El Partido Animalista Pacma planea emprender medidas legales contra el cazador que se grabó persiguiendo a una manada de lobos con un todoterreno y por un campo de barbecho de la provincia de Valladolid, tal y como se puede apreciar en el vídeo difundido por el partido a través de sus redes sociales oficiales. 

En dichas imágenes se puede ver cómo el cazador mantiene la velocidad, pese a encontrarse muy cerca de los animales, y cómo este llega a desviarse del camino para seguir acercándose a ellos mientras trataban de huir y estando a punto de atropellar a uno. 

"Desde Pacma denunciaremos a este cazador, que se grabó persiguiendo a una manada de lobos desde un vehículo por un campo en la provincia de Valladolid. Trabajaremos para que estos hechos no queden impunes", han asegurado desde el partido en sus perfiles de Twitter e Instagram. 

Tal y como recuerdan desde el partido, el hostigamiento hacia estos animales, considerados especies especialmente protegidas en España, podría ser constitutivo de una infracción grave contra la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. 

La formación destaca que los ataques a los lobos no han cesado desde que hay registros y que la caza ha sido el factor histórico más influyente para la desaparición de esta especie, que ha pasado de estar presente en toda la Península Ibérica a concentrarse en Castilla y León, Galicia, Cantabria y Asturias en menos de 100 años.

Además, denuncia el hecho de que los lobos sigan estando incluidos en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), solicitando que se les saque de dicho listado, teniendo en cuenta los constantes ataques que sufren por parte de colectivos interesados en su desaparición.

Para Pacma, la "campaña de odio" que cazadores y ganaderos han avivado contra los lobos ha dejado escenas verdaderamente sobrecogedoras, tales como las que se pudieron ver en 2016 cuando aparecieron dos cabezas de lobo decapitadas colgando de un puente en Cangas de Onís y un cuerpo sin cabeza sobre un vehículo, o en 2018 cuando en Asturias aparecieron una cabeza y un rabo en una piscina pública.  

La formación sostiene que esta especie se enfrenta diariamente a los "intereses económicos y electoralistas de los empresarios del campo", quienes, según indican, "prefieren culpar al lobo que enfrentarse a la realidad de que la expansión humana, la caza y la propia ganadería están acabando con los espacios naturales y la biodiversidad". Precisamente por esto, el Partido Animalista trabaja en colaboración con asociaciones como ACEL, cuya labor se fija en la protección de los lobos, como parte de su lucha por conservar esta especie.