En la tarde del pasado 23 de noviembre, cuando la magia de la Navidad invadió Valladolid con el clásico encendido de las luces, echaba a rodar también, en la Plaza Mayor de la ciudad del Pisuerga, el VII Mercado Artesanal Navideño que organiza la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León (FOACAL) en colaboración con el Ayuntamiento de Valladolid, a través de la Concejalía de Comercio, Mercados y Consumo.

Un mercado que es un reclamo único, junto al majestuoso árbol de Navidad que se sitúa en el corazón de la ciudad, y que va a permanecer abierto hasta la víspera de Reyes, cuando Melchor, Gaspar y Baltasar tomarán las calles de Valladolid para repartir caramelos, ilusión y muchos regalos a pequeños y mayores.

Una edición, la de este mercado, que ha llegado con novedades en cuanto a la disposición de estos puestos. Son un total de 68 que ofrecen desde jabones, pasando por productos gastronómicos y llegando hasta las marionetas. Una amplia oferta que los vecinos de la ciudad, y también los forasteros, agradecen y de la que disfrutan.

EL ESPAÑOL de Castilla y León se detiene, precisamente, en el puesto de las marionetas para charlar con Ana Díaz, vallisoletana de 49 años que lleva un total de 14 en la profesión artesana, fabricando estos originales objetos que sirven para fomentar la creatividad y que cada vez se usan más también dentro de las aulas. Suma siete años participando en el mercado pucelano.

Las marionetas del puesto de Ana

“Tenemos una tienda física en Valladolid que está ubicada en la calle Carmelo número 13 del barrio de Las Delicias. El nombre es el de Lanita Creaciones. La idea de crear un local para confeccionar marionetas surgió con el fin de trabajar para academias de chicas que opositan para maestras. Abrimos un año antes de la pandemia del coronavirus, en 2019, y aquí seguimos”, asegura Ana en declaraciones a este periódico.

Nuestra entrevista añade que además de en el Mercado de Navidad de Valladolid, también acuden a muchas otras citas en País Vasco, Navarra, Galicia, e incluso, en Portugal, donde venden sus marionetas en distintas ferias medievales y de artesanía.

“Nos pasamos el día metidos en el taller. Hasta en Navidad estuvimos creando. Este año hemos sacado nuevas estructuras que están funcionando bien. Hemos incorporado a nuestra oferta de marionetas tanto trogloditas, como cavernícolas, dragones o unicornios. Bastantes marionetas que vendemos bien”, añade nuestra protagonista.

Sin duda, el que más se vende, como dice Ana, es el monstruo. ¿El de las galletas? Pregunta el que escribe ante lo que la entrevistada contesta: “no hacemos personajes televisivos” para sentenciar: “una marioneta no debe tener una historia creada, la tienes que crear tú” y finalizar con un: “nosotros lo llamamos monstruo y punto”.

Los monstruos, la marioneta más vendida

Son uno de los puestos más queridos del Mercado de Navidad de la ciudad del Pisuerga y están muy satisfechos. En realidad, al puesto de marionetas se le suma el contiguo, el de muñecas, con el que también están sumamente satisfechos.

“Nos dedicamos, cada vez más, a los colegios y a los maestros. El profesorado está recurriendo, cada vez más, a las marionetas para aprender. Necesitan un recurso, un estímulo para que los pequeños aprendan. Nosotros trabajamos mucho con la diversidad, con niños con autismo o Síndrome de Asperger. Estamos muy contentos de ello”, finaliza Ana Díaz.

Un puesto mágico y divertido que fomenta esta creatividad a ritmo de marioneta.