La chef salmantina Sara Cámara, recientemente nombrada mejor repostera de España

La chef salmantina Sara Cámara, recientemente nombrada mejor repostera de España Foto cedida

Salamanca

La casual historia de Sara (35), de dejar la universidad a mejor repostera de España: "Yo no era de dulce, pero quería probar"

La salmantina se ha alzado recientemente con el XI Campeonato Nacional de Cocina y Repostería. Ahora trabaja en su proyecto personal, el futuro 'Restaurante Ledesma', y desvela cuáles son sus imprescindibles en la cocina.

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Dicen que el destino es imprevisible, que no se puede dirigir ni manipular. Pero Sara Cámara (26-5-1990, Salamanca) quiso escribir el suyo propio. Ella empezó a estudiar el grado de Educación Social, pero no era lo que le apasionaba, sino que su motivación estaba entre fogones. Por eso, cuando estaba cerca de acabar la carrera, decidió dejar la universidad para dar el salto a la cocina.

Y el tiempo le ha acabado dando la razón. Ahora es la mejor repostera de España tras coronarse en el XI Campeonato Nacional de Cocina y Repostería que se celebró hace escasos días en Palma de Mallorca. Una disciplina que, no obstante, "había dejado abandonada" a lo largo de su carrera, pero por la que en los últimos tiempos había apostado con el objetivo de mejorar en la comida dulce.

Así lo reconoce en una entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, donde precisa que tras años de formación entre los fogones quería esforzarse y mejorar en la repostería. Y para ello no había mejor manera que "a través de concursos y ensayando mucho".

Sara Cámara también es campeona regional

Sara Cámara también es campeona regional Foto cedida

"Nunca me he considerado una cocinera del mundo dulce, ni pastelera ni repostera, pero era algo que me apetecía probar y regarme", apunta. Fue hace más de 15 años cuando Sara decidió abandonar la universidad para estudiar cocina. "Desde entonces no ha habido un día que no haya cocinado", bromea la chef.

Comenzó a formarse en el IES Vaguada de la Palma de Salamanca e hizo las prácticas en el Alquimista. De ahí dio el salto al restaurante Rivas, el lugar que considera una de sus "casas". "Si no tuviera familia creo que ellos serían la mía", puntualiza.

Tras cuatro años de desarrollo profesional, Sara se marchó a San Sebastián para "seguir evolucionando, creciendo y dar un poquito el salto". Comenzó con un contrato de formación que rápidamente se transformaría por uno de jefe de partida en el restaurante Akelarre de Pedro Subijana, de tres estrellas Michelin.

"Casi tres años de mi vida los pasé por San Sebastián. Me ofrecieron seguir ampliando el contrato, pero creía que ya había cumplido una etapa allí y regresé a Salamanca", recuerda.

Lo hizo tras empaparse de los conceptos y la historia del País Vasco, "con ese sentimiento que tienen de defender lo suyo". "Quise volver a mi tierra y hacer exactamente lo mismo, defender Salamanca, Castilla y León y por supuesto nuestro pueblo, Ledesma", destaca orgullosa.

El restaurante Rivas volvió a acoger entonces a Sara, donde estuvo otros dos años para luego ya buscar "otro protagonismo y responsabilidad" en Casa Pacheco como jefa de cocina, logrando allí el primer Sol Repsol y "otro tipo de galardones".

Tras una etapa de cuatro años, la etapa en Casa Pacheco finalizó para Sara, que decidió ya buscar su "futuro individual", contexto en el que se encuentra ahora, desarrollando su proyecto personal en el que será el Restaurante Ledesma, en el municipio de mismo nombre, su pueblo.

No será hasta mínimo dos años cuando vea la luz, pero ya están en el "proceso de realizar obras". Un proyecto de "bastante magnitud". A pesar de que ella siempre ha sido más de salado, descubrir su don para la repostería le ha llevado a que en el Restaurante Ledesma el dulce "va a tener su importancia".

La chef salmantina Sara Cámara junto al premio del XI Campeonato de España y Repostería

La chef salmantina Sara Cámara junto al premio del XI Campeonato de España y Repostería

Además de la mejor repostera de España, este año también ha recibido el premio revelación de la Academia de Gastronomía de Castilla y León. Se define como una cocinera a la que le gusta "mucho la tradición".

"Cuanto más voy evolucionando la cocina y más conocimiento tengo, más a la tradición me voy. Me gusta mucho utilizar legumbres, el guiso, los fondos y el sofrito. Partiendo de eso puedo hacer cualquier cosa", explica.

De la final en Palma de Mallorca, donde tuvo que trabajar en torno a la almendra, producto exigido por la organización, recuerda que la combinó con otras materias primas que "ensalzasen" el ingrediente principal.

"La final fue muy bien, muy divertida. Ha sido un concurso no relajado porque hay mucho estrés, nervios previos y ensayos, pero cuando tienes tu tiempecito para cocinar te centras y disfrutas un montón. Ha sido una experiencia de 10", admite.

De la cocina dulce lo que más le motiva no son tanto las elaboraciones, sino más bien las combinaciones. "El conseguir un equilibrio dentro de un postre. Equilibrar mucho la parte dulce de la posible pequeña parte salada con los ácidos y las texturas", relata.

En cuanto a las elaboraciones, si se tiene que decantar por una le llaman especialmente la atención las masas. Para ella, lo más difícil de esta disciplina es que "tienes que ser igual cada día". "No vale que hoy la haga de una manera y pasado de otra porque no va a salir", asegura.

Por eso, incide en que la repostería y la cocina dulce hay que "ensayarla cada día de la misma manera y eso solo se aprende solamente con la constancia".

Para aquellos que quieran invitar con un buen postre o dulce a sus invitados en casa, Sara les recomienda "no intentar poner todos los productos que te vengan a la cabeza en el plato".

"Si quieres algo de chocolate, pues con alguna combinación, pero no algo de chocolate, una masa, un frito y un no sé qué... cuantas más cosas queramos poner, peor", garantiza.

Y en cuanto a ingredientes, ella coloca entre sus imprescindibles en la repostería los toques aromáticos ácidos, "ya sean mandarinas, naranjas, limas y el toque de sal". Para los salados apuesta por el comino y el tomillo.

Una historia de destino dirigido y que el tiempo ha terminado dando la razón a la propia chef, a pesar de que tomó la arriesgada decisión de abandonar sus estudios universitarios para inmiscuirse entre los fogones. Sara Cámara, la mejor repostera de España.