Estudiantes en Estados Unidos, entre ellos Álvaro Fernández Hidalgo, de la ULE
La Universidad de León, una puerta hacia otras partes del mundo en primera persona: "Ha sido la experiencia de mi vida"
Los programas de movilidad internacional de la institución académica suponen una oportunidad social, laboral y académica para los alumnos, según los propios estudiantes.
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El inicio de una carrera universitaria siempre abre una bonita etapa de experiencias vitales para una persona. El descubrimiento de nuevos círculos sociales y académicos dejan recuerdos imborrables para toda la vida. Pero también propicia un momento de oportunidades, como el de poder descubrir otros países y culturas gracias a los programas de movilidad.
En la Universidad de León (ULE), la movilidad internacional es uno de sus activos más importantes. Este curso 403 alumnos de grado han accedido a estos estudios en universidades de Europa y fuera del continente gracias a los programas de Erasmus+ y Amicus.
Paralelamente, la ULE trabaja cada año para abrir nuevos convenios atractivos para sus estudiantes y que, además, también lleguen alumnos internacionales gracias a estas colaboraciones bidireccionales.
Alumnos internacionales en la Universidad de Kentucky (EEUU), entre los que está Andrea Llamazares, de la ULE
Mientras Erasmus+ abre las puertas de las universidades europeas, Amicus se presenta como una magnífica opción para los que prefieren una experiencia fuera del continente, con Asia y Latinoamérica como principales opciones.
Las becas disponibles van más allá de lo económico, ya que esta movilidad incluye el reconocimiento académico del estudiante y el alumno está exento del pago de matrícula en la universidad de destino, que para lugares como Estados Unidos es toda una ventaja, por el alto coste de la enseñanza. Además, también existe una ayuda extra para los gastos del viaje.
Durante este curso, el país más demandado de la ULE ha sido Italia, donde están 1 de cada 3 estudiantes que acceden a los programas de movilidad, gracias a su rica vida universitaria, la cercanía cultural e idiomática y su atractivo como destino turístico. Le siguen Polonia con 68, por su localización, precios y enseñanza en inglés, y Portugal, con 47, por su cercanía y proximidad cultural.
Más allá de las fronteras europeas nos encontramos Chile, donde han ido este año 16 alumnos, siendo el más popular entre el estudiantado, Estados Unidos, México, China, país con el que la ULE tiene numerosos convenios, Argentina, Brasil, Colombia o Japón, entre otros.
La evolución de los últimos tres años de estos programas de movilidad muestra la clara apuesta de la ULE por la internacionalización. Prueba de ello es que han pasado de los 365 alumnos en el curso 2023-2024 a los 403 de este año.
Experiencias en primera persona
Para explicar estos programas, no existen mejores testimonios que los propios alumnos, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León para conocer sus experiencias.
Uno de ellos es Alejandro González Gutiérrez, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la ULE que ha estado en la Universidad de Silesia (Polonia). "Lo más duro al principio fue hacer nuevos amigos. Académicamente fue una muy buena oportunidad porque había muchas asignaturas donde elegir", precisa.
Una oportunidad que le hizo cambiar su visión "sobre el lugar en el que vivo y valorarlo más". Álvaro Fernández Hidalgo, de la Escuela de Ingenierías, optó por Green Bay, en Wisconsin (Estados Unidos), donde lo que más le impactó fue el "shock cultural", pero pudo conocer académico "otro enfoque, también a nivel laboral". "Por ahora la defino como la experiencia de mi vida", apunta.
También en el país norteamericano estuvo Cristina Llamazares Alegre, de la Facultad de Económicas. Concretamente en la Universidad del Norte de Kentucky. "Quería ir a vivir a Estados Unidos y en Comercio Internacional es obligatorio", explica.
Cristina Llamazares Alegre, alumna de la ULE, está participando en el programa Amicus en la Universidad del Norte de Kentucky (EEUU)
Aunque reconoce que "trabajas muchísimo", el aprendizaje retorna en la misma cantidad, además de que "los profesores muestran interés". "La experiencia la defino como una oportunidad para descubrir un mundo nuevo a la vez de descubrirme a mí misma", puntualiza.
María Campoy Díez, de la Facultad de Educación, durante su estancia en la Universidad de Perugia (Italia), que comenzó su aventura "siendo muy insegura" y sin haber visto un aeropuerto en su vida, para acabar "haciendo un viaje sola al Lago de Como". "Y fue lo mejor del Erasmus. Gané mucha seguridad", resalta.
Álex Munneke Leeland, de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales, optó por la Universidad Ceska Praga (República Checa), donde combinó el deporte y su formación académica. Su principal consejo a futuros estudiantes que accedan a estos programas es disfrutar de una movilidad "en la que las dudas no te eviten salir de la zona de confort".
