Este sábado la localidad vallisoletana de Tordehumos ha amanecido con ganas de fiesta y movimiento. ¿El motivo? La cita ineludible que tenían vecinos y turistas en un pueblo con mucho encanto y tradición, una representación histórica y cultural de la vida de Doña Mencía, la que fuera señora de la villa en los siglos XV y XVI, que celebra su segunda edición tras el éxito del año pasado y que ha corrido a cargo de la Asociación Cultural La Torre del Homenaje y varios voluntarios bajo el título de 'Las Bodas de Doña Mencía'. 

El reloj marcaba las 11:45 y en la Plaza Mayor del municipio ya se encontraban decenas de vecinos y visitantes aguardando el inicio de la representación. El alcalde, Agapito Bravo, absolutamente entregado con la causa, y su equipo de Gobierno también se encontraban allí. “Se trata de hacer una representación recreando una historia acaecida aquí en Tordehumos. Es una recreación histórica, cultural y turística porque enseñamos nuestras plazas, nuestra historia y nuestro patrimonio, aunque sea por el exterior", nos confesaba el alcalde. 

Participantes de la recreación de 'Las Bodas de Mencía' en Tordehumos

15 minutos más tarde daba comienzo la actividad. Varias personas irrumpían la plaza del pueblo para dar la bienvenida a todos los presentes y deleitarles con unas coplas de ciegos que ambientaron gran parte de la actividad y que precedieron a una breve intervención del alcalde y a la presentación de Doña Mencía por parte del escritor y mayordomo mayor de la Reina Isabel, Gonzalo Chacón. 

Tras ello , la gente se movilizó a la Plaza del Rollo. El interés, la curiosidad y la ilusión se palpaba en el ambiente. 

Ya en el lugar arrancaba la simulación de la primera de las cuatro bodas de Doña Mencía, la tal vez sea uno de los personajes más destacados de la localidad, por parte de decenas de 'actores' que depositaron todos sus esfuerzos para atraer la atención del público emulando el enlace nupcial entre la señora y Pedro Mendoza, hijo del segundo Marqués de Santillana, primo segundo de la protagonista y también el que pareció ser su verdadero amor. 

Este primer acto se ganó los aplausos y ovaciones de los allí presentes, que tras comentar lo agradados que habían quedado con esta primera representación se trasladaron a la iglesia de San Miguel, donde minutos después tuvo lugar la segunda boda de Doña Mencía, esta vez con Bernardino de Quiñones, tras el fallecimiento su primer esposo. 

Imagen de la boda de Doña Mencía con Pedro Mendoza

La satisfacción con la actividad creció todavía más en el tercer enlace, en el cual se simuló la boda de Mencía con Juan Hurtado de Mendoza, con quien pasó por el altar después de que el anterior solicitase la disolución del matrimonio para casarse con otra mujer.  

Vecinos y visitantes llenaron la iglesia de Santa María La Sagrada, desde donde regresaron a la Plaza Mayor. Allí se celebró el cuarto y último casamiento, el que tuvo lugar entre la considerada señora de la villa y el ahijado del rey Fernando el Católico, Fernando de Granada. A sus 44 años, Doña Mencía se casó con él por orden de la Reina Isabel y sin ella quererlo, pues Hurtado de Mendoza acababa de solicitar la rescisión del matrimonio tras desenamorarse de su esposa y conocer a otra mujer con la quería sellar su amor para la eternidad. 

El final del evento llegó con la muerte del cuarto y último marido de la protagonista y con la posterior lectura del testamento por parte de la propia Mencía en el atrio de Santiago, donde expresó su voluntad de que su cuerpo fuese sepultado en dicha iglesia, la misma en la que estaba enterrado Pedro de Mendoza, su primer marido. 

Se puso así el broche de oro a una representación teatral que conquistó a todo el público y por la que tanto el alcalde como los actores recibieron varias felicitaciones. 

Doña Mencía durante la lectura de su testamento