La solidaridad puede ser un río sin fin, una montaña sin techo y un camión de varias toneladas. Sin embargo, la solidaridad sí ocupa lugar. Lo puede hacer en forma de ropa, de juguetes, de alimentos, herramientas, menaje, material escolar…y necesita espacio. La organización de voluntarios ‘Entre Todos Ayudamos’ lleva varios años recogiendo las donaciones de los vallisoletanos de manera gratuita. Pero la solidaridad se convirtió en un problema, sobre todo tras la pandemia, hasta el punto de llegó un momento en el que se vieron desbordados, fue entonces cuando tuvieron que solicitar una nave para almacenar todo el material.

Lo encontraron una nave en la Avenida de Gijón 44, donde su dueña les cedió gratuitamente y “muy gentilmente” hasta que la alquilara. Desgraciadamente ese momento ha llegado. Un año después, tras la crisis humanitaria de Ucrania, tienen que abandonar la nave a comienzos de marzo y no sabe dónde meter todo el material solidario.

Juguetes recogidos durante estas Navidades

Por eso, Diego Reglero reclama a una administración, a un particular, una empresa o alguna asociación que tenga una nave abandonada, un local o un garaje para compartir con ellos porque “estoy desbordado de solidaridad”. Él se encarga de tenerla limpia, de hacer un mantenimiento y de “tenerla sin okupas”, ya que recuerda que en la que ha tenido hasta ahora ha realizado reformas para mantenerla. Tampoco necesita “grandes cosas” se conforma con un local o un despacho que sirva de almacenaje. Amplía su petición a posibles asociaciones de vecinos o incluso a parroquías que tengan un hueco. De no encontrarlo, todo este material tendrá que ser entregado a otras asociaciones, y recuerda que en estos momentos ‘Entre Todos Ayudamos’ es la única ONG que tiene ropero solidario de manera gratuita en Valladolid. "Nos manda algún CEAS o parroquias a que recojan prendas de ropa los más vulnerables en Valladolid, totalmente gratis. Para ello damos un vale de recogida". recuerda.

[El 'Ropero solidario', el proyecto que viste a los más necesitados en Valladolid]

Entre el material que tiene destacan 600 juguetes que sobraron de las pasadas Navidades cuando se recibieron más de 9.000, lo que ha provocado tener 87 cajas sin abrir y 24 llenas de peluches. “No damos para más y en mi casa es imposible meter más material”, lamenta. Y es que en este aspecto la gente vallisoletana responde, y mucho, pero hasta el punto de que desborda el espacio que esta organización tiene para almacenarlo. Por eso ruega que alguien les pueda “tender una mano” cediéndoles de manera gratuita para poder continuar con su labor. Sin ir más lejos, recibe una llamada de una abuela que necesita una cuna para su nieta recién nacida. “El perfil es amplio, pero siempre marcado por estar sin empleo y necesidades para los niños”, apunta.

Mercadillo solidario

La asociación ha ido creciendo en estos últimos ocho años y ahora se ocupan de más de 200 familias vallisoletanas. Todos los martes son solidarios y están abiertos al público para atenderles personalmente, y además han puesto en marcha un Mercadillo Solidario “para seguir ofreciendo ayudas a familias en exclusión social”.

Ropa para el mercadillo solidario

Esta ONG está formada por voluntarios que recorren las zonas donde habitualmente se encuentran las personas sin hogar.” Compartir con ellas un café caliente es la excusa para conversar, vencer la soledad y establecer una relación de ‘igual a igual’. Por eso durante estos días solicitan calcetines, playeros cómodos, guantes, gorros, sudaderas, chándal, pantalones de chándal, mantas pequeñas ya que durante el día cargan con sus enseres de un lado a otro”. “Ofrecemos ropa si lo necesita, incluso curamos si tienen heridas o damos cremas a sus piernas secas en algunos casos. Lloramos incluso el escuchar historias tristes de una persona sola sin familia, muchas historias que no olvidamos jamás”, lamenta Reglero.

Todos los miembros de la organización se sienten «orgullos y satisfechos» por su solidaridad ya que han ayudado a muchas familias en estos siete años, aunque es cierto que en estos momentos son conscientes de que la solidaridad sí que ocupa lugar.