La liquidación del Presupuesto de 2021 pone de manifiesto la estabilidad económica del Ayuntamiento de Zamora, con una recuperación de los ingresos a los tiempos de la prepandemia y una capacidad de financiación suficiente para afrontar los nuevos proyectos e inversiones. Una situación financiera que es fruto de una gestión económica solvente y sin subida de tributos, según manifestó el alcalde, Francisco Guarido, que aseguró que tampoco se incrementarán en el futuro próximo las tasas e impuestos, al menos hasta el final del actual mandato municipal.

La liquidación se cierra con un superávit de 6.948.172,30 euros y arroja un remanente de Tesorería de más de 45 millones de euros, lo que supone que no es necesario acudir al préstamo que figura en el proyecto de presupuestos para acometer las inversiones previstas. El concejal de Hacienda, Diego Bernardo destacó especialmente la recuperación de los ingresos municipales, que se sitúan en niveles de antes de la pandemia, e hizo una comparación con los datos de 2018, respecto a los cuales se han recuperado los ingresos por tasas e impuestos, incluso con subidas sustanciales de la recaudación en algunos tributos como las Licencias Urbanísticas, que se han incrementado de 147.000 euros de ingresos en 2018 a 496.000 euros el pasado año; o las del Impuesto de Instalaciones, Construcciones y Obras (ICIO), cuya cuantía se ha cuadruplicado, pasando de 402.000 en 2018 a 1.610.000 euros recaudados por este concepto en 2021. Y todo ello flexibilizando la recaudación de otros tributos como la tasa de terrazas, en la que se han mantenido la bonificación del 85% durante todo el año como consecuencia de la pandemia.

El concejal de Hacienda abogó por una suspensión de limitaciones en el gasto impuestas por el Gobierno, "al menos para las administraciones con una situación económica saneada como es el caso del Ayuntamiento de Zamora"; y criticó la contención en las transferencias corrientes en el caso de las procedentes del Estado o la reducción de las de la Junta de Castilla y León, que en términos nominales se han reducido en un 60%, ya que gran parte de las transferencias corrientes las ha transformado en ayudas a la inversión, lo que limita la autonomía municipal para la disposición de los fondos. No obstante, el Ayuntamiento ha podido superar el año pasado el techo de gasto en un 10,3% debido a la suspensión temporal de las reglas fiscales por la pandemia; lo que ha posibilitado incrementar el límite de gasto de 48 a 51 millones de euros. No obstante, Diego Bernardo manifestó la voluntad de seguir solicitando el máximo de subvenciones disponibles tanto para gasto corriente como para inversión, que el año pasado se cuantificaron en más de un millón de euros. En cuanto a los gastos generados la partida más importante corresponde a los gastos de personal (23 millones), seguido de los gastos corrientes en bienes y servicios (21 millones), mientras que más de cinco millones se destinaron a las inversiones ya ejecutadas; una cifra que se sube hasta 7,5 millones si se incluyen las incorporaciones y suplementos de crédito para los proyectos en marcha.

Con todos estos datos la liquidación del ejercicio presupuestario arroja un Remanente de Tesorería de 45,7 millones de euros, lo que perite anular la partida destinada a la suscripción de un posible préstamo para inversiones en el presupuesto del presente año, y acometer las numerosas inversiones previstas para mejorar la ciudad, así como mantener otras inversiones para potenciar la actividad económica, como los programas Relanza.

Como conclusión el concejal de Hacienda manifestó que el balance de la liquidación del Presupuesto de 2021 corrobora que los presupuestos municipales del Ayuntamiento de Zamora son realistas y generan más inversión y mejora de los servicios "sin subida de los impuestos y manteniendo las cuentas saneadas", contribuyen a que Zamora se suba ala tren de la recuperación tras la pandemia, y sin una subida de las tasas e impuestos, al menos hasta el final del presente mandato.

Para el alcalde estos datos son la consecuencia de una gestión económica solvente, que genera confianza en la gestión del equipo de gobierno municipal, basada en la transparencia, la honestidad, la eficiencia en la gestión y la eficacia en el gasto.