
Beatriz González (arriba izquierda), Inés Ruiz (arriba derecha), Melissa Villacrés (abajo izquierda) y Concepción Benito (abajo derecha), de Vacceas Rugby
Vacceas Rugby, de la grada al campo: "Veíamos a nuestros hijos entrenar y, en vez de mirar, decidimos pasar a jugar"
Este grupo de madres vallisoletanas de más de 35 años fundó su propio equipo en un proyecto que ya se ha convertido en "una unión que va mucho más allá del deporte".
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El eslabón que unió a este grupo de madres vallisoletanas fue sus hijos, jugadores de rugby en distintos equipos de la provincia de Valladolid. Fruto de esa pasión por el oval, decidieron pasar a la acción y así fue como nació Vacceas Rugby, un club formado por mujeres de más de 35 años.
"Veíamos a nuestros hijos entrenar y, en vez de mirar, decidimos pasar a jugar al campo", relata Concepción Benito, una de las integrantes de Vacceas Rugby. Junto a ella, sus compañeras Beatriz González, Melissa Villacrés e Inés Ruiz descubren el proyecto a este periódico.
Actualmente son 23 jugadoras y entrenan tres días a la semana en el Club Militar Deportivo San Isidro, a cuyo coronel y socios les están agradecidas por las instalaciones. No solo entrenan, sino que también compiten en el Mater Series, que este año ha celebrado su cuarta edición con sedes en Valencia, Alcorcón y Valladolid.
Este domingo, las instalaciones acogerán sus primeras jornadas de puertas abiertas. Una oportunidad para darse a conocer y que ya cuenta con el cupo lleno para esta ocasión, evidenciando el éxito de su iniciativa, aunque prevén que para septiembre pueda repetirse.
"El año pasado decidimos fundar nuestro propio club desde cero, adaptado a nuestras expectativas y a nuestros valores", explica Inés, quien asegura que todo el proceso se ha afrontado con "mucha ilusión". Tras su primera temporada, el balance que hacen es positivo, ya que están "más que satisfechas".
Aunque el germen son sus hijos, motivo de su relación con el rugby, Vacceas está abierto a cualquier mujer de más de 35 años. En el caso de estas cuatro integrantes del equipo, ninguna de ellas habían practicado el deporte como tal, sino que lo habían disfrutado desde la grada.

El equipo al completo de Vacceas Rugby, formado por mujeres de más de 35 años de Valladolid
Ahora, en el campo, se han beneficiado de un "bienestar físico y emocional", que les ha permitido "conocer gente y practicar deportes todas juntas". "Solo nos ha traído beneficios", garantiza Inés Ruiz a este periódico.
Para hacer frente los gastos que supone un club de rugby, Beatriz González explica que pueden sufragarlos "gracias a nuestros patrocinadores", quienes han "creído en nosotras". Todas ellas y el resto de sus compañeras llegaron a Vacceas "totalmente convencidas" del proyecto, subraya Concepción.
"No tuvimos que convencer a nadie, surgió y nos juntamos. Las que estamos han sido porque teníamos claro que queríamos estar en este equipo", insiste la jugadora.
Del momento de descubrir el proyecto a su entorno, Melissa recuerda como le dijeron que "ya era hora" que se aventurase a jugar al rugby. "Jugaba toda la familia, solo faltaba yo de convencer, así que encantados", apunta.
En la familia de Beatriz asegura que "poco se sorprendieron", hasta el punto de que su hijo le dijo "mamá, la verdad es que te pega", recuerda entre risas. Tampoco causó estupefacción entre los allegados de Concepción, a cuyo hijo "en el fondo le encanta que su madre juegue al rugby".
"Como conocíamos al rugby y veníamos del entorno no es tanta sorpresa", aclara Inés, quien además puntualiza que "menos en una ciudad como Valladolid", íntimamente ligada al deporte del balón oval.
El ejemplo de estas mujeres sí ha servido para asombrar a algunas de sus amigas, como es el caso de una de Concepción, quien las ha estado viendo en la última jornada del Mater Series en Valladolid. Fue la "pasión, el entusiasmo y el ver cómo corremos" lo que hizo que le dijese a Concepción que es "digno de quitarse el sombrero", incluso reconoció tener "un poco de envidia".
El dar el salto al campo también les ha servido para entender más a sus hijos. "Cuando veía a mi hijo decía es que no placa, no corre. Pero cuando estás ahí dentro entiendes muchas cosas que como espectador no. Es difícil", garantiza Beatriz.
Del rugby tienen todas ellas "muy interiorizado" sus valores, destacando entre ellos el compañerismo. "Hemos creado un vínculo entre nosotras que va mucho más allá del deporte", apunta Concepción.
Han pasado a ser un grupo de amigas que "cuando dejemos de jugar podemos seguir quedando". Una unión forjada en el campo pero también fuera de él, en la creación del club. "Hemos tenido que trabajar en todo ello, hemos creado comisiones que nos han unido mucho", asegura Inés.
Es esa libertad también lo que les ha permitido crear Vacceas Rugby a su "imagen y semejanza". "Eso irremediablemente nos une porque además de entrenar estamos conectadas prácticamente siempre", insiste.

Las chicas del Vacceas Rugby en uno de los partidos del Mater Series
La afinidad llega hasta el punto de que "muchas veces con mirarte sabes lo que está pensando la otra", asegura Concepción. Una aventura que, además ha sido nueva para todas ellas, que nunca habían vivido una experiencia de estas características.
Las cuatro coinciden en que Vacceas Rugby es un equipo para todas las mujeres. Juegan partidos de 20 minutos, 10 cada parte, en medio campo, sin placajes, sin percutir y con melés representativas. "Yo siempre digo que hay que probar. Todas las que hemos empezado nos hemos quedado", desvela Concepción.
En esta primera temporada han conseguido una gran repercusión en redes sociales, donde la gente que luego ha ido a probar con ellas las ha descubierto por esta vía.
"Ven que nos divertimos y no mentimos. El rugby es de los pocos deportes, sino el único, en el que caben todas las personas en el campo y el equipo. Las hay gordas, flacas, altas bajas, tiene que haber de todo y cada una tiene su función", explica Beatriz.
En la actualidad, los retos que se marcan a futuro es intentar ampliar el club en otras categorías. "Sería lo ideal tener una cantera y nosotras apoyaríamos todo rugby, pero sobre todo el femenino", añade Beatriz.

A fin de cuentas, según resalta Inés, es que "las Vacceas no mueran con nosotras". "Cuando no podamos practicar deporte, que haya más gente que continúe. Para eso necesitamos que se nos conozca", subraya.
De su capacidad de afrontar cualquier reto surge el nombre también, en alusión al antiguo pueblo prerromano de los Vacceos, caracterizado "por su valentía". "Yo creo que nos va muy bien", presume Inés.
Vacceas Rugby se ha convertido así en un ejemplo de admiración, fruto de un grupo de mujeres, madres de jugadores de rugby, que decidieron dar el paso de celebrar los ensayos a anotarles ellas mismas.
Pero más allá de eso, se han encontrado en que han creado "una familia", según apunta Melissa. "Cualquier cosa que pase estamos con ellas. No hace falta ni que les diga para qué, si podemos echar una mano en lo que sea ahí estamos", sentencia Concepción.