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Tres centros educativos abulenses disfrutarán del calor de la biomasa

31 octubre, 2019 17:51

El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha aprobado 960.000 euros contratar el desarrollo y el mantenimiento de una red térmica alimentada por biomasa para el IES Alonso Madrigal y el IES Jorge Santayana y la Escuela de Artes de Ávila.

Esta instalación centralizada de calefacción para los tres centros abulenses, que forma parte de la política de energías renovables de la Junta, comenzará su funcionamiento a finales de 2020, aunque el contrato se extiende hasta 2023 para trabajos de operación y mantenimiento, y sustituirá así el consumo de gasóleo en los estos tres centros.

Esta red compartida de calefacción y agua caliente se desarrolla gracias a la colaboración suscrita entre la Junta de Castilla y León y el Ente Regional de la Energía (EREN) que forma parte de la política energética de la Junta para promover instalaciones de calefacción centralizadas como las existentes en Cuéllar (Segovia), el complejo de la sede de la Presidencia de la Junta o de biomasa como las de los ayuntamientos de León, Villaquilambre (León) o el edificio de la Fundación Santa Bárbara, entre otras.

Asimismo, la Consejería de Economía y hacienda prevé ejecutar, a través del EREN, instalaciones compartidas de calefacción por biomasa en otros centros educativos de la Comunidad.

Proyecto 

La puesta en marcha de este proyecto permitirá mejorar la eficiencia energética de todo el sistema de calefacción, como consecuencia de la sustitución de equipos antiguos con menor rendimiento, de la centralización de la generación térmica que permite equipos más grandes y con mayor rendimiento y gracias al almacenamiento de calor instalado que hace que las calderas puedan operar con mayores rendimientos.

Además, esta instalación reducirá el gasto al tratarse de un combustible más barato con una menor fluctuación del precio respecto al gasoil, atenuará los costes de mantenimiento como consecuencia del menor número de instalaciones a mantener, implicará reducir las emisiones de CO2 al tratarse de un combustible renovable, que además implicará beneficios económicos para las zonas rurales al ser un combustible autóctono.

De igual forma, la instalación tiene un carácter ejemplarizante que muestra un compromiso por parte de las administraciones en la lucha por el cambio climático, el desarrollo rural y la mejora de la administración de los recursos públicos.