Actuando bajo esta premisa, el joven estudiante garantiza a sus compañeros que "con el tiempo agradecerás haberlo hecho".
Andrea Robles Santos, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, se queda con los momentos "especiales" que ha podido vivir durante su estancia este semestre en la Universidad de Ljubljana (Eslovenia).
Andrea Robles Santos junto a sus compañeros de Eramus+ en la Universidad de Ljubljana
"Lo mejor del Erasmus no son las ciudades que visitamos, sino las historias y las personas que nos llevamos para toda la vida", garantiza.
Becas accesibles y compatibles
Además de la propia ayuda económica con las becas para acceder a estos programas de movilidad, las ventajas van más allá, como el pago de la matrícula en la propia ULE y no en la universidad de destino, en ocasiones con costes mucho más altos por la propia renta del país de destino.
A mayores, los estudiantes también contarán con una ayuda para el viaje que varía en función de la diferencia de kilómetros entre León y el destino. Este año, las becas para Erasmus+ oscilan dependiendo también del nivel de vida y la distancia.
Oscilan entre los 200 y los 670 euros mensuales para el grupo general, con cantidades más altas para países con coste de vida elevado como Irlanda, Luxemburgo, Finlandia, Dinamarca, Suecia o Noruega. También hay ayudas extra, de unos 250 euros al mes, para estudiantes con menos oportunidades como alumnos becados por el Ministerio de Educación, refugiados o personas con discapacidad.
Paralelamente, también existen otras ayudas complementarias que son compatibles con las principales líneas de subvenciones, como las Becas Santander, hasta 1.000 euros adicionales por estancia, o los suplementos de la Junta de Castilla y León de entre 70 y 80 euros mensuales.
En el caso de las becas Erasmus+, estas están confeccionadas para que cualquier estudiante que cumpla los requisitos pueda irse por lo menos un semestre. Entre estos se encuentra la necesidad de tener 48 créditos aprobados y título de idioma si el destino lo requiere.
Unos requisitos simples que abren la puerta a los estudiantes a lo que se presenta como una de las experiencias de su vida. Todos los estudiantes de grado de la ULE que hayan superado esos 48 créditos, 96 para el caso de Veterinaria, podrán solicitar el acceso a los programas de movilidad.
El plazo para el año que viene estará abierto hasta el 19 de enero de 2026, mientras que toda la información adicional puede encontrarse en www.unileon.es/erasmus y en www.unileon.es/amicus.
"Un antes y un después"
El vicerrector de Internacionalización y Compromiso Global, José Alberto Benítez Andrades, presenta la movilidad internacional de la ULE como un "antes y un después" en la vida de los alumnos, que encuentran aquí la manera de ampliar "la forma de entender el mundo y fortalecer una confianza que les acompañará siempre".
El directivo apunta que Erasmus+ y Amicus son una de las experiencias "más transformadoras" que vivirán durante su etapa universitaria, en la que aprenderán a "desenvolverse en entornos nuevos, convivir con realidades culturales distintas y descubrir capacidades que, en muchos casos, ni sabían que tenían".
Sobre este contexto, en la ULE impulsan una "apuesta firme" por estos programas cuyo impacto "va mucho más allá del ámbito académico". "Los estudiantes que participan regresan con una madurez distinta, con una mentalidad global y con competencias que el mercado laboral valora enormemente", añade.
En este sentido, destaca la autonomía, la resolución de problemas, las habilidades interculturales y una visión internacional que ganan durante estos programas de movilidad que luego pueden aplicar en un "futuro profesional cada vez más competitivo".
Impulsar la movilidad es "invertir en el talento" de sus estudiantes para la ULE y en su "capacidad para convertirse en profesionales más completos, más preparados y más conectados con el mundo".
"Cada vez que un estudiante se marcha fuera, no solo crece él como persona, también crece la Universidad de León. Por eso seguiremos ampliando destinos, fortaleciendo acuerdos y facilitando estas estancias", asegura.
Una movilidad internacional que, además, se engloba en una estrategia de internacionalización "mucho más amplia", según subraya, y en la que están fortaleciendo su presencia en estas redes a nivel mundial a través de la ampliación de las colaboraciones académicas con universidades referentes para desarrollar nuevos marcos internos de apoyo y promover la proyección exterior de la ULE.
"Todo ello contribuye a que nuestra universidad sea más abierta, más reconocida y más conectada con los principales retos globales", zanja el vicerrector de la Universidad de León, una puerta hacia el mundo en primera persona de los estudiantes.