El presidente de Cascajares, Alfonso Jiménez, con un capón, y el menú de boda real

El presidente de Cascajares, Alfonso Jiménez, con un capón, y el menú de boda real ICAL

Palencia

Los capones que se hicieron famosos en la boda de Felipe y Letizia

2004 marca un punto de inflexión en la historia de la empresa Cascajares arrasada por el fuego, como en sus inicios, es el momento de comenzar de nuevo: “Ya lo hemos llorado, ahora a trabajar”

26 enero, 2023 10:13

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La historia de Cascajares, la fábrica de Dueñas que hoy ha ardido, es la historia de dos jóvenes emprendedores. Así comienza la leyenda de una empresa de Castilla y León que se ha convertido en un modelo de producción y que esta madrugada ha acabado pasto de las llamas. La empresa de los capones, así la conoce todo el mundo, y más desde que en 2004 fuera uno de los platos que estuvo presente en la boda entre Felipe VI y Letizia Ortiz.

En el año 2003 cuando se anunció el enlace de los entonces Príncipes de Asturias. Alfonso Jiménez y Francisco Iglesias no lo dudaron y quisieron que Cascajares estuviera presente en algún plato del banquete de la boda. El reto era imposible, pero la ilusión fue grande.  Así, en mayo de 2004 se celebró el evento. Numerosos miembros de casas reales y jefes de estado de todo el mundo estuviero presentes y disfrutaron como segundo plato del menú real del Capón de Cascajares. El éxito fue rotundo y supuso un punto de inflexión. Nadie habla mal de esta empresa, que ha sabido hacerse un hueco en los hogares de medio mundo, gracias a una apuesta por la innovación, la calidad y la solidaridad. Más de 500.000 personas comieron o cenaron sus productos durante las últimas fiestas, agotando toda su producción días antes de Nochevieja.

Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila y Francisco Iglesias son los ideólogos de esta empresa. Con solo 19 años comenzaron a gestar el proyecto. Francisco era la cabeza y Alfonso el corazón. Las 160.000 pesetas que pusieron de capital inicial sirvieron para poner en marcha una idea pionera, pero rara hasta entonces: un capón entero enlatado. Y funcionó, vaya sí funcionó. A día de hoy es un plato que se puede hallar en las mesas de muchos de los mejores restaurantes del mundo. El incendio que ha devastado toda la fábrica supone un volver a empezar. “Ya lo hemos llorado todo, ahora a trabajar y a volver a empezar de cero”, asegura el director de comunicación, Simón de Francisco a este medio.

De Valladolid se trasladaron a la provincia de Palencia y con 30 millones de las antiguas pesetas crearon la primera fábrica de la empresa, en Villamuriel de Cerrato. Posteriormente todo se amplió con la marcha a Dueñas, donde la fábrica que hoy se ha quemado se ha convertido en un referente en tecnología agroalimentaria de calidad y  con una inversión de aproximada de 1.200.000 euros.

En España, a través de su fábrica de Dueñas, han cerrado el año fiscal con casi diez millones de euros de facturación y supera los 6,2 millones del ejercicio pasado, además de que está levemente por encima de las cifras registradas en el ejercicio 2018-2019, cuando se alcanzó una facturación de 9,6 millones. 

Solidaria

Pero si por algo se ha caracterizado Cascajares es por su lado solidario. Para ello siempre ha contado en la fábrica con trabajadores con alguna discapacidad, física o psíquica, hasta llegar a día de hoy a casi un cuarto del total de la plantilla del obrador. Además, desde hace más de 25 años promueven y organizan una Subasta de Capones con carácter benéfico. Toda su Obra Social se convirtió en 2011 en la Fundación Cascajares cuyo fin es la inserción socio laboral de personas con algún tipo de discapacidad.

Expansión

Comenzó la expansión nacional y se abrió una red de distribuidores que empezaron a comercializar los productos Cascajares en las Islas Baleares, Cataluña, Asturias, Valencia, Madrid, Cantabria, Extremadura o el País Vasco. El crecimiento desde entonces fue meteórico y la fábrica de Villamuriel se quedó pequeña ante la gran demanda del mercado. Y llegó el reto de la expansión de la empresa más a allá del Atlántico. Llegando a Canadá.

En 2011 Cascajares fue elegida mejor PYME del año por la revista “Emprendedores” y han recibido multitud de premios y distinciones durante este tiempo. Por ejemplo en el año 2012 fueron reconocidos con el CECALE de ORO por la provincia de Palencia, galardón que sin duda supone un orgullo para todos los trabajadores de la empresa, el 90% procedentes de Dueñas, Venta de Baño o Palencia. Uno de sus proyectos, el Pavo de Acción de Gracias ya preparado con sus guarniciones que elaboraron junto con el chef José Andrés, les trajo una nueva alegría ya que fue galardonado con el premio Nacional de Marketing a la mejor PYME del año 2013.

En 2014 Alfonso Jiménez fue elegido presidente de Empresa Familiar de Castilla y León, una asociación sin ánimo de lucro, formada por unas cien empresas familiares, cuyo fin es el de defender a sus compañías como el motor de la economía productiva y la generación de empleo en la región.