Covaresa, Las Villas, Parquesol, el Paseo de Zorrilla y otras zonas del Sur de la ciudad ya tienen instalados los contenedores amarillos para el reciclaje de envases ligeros. Y este último lunes de noviembre comenzará la implantación de los contenedores en la cuarta ruta de las diez que están programadas para completar la red de la capital, según las previsiones de la Concejalía de Salud Pública y Seguridad Ciudadana.  

Hasta el mes de enero se instalarán 1.129 contenedores amarillos en las calles de la ciudad para que los 300.000 habitantes de Valladolid puedan realizar el reciclaje de envases de plástico, latas y briks de leche o zumo, y otros elementos que habitualmente se utilizan en la alimentación, como los envases de yogures.  La capital tendrá culminado en el mes de enero todo el proceso para  la recogida selectiva integral de todos tipos de residuos. Lo que no se pueda reciclar estará depositado en el contenedor gris.

Así, el Ayuntamiento de Valladolid da un paso "trascendental" en el reciclaje integral porque, además de este nuevo contenedor para envases ligeros (tapa amarilla),  ya tiene consolidado el sistema de recogida de materia orgánica donde van especialmente los  restos de alimentos (tapa marrón); el sistema de recogida de vidrio (iglú verde); papel-cartón (contenedor azul); aceite (contenedor naranja) y también se pueden depositar en los puntos limpios las pilas y elementos electrónicos. Sólo quedará un contenedor donde se depositará el resto,  lo que no se puede reciclar, con tapa gris. 

FCC Medio Ambiente está realizando las diferentes rutas  en horario nocturno para evitar incidencias en el tráfico durante el día. Esta implantación se está ejecutando en colaboración  con el personal del Servicio de Limpieza del Ayuntamiento. El servicio de recogida se realiza con 5 vehículos recolectores de carga lateral  de última generación y respetuosos con el medio ambiente ecológicos puesto que son suministrados energéticamente con GNC (Gas Natural Comprimido),  con el que los motores ofrecen emisiones cero de partículas de derivados de azufre y plomo y presentan una reducción muy importante de  CO2.  

Además de los contenedores de la calle, se están instalando puntos de recogida fuera del hogar, como en colegios, centros cívicos y bibliotecas, entre otras ubicaciones.