Chencho nos obsequió con jamón del bueno y un sabroso y contunde rabo de toro, entre otros manjares

Chencho nos obsequió con jamón del bueno y un sabroso y contunde rabo de toro, entre otros manjares Natalia Calvo

Segovia

De gastronomía con amigos taurinos por tierras segovianas

Inocencio Gómez “Chencho”, y su gente, nos brindaron jamón del bueno y un delicioso rabo de toro para celebrar el éxito de la feria de Arévalo

24 julio, 2023 09:39

Asistimos a este opíparo almuerzo por invitación expresa de nuestro buen amigo José Antonio del Val, el abogado vallisoletano que ha venido asesorando al empresario segoviano en tareas de gestión del coso arevalense, cuya feria taurina ha finalizado según los planes previstos.

Fue en Santiuste de San Juan Bautista, el terruño de “Chencho”, una localidad segoviana colindante con la vallisoletana, cercana a Olmedo. Allí nos juntó este emprendedor nato para celebrar el resultado de la recién finalizada feria taurina de Arévalo en el primer año de arrendamiento; restan tres.

Y lo cierto es que se convirtió en una excelente comida familiar y de amigos, -unos 18- adornada en su final con una tertulia taurina, además del consabido baile por sevillanas que nos ofrecieron, inesperadamente, algunos de los invitados/as. Echamos de menos a nuestro amigo Javi Martín, que anda refrescándose por tierras alicantinas.

El caserón de “Chencho” es enorme, fue casa de labranza, tiene cuadras para caballos, bodega donde se elaboraba vino, etc. Y todas las paredes están adornadas con motivos labriegos. Y su “despacho”, un lagar con sus pertrechos propios, cabezas de toros -mansos- disecadas recordando a su padre que era tratante de ganado. Y jamones de esos que quitan el sentido.

Nada más entrar en la cocina con nuestra gráfica Natalia Calvo, -que hizo unas espectaculares galerías de la feria de Arévalo para El Español-Noticias de CyL, nos topamos con un pernil de exquisito sabor y enorme, del que ya habían dado cuenta más de su mitad. Cada uno se fue entonando con cervezas, o el buen vino blanco que el propio anfitrión elabora para su venta.

Una llamada general nos reunió a todos en el salón comedor de la casa, donde empezaron a llegar platos de salmorejo. Pusieron también unas riquísimas sardinas ahumadas con fondo de tomate natural y aceite de oliva. Y pan.

El plato estrella fue un sabroso y contundente rabo de toro bravo, de los que se lidiaron en la feria de Arévalo. Una “obra artesanal” de “Chencho”, quien dice que sigue un recetario antiguo y cocina el guiso con vino jerezano o de Moriles. Lo cierto es que estaba riquísimo. Para rematar, Del Val había ido hasta el mismísimo Mucientes para conseguir un estupendo pastel de nata, crema y hojaldre, donde algunos/as repitieron. El pastel es de la panadería Vaquero.

Tras los cafés, algún licor y bebidas largas, empezó a sonar la música; en este caso por sevillanas, y allá que se fueron los bailones a lucir su poderío. Entre ellos el propio “Chencho”, el empresario iscariense Oscar Calvo, Del Val, su hijo Gonzalo, que además se pone delante de las becerras y lo hace primorosamente, junto al nutrido grupo de féminas, que antes habían elaborado el rico condumio.

En definitiva, una jornada deliciosa de la que disfrutamos un montón, tanto por el género servido -de 10- como de la compañía. Gracias, “Chencho”. Seguiremos apostando por Arévalo y su feria taurina.