Daniel a la izquierda y los botes de miel a la derecha

Daniel a la izquierda y los botes de miel a la derecha

Palencia

El sueño entre abejas de Daniel: quiere ser un dulce empresario en un bello pueblo de Palencia

Un soldador y electricista que ahora quiere dar el salto apostando por la miel

4 octubre, 2023 07:00

Noticias relacionadas

Ampudia es una localidad palentina que se ubica a unos 25 minutos en coche de la capital. Cuenta, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con una población de 600 habitantes y es uno de los pueblos más bonitos no solo de la provincia palentina o de Castilla y León, sino a nivel nacional. Son muchos los que visitan la localidad, sobre todo, durante el fin de semana.

Un municipio tranquilo y con mucho encanto. Allá por el siglo XI fuentes escritas apuntan que este pequeño núcleo de población llegó a ser, incluso, sede episcopal durante el siglo VI, en unos momentos en los que Ampudia gozaba del privilegio de ser una ciudad. Su castillo, su Colegiata y sus espacios patrimoniales con una gran e importante historia son únicos.

La localidad palentina es un lugar perfecto, también para vivir. Y si no que se lo pregunten a Daniel, un hombre de 33 años, trabajador y “con ganas de hacer cosas”, como asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que cursó los estudios de Secundaria obligatorios para dedicarse al oficio de la soldadura y la electricidad, que cambió esto por la miel y que ahora busca volar emprendiendo.

El cambio de Daniel

Me crié en Ampudia. Desde pequeño no veía muchas oportunidades para trabajar por lo que tuve que salir y he estado trabajando, durante ocho años fuera de Ampudia, en fábricas. La verdad es que, durante esos años, el empleo no me daba las satisfacciones que esperaba. Siempre esperaba que llegara un despido tras otro”, apunta nuestro entrevistado.

Fue entonces cuando decidió dar un giro a su vida. Hace diez años comenzó a aprender dentro del fascinante mundo de la apicultura. Arrancó con sus primeras colmenas en Ampudia y, con ello y aunque él no era consciente de ello, se puso la primera piedra para afrontar un “largo y bonito viaje” con aventuras y desventuras hasta el día de hoy.

“Ahora mismo contamos con un campo precioso en Ampudia con rica miel. Ahí están situadas las colmenas a las que dedicamos todos nuestros esfuerzos para que estén sanas y fuertes y con el fin de continuar adelante con nuestro camino”, explica nuestro entrevistado.

El sueño de emprender

El objetivo que persigue Daniel no es otro que dedicarse a la venta de todo tipo de productos que estén relacionados con la colmena. Le gustaría dedicarse a la cría de abeja y también a la selección genética. También, y como no podía ser de otra manera, a la comercialización de la miel.

En mi lugar de trabajo podría decir que yo llevo a cabo todo el proceso. Desde hacer las nuevas colonias, hasta el diseño de las etiquetas de todos los tarros. La miel se llama ‘Páramos del Alcor’. Es un nombre que escogí junto a otro apicultor y buen amigo Miguel, una mañana trabajando en sus colmenas”, añade.

Daniel menciona durante esta conversación a su “maestro” que lleva por nombre Mariano. Al que le debe todo, excelente amigo y mejo persona. Esas personas que te echan un cable cuando más lo necesitas. Este apicultor que quiere convertirse en empresario de la miel nos explica que ha tenido que hacer una gran inversión para cumplir su sueño, en algo que no es fácil. Pero no quiere pedir ni reclamar subvenciones. “Mi sudor es mi orgullo”, es su lema y deja a las claras lo que y cómo piensa.

Un negocio en el pueblo y el futuro

“Montar un negocio en un pueblo siempre es más complicado. Por un lado, por logística. También por la cercanía de los clientes. Sin embargo, yo afronto este momento en el que decido emprender, confiándolo todo a mi esfuerzo. También tendré apoyo de mis padres, mi hermano y mi novia cuando las fuerzas se resientan. Con sus ánimos, puedo superarlo todo”, asegura Daniel convencido.

El futuro lo ve “complicado” porque cada vez “hay más normativas que seguir y más papeles que rellenar”. También, afirma, “menos respeto a los que sin pedir nada emprenden en el mundo rural” y más con insectos que “resultan vitales en nuestro día a día”. Daniel pide un poco de “ayuda administrativa” para “no pasar tanto tiempo en las oficinas.

El viaje de este joven de Ampudia ha comenzado. El sueño entre abejas de Daniel para ser un dulce empresario en un pueblo de Palencia ya está en marcha