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"Muchos artistas renuncian a grandes espacios por tocar en La Cueva"

29 diciembre, 2018 12:09

La Cueva del Jazz celebra con los zamoranos 35 años de historia, en los que se han subido a sus tablas grandes artistas nacionales e internacionales como Lou Bennett, Angel Stanich, Albert Pla, La M.O.D.A, Carmen Boza, El Kanka, Hamlet, Javier Krahe o Los Piratas. El domingo la principal sala de conciertos de Zamora celebra su cumpleaños con el concierto de Ñaco Goñi Blues Band y una fiesta con la mejor selección de música de todos los tiempos. NOTICIASCYL ha hablado con su gerente Miguel Ángel Sotelo, y con su programador Óscar Sotelo, para hacer un recorrido por los 35 años de música y vida de La Cueva del Jazz.

Miguel, La Cueva del Jazz cumple el domingo 35 años, ¿Cómo nace la idea de crear un bar de jazz en plena capital zamorana?

Yo era camarero en Salamanca, y quería abrir un bar propio, tras barajar opciones entre Salamanca y Zamora, decidí quedarme aquí, ya que no había ningún club de jazz ni nada parecido en la ciudad. Quería ofrecerle algo diferente a la gente, de ahí nació la idea de hacer la coctelería que durante los años 80 y 90 estuvo tan de moda en Zamora. El 80% de lo que se pedía en el bar era la “leche de pantera” y los “ojos azules”. A día de hoy, siguen viniendo clientes solo para beber estos cócteles.

¿Por qué ubicarla en esa bodega?

Esta bodega era el antiguo mesón “El Zorro”. La primera vez que entré me quedé cautivado por el local, tenía una atmósfera increíble, y tuve claro que este tenía que ser el sitio donde pusiera el bar. Además, era algo único porque, en la época, no había otro lugar de copas en esta zona, estaban todos en La Marina, y los Herreros eran solo zona de pinchos.

¿Qué se sabía del jazz en Zamora?

Pues si tenía su público, la gente conocía y le gustaban varios artistas de jazz, sobretodo de Estados Unidos.

¿Cómo eran esos primeros conciertos de jazz?

Pues estaban rodeados por esa atmósfera especial que tiene La Cueva. El primero fue en el año 1984, con un grupo de jazz de Salamanca, que además fueron un cambio de última hora y tuve que ir a buscarlos a la ciudad, con mi primer hijo a punto de nacer. Con el paso de los años empezamos a programar también conciertos de blues, y a mediados de los 90, ya todo lo que hacíamos era blues y rock.

Antes lo de enterarse de los grupos que eran buenos, o simplemente saber lo que tocaban no era tan fácil como ahora, ¿cómo te informabas y contactabas con las bandas?

Mucho se hacía por el boca a boca, a través de amigos y clientes que te aconsejaban grupos, te hablaban de bandas que habían visto o que conocían. También nos guiábamos mucho por las cadenas de radio especializadas, incluso en los 90 y en el 2000 tuvimos algún convenio con una radio musical. Además, existían una especie de agendas musicales, tipo Páginas Amarillas, donde se recogían teléfonos y datos de las bandas y sus representantes.

Tampoco se promocionaban los conciertos como ahora, ¿cómo se enteraba la gente de la programación?

Pues lo mismo, funcionaba mucho el boca a boca, pero también los medios hacían una cobertura total que cada artista que venía a tocar. Se concertaban entrevistas a todos los músicos que pasaban por La Cueva, de hecho, a finales de los 80 existía un crítico musical en Zamora que hacía una crónica de los conciertos para el periódico.

¿Qué grandes figuras han pasado por la conocida ahora como “La Cueva de Arriba”?

Pues artistas como Jorge Pardo, Ximo Tebar, Perico Sambeat, Miguel Ángel  Chastang, Lou Bennett, Shemekia Copeland, Skeeter Brandon, Smokey Wilson, The Yardbirds, Wilko Johnson, Dr Feelgood, Pappo’s Blues, Los Piratas, Chuck Loeb, El Niño Gusano o Lazy Lester.

¿Qué decía la gente extranjera o simplemente de fuera de Zamora cuándo entraba por primera vez y veía que era literalmente La “Cueva” del jazz?

En Estados Unidos y en Europa no era tan raro ver locales similares, pero la estética y el ambiente del lugar hacía que los músicos muchos años después recordaran el local. Además, todos ellos valoraban mucho la buena acústica de la sala. Y a los clientes les pasa lo mismo, ninguno olvida la atmósfera que se vivía y se vive en La Cueva, les trae muchos recuerdos de juventud y muchos vuelven para trasportarse a esos momentos.

Siempre fuisteis de innovar, el ciclo de grupos zamoranos cumple 18 años en 2019, ¿por qué hacer una serie de conciertos solo con bandas zamoranas? ¿Siempre ha habido mucha música en Zamora?

Fue una reivindicación para dar lugar a los músicos zamoranos de la época, porque habíamos tenido actuaciones puntuales de gente de Zamora, pero no un ciclo completo. En este caso, si nos centramos en un estilo musical fundamentalmente rockero y metalero, que era lo que más había en Zamora. Ahora hay muchos más grupos, numéricamente hablando, pero es lógico porque actualmente es más fácil acceder a instrumentos y equipos de sonido, y también se puede aprender a tocar a través de Internet.

¿Cuántos grupos van a tocar en esta edición del Ciclo?

