guardias de la Guardia Civil. Una instrucción que a la joven le pilló en plena época del COVID, en 2020, lo cual fue aún más complicado mentalmente.

En esta fase, Noelia pudo aprender más en profundidad el reglamento de la Guardia Civil, además de defensa personal, prácticas de tiro, primeros auxilios y, una parte fundamental, el trabajo psicológico para saber "cómo tratar a los ciudadanos". Y una vez obtuvo todos estos conocimientos, la joven consiguió su primer destino en prácticas: Camarzana de Tera. 

"Yo elegí directamente este municipio porque era lo más cerquita que me quedaba de mi pareja, que trabaja en Robledo", explica la joven. Y es que su novio también se dedica a servir a los ciudadanos, en este caso en extinción de incendios. Sin duda, una pareja hecha a la medida y con grandes valores de servicio.

Su aterrizaje en Camarzana de Tera lo recuerda con mucho cariño. "La experiencia fue muy bien y mis compañeros me trataron siempre como una compañera más, estuve muy acogida", asegura. Acababa de salir de la academia, pero Noelia recibió todo el apoyo del resto de compañeros de cuartel y aún mantiene contacto con ellos. 

Noelia explica que en zonas rurales como esta, la mayor parte de los servicios suelen estar muy ligados a accidentes de tráfico por fauna salvaje, asistencia sanitaria, desapariciones de personas mayores y, sobre todo como decíamos al principio, la ayuda al ciudadano. "Nos piden ayuda para cosas muy cotidianas. Hasta para que les ayudemos con un móvil o un documento que no entienden", detalla. 

Destino: Castroverde de Campos

Una vez terminado este año de prácticas, Noelia tuvo la fortuna de que la Guardia Civil sacó ese concurso de traslados tan numeroso que le permitió elegir un destino en Zamora, "pese a ser de la última promoción". Y se plantó en Castroverde de Campos, una pequeña localidad que colinda con las provincias de León y Valladolid, de 276 habitantes.

Noelia y su compañero, a punto de entrar en un coche patrulla

Noelia y su compañero, a punto de entrar en un coche patrulla

Noelia reconoce que el trabajo entre Camarzana y Castroverde no difiere demasiado. "Al final hacemos un poco de todo para ayudar a los ciudadanos. Muchos son mayores y no tienen familia cerca", explica. De hecho, la verdadera novedad ha sido ella misma. Y es que "hacía muchos años" que ninguna mujer ejercía como agente en el cuartel de Castroverde de Campos. "Me tratan todos muy bien, pero sí que les llamó la atención al principio, porque aunque había habido alguna, no era lo habitual", añade.

Parece que en la gran familia de la Guardia Civil, el compañerismo es otra asignatura más de la academia. Noelia explica que mantiene muy buena relación con todos los compañeros que han pedido destino en Zamora y otros tantos que conoció en la academia.

Hasta tienen un grupo de Whatsapp. "Ahí nos vamos hablando y preguntando por el destino de cada uno. Es bonito ver como cada uno va tomando su camino, se van especializando y otros cambiando de destino. Me gusta ese contacto y saber cómo se va desarrollando cada uno en un ámbito diferente, siendo todos guardias civiles", reconoce.  

La imagen de la Guardia Civil entre los jóvenes

Aunque, lógicamente, Noelia no tiene solo amigos dentro del Cuerpo, pero vende muy bien a la Guardia Civil entre sus allegados. Esta agente cree que la entrada de personal joven ayuda a que otros vean que el Cuerpo "se está modernizando". Y si no lo ven, ya se lo explica Noelia. La agente explica a todos que en la Guardia Civil cada vez hay gente más formada, "más preparada y no se pueden quedar con la típica imagen del guardia civil mayor. Sino que aquí entramos todos". 

También defiende esa presencia femenina y la propia especialización del cuerpo en delitos informáticos. "Estamos abarcando un ámbito muy grande, con muchos especialistas muy bien formados", añade. Tal es el entusiasmo con el que Noelia habla de su profesión que "muchísimas de mis amigas están preparando la oposición, porque lo ven como buena salida laboral".