El Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede en Roma, la entidad encargada de los asuntos doctrinales y disciplinarios de la Iglesia Católica, ha archivado el proceso canónico abierto contra el sacerdote diocesano de Salamanca que fue denunciado por otro párroco por presuntos abusos sexuales tras analizar el informe final de la investigación interna llevada a cabo por un equipo técnico ajeno a la diócesis de Salamanca. 

Así lo ha anunciado este mismo organismo a través de un comunicado en el que también explican que la razón principal de esta decisión, plasmada en una resolución con fecha 2 de diciembre de 2023, es que para el Dicasterio "los hechos denunciados no han configurado técnicamente un tipo delictivo de la competencia del Dicasterio", dado que, a su juicio, "no se ha configurado el tipo penal vigente" en la normativa canónica. 

La diócesis de Salamanca también ha confirmado que ya ha puesto en conocimiento de esta resolución a ambas partes "para que puedan seguir defendiendo sus intereses y promover las acciones que consideren oportunas"; al tiempo que ha mostrado su disposición "a recorrer juntos el camino de restauración espiritual, moral y psicológica". 

"Una vez más, y con profunda tristeza, la Diócesis de Salamanca manifiesta su firme condena contra cualquier tipo de abuso sexual de menores o de cualquier persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad", reza la misiva. 

Policarpo Díaz tomando posesión de su cargo como nuevo Vicario de pastoral de la Diócesis de Salamanca Diócesis de Salamanca

Fue el pasado 18 de agosto cuando la diócesis emitió un comunicado confirmando que Policarpo Díaz había denunciado a otro sacerdote por abusos sexuales que habría sufrido cuando tenía 11 años, y que, por ello, se habían tomado medidas al respecto, iniciándose un proceso canónico en respuesta a las acusaciones y activando el protocolo establecido por la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Española para casos de abuso sexual dentro de la comunidad eclesiástica. 

La respuesta del obispo salmantino José Luis Ratana fue apartar de sus responsabilidades al párroco denunciado tras escuchar a ambas partes, siendo este el que terminó dimitiendo del estado clerical.