Fernando junto a su mujer y El Chiringuito de Rábano

Fernando junto a su mujer y El Chiringuito de Rábano Fotografías cedidas a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

El espectacular chiringuito que reina en la bella playa fluvial de un pequeño pueblo de Valladolid: "No hay nada igual"

Al frente está Fernando Rodríguez desde que abrió sus puertas el pasado sábado, 31 de mayo. Un lugar paradisiaco para relajarse y disfrutar.

Más información: La playa fluvial más espectacular de la provincia de Valladolid está en un pequeño pueblo y tiene chiringuito: “Es la Marbella vallisoletana”

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La provincia de Valladolid cuenta con un gran número de piscinas naturales, cascadas y playas fluviales que resultan perfectas ahora que el calor empieza a apretar y antes de que lo haga aún más con la llegada del verano.

Lugares perfectos en los que disfrutar del buen tiempo con la mejor compañía. En familia, con la pareja, con amigos… Todo para pasar una gran jornada con el sol y la diversión como protagonistas.

Una de esas impresionantes playas fluviales se ubica en Rábano, una pequeña localidad vallisoletana que no supera los 200 habitantes. En concreto, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con 176 vecinos.

“Es una playa fluvial que tiene más de 100 años de historia”, aseguraba en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León el alcalde de Rábano, Juan García Benito, que recalcaba que su municipio “es la Marbella de Valladolid”.

La playa fluvial de Rábano en la provincia de Valladolid

La playa fluvial de Rábano en la provincia de Valladolid

El cauce del río Duratón, a su paso por el lugar, ha creado una especie de microclima y siempre merece la pena darse un chapuzón en un pueblo a 70 kilómetros de la capital de provincia.

Junto a la playa se ubica un chiringuito en el que ahora está al mando Fernando Rodríguez, nacido y que vive en Peñafiel, a escasos kilómetros de Rábano. Un lugar en el que tomar un buen refresco y disfrutar de las vistas.

Charlamos con él después de que el pasado sábado, 31 de mayo, cogiera las riendas y abriera las puertas del Chiringuito de Rábano.

Experiencia en la hostelería

“Me defino como una persona trabajadora. He estado en el campo, en bares… conmigo no puede nadie e intento hacer mi trabajo lo mejor posible siempre”, asegura Fernando en declaraciones a este periódico.

Nacido y criado en Peñafiel, desde pronto supo que lo suyo no eran los estudios. Tras trabajar en el campo se metió en el sacrificado mundo de la hostelería. Concretamente en un bar de Torre de Peñafiel.

“He trabajado más de 20 horas en el campo. He cogido patatas, paquetes de paja… he hecho de todo. Hasta he vendido ropa en la tienda de mi madre en Peñafiel”, asegura orgulloso.

Ahora se ha embarcado en otra emocionante aventura.

Apertura y oferta

Fue el sábado, 31 de mayo, cuando procedimos a la inauguración que fue muy bien porque acudieron más de 200 personas. Estoy muy contento y satisfecho. En estas primeras horas me ayudó mi hijo pero lo llevo yo solo”, confiesa Fernando.

Lina Clemencia, su mujer, también le hizo una visita después de que nuestro protagonista presentara su oferta para hacerse con las riendas del establecimiento hostelero. El 23 de mayo se produjo la apertura de sobres. Ahora, tiene vía libre para gestionar el lugar durante tres años.

Imagen del exterior de El Chiringuito de Rábano

Imagen del exterior de El Chiringuito de Rábano Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Tenemos 200 metros de local con una gran terraza con más de 20 mesas y mi idea es llegar a las 600 sillas. Ofreceremos raciones, bocadillos, hamburguesas y todo tipo de bebidas”, explica nuestro protagonista.

Su idea pasa por abrir todo el año con la instalación, para los meses de invierno y cuando el frío apriete, de una estufa de pellet.

El interior de El Chiringuito de Rábano

El interior de El Chiringuito de Rábano Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Nada igual

“Esto es una maravilla. No hay nada igual en 500 kilómetros a la redonda. Es un entorno privilegiado que merece la pena disfrutar. Primero del aire libre y de un buen chapuzón y luego que se pasen por nuestro chiringuito”, asegura Fernando.

El hostelero afirma que “no le da miedo nada” cuando le preguntamos por esta nueva aventura de ponerse al frente del establecimiento hostelero en un pequeño pueblo de Valladolid.

“El futuro lo veo bien. Con optimismo. Esperando a que vengan autocares con mucha gente hasta la playa para darles el mejor servicio. Yo me veo jubilándome aquí”, asegura nuestro entrevistado.

Fernando, un hombre valiente que se lanza a una bella aventura en un lugar maravilloso y que merece la pena visitar.