La Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz celebró en la tarde de este Jueves Santo, con un año de retraso debido a la pandemia, su medio siglo de vida, dejando una de las estampas más icónicas de la Semana Santa salmantina a su paso por el Puente Romano. El tiempo sonrió y la cofradía pudo realizar su recorrido sin mirar al cielo, algo que no ocurría desde 2017, pues los dos años posteriores la lluvia truncó los pasos de los cofrades.

Las imágenes del Cristo del Amor y de la Paz, obra anónima del siglo XVII, y de María Nuestra Señora, tallada en 1987 por Hipólito Pérez Calvo y que es portada exclusivamente por mujeres, atravesaron la puerta de la iglesia del Arrabal a las 20:30 horas. Con motivo de su 50 aniversario, la hermandad recuperó pancartas reivindicativas con las que hicieron frente al final del franquismoo, y en las que pudieron leerse frases extraídas de la Biblia por las que algunos cofrades fueron detenidos.

La procesión del Amor y la Paz

Con la cruz de madera al hombro y la luz de los faroles cruzaron el Tormes para entrar en la ciudad antigua por la Puerta del Río, enfilando su recorrido por la cuesta Tentenecio, otra de las estampas características que dejó uno de los momentos más emocionantes de la procesión.

Los cofrades, ataviados con su tradicional hábito blanco con capucha y el rostro descubierto, ceñido a la cintura con soga de esparto y con el emblema de la hermandad en el que se representa una cruz, y dos ramas de olivo en plata como medalla, marcaron la solemnidad y el recogimiento que caracteriza a esta procesión icónica de la Semana Santa salmantina.