Van a ser 22, y me dejo muchos fuera por calendario, para que te hagas una idea la primera vez tocaron 15 bandas, y era casi la totalidad de los grupos de Zamora.

El camino ha sido largo, muchos artistas fueron pasando por el pequeño escenario de La Cueva, y llegó el momento de cambiar de local en 2004 por la prohibición de la nueva normativa

Reconvertimos parte de loa garajes de nuestra propia casa en un local, y tras tres años de trabajo, logramos en 2008 abrir el nuevo local, La Cueva del Jazz en Vivo. Fue inaugurada con un jam session con grupos locales, y al día siguiente tuvimos a la artista internacional

Reconvertimos parte de los garajes de nuestra casa en un local, y tras tres de trabajo, logramos en 2008 abrir el nuevo local. Inaugurado con jam session con grupos locales, y al día siguiente tuvimos Gail “Mojo” Muldrow, una grandísima guitarrista y cantante de blues americano.

Aquí entra en escena Óscar, que ha convertido La Cueva del Jazz en Vivo, en la sala de conciertos principal de Zamora. ¿creíste que algún día esto iba a ser así, hace 20 o 30 años?

No, el intento siempre fue dar el mayor número de conciertos posibles. Con los años, los contactos y el trabajo diario por hacernos un nombre, ahora tenemos más propuestas, y las nuevas tecnologías nos ayudan mucho a la hora de descubrir buena música y contactar con las bandas.

Óscar, ¿cómo empezó esta apuesta por hacer una programación completa de conciertos, ampliando además a varios estilos musicales y propuestas de todo tipo?

Por las ideas que nos van surgiendo, tanto nuestras como las que nos llegan. Los artistas y colaboradores nos van haciendo propuestas, y con los años van llegando cosas muy variadas. Teníamos y tenemos muchas ganas de darle a la ciudad de Zamora siempre nuevas propuestas.

Los conciertos de música para niños, son una de las últimas novedades, y además están siendo un éxito atronador, ¿cómo surge?

La idea surge por la buena relación que tenemos con otras salas de conciertos de Castilla y León, donde se hacían propuestas similares y nos animaron a crear unas propias. Además es muy gratificante incentivar a los niños desde pequeños a que acudan a escuchar música en directo en salas de conciertos.

Ciclos de cortos, flamenco, conciertos para niños, hasta un mercado artesanal sayagués en la terraza, ¿Qué queda por hacer en La Cueva?

Siempre estamos trabajando en nuevos proyectos, hemos tenido muchas propuestas puntuales que luego se convirtieron en continuas, por lo que estamos abiertos a las sugerencias e iniciativas que puedan ofrecernos o que se nos ocurran.

Creo que solo queda que venga Rosalía, ¿qué estilos no podrían subirse al escenario de La Cueva?

Pues siendo sincero, ninguno. Si la propuesta es lo suficientemente interesante, todo puede ser. Una de las últimas cosas que hemos hecho son conciertos de rap, que surgieron en base a la propuesta de muchos de nuestros clientes. De hecho, nos guiamos mucho de lo que nos pide nuestra clientela.

Os pregunto a ambos siendo de generaciones distintas, ¿cómo está la escena musical en general?

Vivimos un momento en el que se enfrenta a muchos retos. Los estilos más seguidos han cambiado mucho, y los que hace unos años eran los más famosos, ahora no conectan con la juventud, y lo hacen otros. Sobre las salas, nos ha afectado mucho la entrada al panorama musical los festivales. Un seguidor de varias bandas, puede ver en un solo lugar a sus artistas favoritos, si lo hace a través de la sala tiene que hacerlo en tres conciertos independientes. Además de ese nuevo competidor, las salas tenemos que seguir luchando en el mercado cultural sin ayuda de las instituciones. Generalmente todo lo sufragamos nosotros, salvo en iniciativas puntuales, no contamos con ayudas de la Junta de Castilla y León o del Gobierno.

Óscar, la mayor parte de las veces, las entradas de los conciertos se agotan en días, ¿os planteáis seguir aumentando el negocio, es decir, un día pasar a tener un local aún más grande?

Bueno, la realidad es que se agotan en conciertos puntuales, no en todos. Al final, Zamora es una ciudad pequeña, y hace 10 años ya nos hicimos la pregunta de qué tipo de sala crear, y decidimos que si estábamos en una ciudad pequeña, teníamos que ser una sala pequeña.

Os abriría la posibilidad de traer a Zamora artistas a los que habéis renunciado solo por un tema de espacio, ¿compensa?

Después de tantos años, podemos decir que hemos sido la sala más pequeña en las giras de muchos artistas, que han renunciado a grandes espacios, y se han adaptado para poder venir a La Cueva, como Pedro Guerra o Freedonia.

Para terminar, hablemos de la fiesta del 35 aniversario, ya es tradición que Ñaco Goñii Blues Band pongan música a este cumpleaños, ¿por qué?

Porque a parte de ser uno de los mejores armónica blues del país, es un gran amigo nuestro y lleva actuando en los aniversarios desde el año 98. Ya no se concibe un cumpleaños de La Cueva sin él.

¿Qué más va a pasar el domingo en La Cueva del Jazz?

Pues en La Cueva del Jazz en Vivo tendremos la actuación de Ñaco Goñi Blues Band en formato quinteto, con Edu Manazas como artista invitado. Y en La Cueva del Jazz haremos una fiesta con la selección de la mejor música que ha sonado siempre en la cueva, algo para picar y muchas sorpresas.