En España, tenemos la suerte de contar con una gastronomía que nos transporta por una montaña rusa de sabores y sensaciones. Más si nos ceñimos a Castilla y León, donde el arte culinario es todo un atractivo para aquel que quiera visitarla. Desde el lechazo hasta el cochinillo, pasando por el chuletón o la menestra. También por la morcilla o los torreznos. 

Toda ocasión es buena para sentarte en la mesa a disfrutar de los mejores platos y sabores en familia, pareja o con amigos. Si nos centramos en Valladolid, nos encontramos con decenas de restaurantes y bares míticos, que pueden ser considerados incluso emblemas de la ciudad del Pisuerga, que nos dan la oportunidad de disfrutar de productos del más alto nivel.

También les hay que nos ofrecen productos que, aunque no sean cosechados directamente en nuestras tierras, se han convertido con el paso de los años en algo típico de la ciudad. Sucede en Madrid y también aquí. Hablamos del bocata de calamares, una elaboración sencilla pero que en Valladolid llevan décadas siendo una de las opciones favoritas para llenar el estómago.

En barra, en mesa, para llevar o pedir en casa. Da igual, siempre hay una excusa perfecta para disfrutar del bocadillo de calamares bravo de La Mejillonera. Esta cervecería, ubicada en la calle Pasión y también en la calle Héroes de Alcantara, se ha convertido en todo un lugar de peregrinaje para autóctonos y foráneos.

Su bocata de calamares bravos son todo un reclamo para los paladares más apetitosos. Y su truco está en la salsa. Suave, pero a la vez picante. Sumado a los calamares y un pan de calidad, crujiente por fuera y esponjoso por dentro, hacen de este producto todo un reclamo de masas.

Es difícil pasar un día por algunos de sus dos establecimientos, especialmente si lo hacemos en fin de semana y más en fechas tan señaladas como la Semana Santa, y encontrar un solo hueco para sentarnos. Por eso, la opción de poder pedirlo para llevar o incluso que te lo traigan a domicilio a través de las empresas de repartidores muchas veces nos dan la oportunidad de frenar ese antojo que a veces nos da con el bocata de calamares de La Mejillonera.

Lo cierto es que es difícil definir el sabor, ya que es único gracias a esta salsa tan especial que elaboran se podría decir en cantidades industriales, por el enorme número de clientela que tienen. Una salsa que además trasladan a sus también características patatas bravas y que son de tremendo éxito entre los comensales.

Y aunque La Mejillonera es el lugar de Valladolid donde disfrutar del mejor bocadillo de calamares, otros platos atestiguan su buena mano en la cocina. Que sería de este local sin, por supuesto, sus mejillones, que les ofrecen a la escocesa, al vapor, a la marinera, a la vinagreta o con mahonesa picante. Sí, como no podía ser de otra manera, la opción picante no podía faltar ni en los mejillones.

Los calamares bravos picantitos, para los que los prefieran sin pan, también son muy reclamados. O los chipirones fritos con padrones y la ensaladilla especial. Además, todo ello con precios realmente competitivos si atendemos a los altos costes de producción a los que se ven sometidos hoy en día los hosteleros.

De esta manera, si nunca has probado el bocadillo de calamares, o simplemente eres un amante de él, La Mejillonera de Valladolid es el lugar ideal para disfrutar de una explosión de sabor alrededor de este plato tan extendido en toda la gastronomía a nivel nacional.