Más de 3.000 personas celebraron ayer en Morales del Vino la fiesta del Cristo de Morales, con un índice de participación en la romería que superó con creces las expectativas de la organización, a pesar de caer en día laborable en la capital zamorana.

Desde primera hora de la mañana, la pradera presentó una gran animación y los habitantes de la localidad llevaron en procesión a la Virgen hasta la ermita del Cristo de Morales. El obispo de Zamora, Fernando Valera, presidió a mediodía la solemne misa en la ermita del Cristo de Morales, concelebrada por un grupo de sacerdotes del arciprestazgo del Vino y otras parroquias vecinas.

La jornada festiva en Morales del Vino contó con la presencia de la Consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco; la delegada territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, Clara San Damián; el presidente de la Diputación de Zamora, Francisco José Requejo, y el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, entre otros representantes de instituciones y entidades públicas y privadas.

“En comparación con 2019, mucha más gente. No es lo mismo que caiga en domingo a que caiga en lunes, que se supone que habría menos gente pero ha habido una afluencia exagerada, empezando por los propios moralinos, que han respondido de una forma increíble. Nos dicen que un mínimo de 2.000 personas”, aseguró, en declaraciones a la agencia Ical, el concejal de Fiestas de Morales del Vino, Rubén García.

“Son las ganas. La participación de romeros es lo más destacado de la jornada, con mucha diferencia. Nos ha dado el sol de lo lindo. Ha sido maravilloso. Parecía un 15 de agosto. Ha sido una inyección de moral y económica y social para todos. Morales del Vino está llena de gente desde el pasado viernes”, añadió.

La jornada terminó con la celebración de la eucaristía,presidida por los párrocos de Morales del Vino en la ermita del Cristo, con el rezo de la novena y la procesión de regreso de la virgen a la parroquia.