Entre La Parrilla y Montemayor se encuentra la finca ganadera de Montebayón, donde el empresario Javier Fernández tiene su asueto y un pequeño imperio ganadero. Una preciosa finca bien cuidada donde pastan 53 vacas de vientre de procedencia Domecq por la vía José Luis Iniesta.

Fue una jornada de auténtica fiesta  donde Fernández, afincado en Barcelona con múltiples negocios, ofreció a sus familiares y amigos una espléndida  jornada taurina y gastronómica. Ya es la cuarta o quinta vez que visitamos este predio ganadero donde disfrutamos de la amistad de su dueño.

Mucha gente joven, la mayoría amigos de sus hijos, además de numerosa concurrencia de empresarios que les ocurre como a nosotros: nos sentimos como en casa.

El herradero fue corto, ya que el grueso de la camada fue herrado en octubre pasado, dejando una decena de animales para estas reuniones de familiares y amigos.

Un vermut amplio (lomo, chorizo y queso) precedió al tradicional e invariable almuerzo de la casa: puntas de espárragos de la cercana Tudela, unas patatas asadas y envueltas en papel aluminio dispuestas para ser sazonadas, unos deliciosos y pequeños tomates aliñados con virgen extra y vinagre de Jerez, y abundantes pinchos de lechazo a la brasa hasta el hartazgo.

Un Verdejo de “Eresma” y un "Prima" de Toro completaron el delicioso menú, rematado con frutas tropicales (mango y piña). Y como se decía antes: café, copa y puro, con deliciosas pastas y almendras garrapiñadas de Villafrechós. Todo made in Castilla y León.

Nosotros compartimos sitio con un amigo de hace años: Aníbal Asensio, gerente de la bodega La Soterraña, de Olmedo, quien estaba acompañado del vice consejero de Agricultura, Pedro Medina y el director general del Itacyl, Rafael Sáez. Y enfrente estábamos con nuestra gráfica Natalia Calvo y con Raúl Redondo, uno de los "padres" de esa asociación taurina modélica como es La Empalizada de Montemayor de Pililla, cuyo alcalde, Iván Velasco, estaba situado a nuestra derecha.

Luego llegaría el tentadero que, en la parte seria y parando a las becerras, estuvo Joselillo, el diestro de Las Delicias que goza de la amistad del ganadero. José  se prepara a fondo para una temporada esperanzadora.

Media docena de añojas se soltaron por chiqueros para el disfrute de los invitados, algunos con afición desmedida, entre ellos el propio ganadero y su hijo. Y en la retaguardia, tanto en el herradero y tentadero,  estaban Raquel y Adolfo, (Cholo), una estupenda pareja de tudelanos que, además de ser criadores de bueyes berrendos, ayudan en las tareas ganaderas de la finca durante todo el año. Buena gente ¡Vive Dios!

Así que, tras lo expuesto, solo nos queda agradecer al ganadero el buen trato recibido. Hasta la próxima.

Les ofrecemos una amplia galería fotográfica de Natalia Calvo.

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