Es curioso lo que ocurre en el mundo de los toros, mientras que a novilleros con escasos festejos les echan auténticos toros, las figuras consagradas lidian casi novillos!!! y todo el mundo a aplaudir...

Pero es que los novillos de Tordesillas al menos eran de garantía, aunque su presencia fue de auténticos toros; el sexto, calibrado por ojos expertos en peso, sobrepasó ampliamente los 500 kilos. “Más grandes que en la feria de Valladolid”, comentó un espectador. Y llevaba más razón que un santo.

Los Garcigrande-Domingo Hernández de la novillada de Tordesillas que abría feria, fueron de una nobleza franciscana, excepto el sexto que imponía y resultó mirón. Además tuvieron fondo, clase y bravura. A alguno de los ejemplares los pasaron bien por el jaco con varas intensas, el sexto recibió dos y un picotazo. El piquero tordesillano Bastida fue ovacionado tras poner un buen puyazo al segundo de la tarde, que se empleó con bravura en el caballo.

Maldonado tuvo que lidiar tres ejemplares y pasaportar otro con el verduguillo por la lesión del granadino Aquilino Girón que, tras intentar descabellar a su primero, se dislocó el hombro y fue trasladado a Valladolid.

El novillero del Barrio de La Rubia hizo un buen recibo capotero al que abrió plaza, un novillo hondo, bien hecho y comodito de cara. Brindó al escultor Gregorio Herrero Puertas. Con la franela, tras unos doblones muy toreros, se pudo lucir en algunas tandas por el pitón derecho. Tuvo un achuchón sin consecuencias. Por el izquierdo bajó el animal su acometida. La faena no llegó a calar en el graderío y, además, Ricardo no estuvo fino con los aceros y le enviaron desde el palco dos avisos. Bien el varilarguero del Raso Titi Agudo en su turno.

La primera oreja para el espigado novillero pucelano llegó en el cuarto; un novillo feo de cara, pero fuerte, que tomó un puyazo y no hubo lucimiento capotero. Con la muleta pudo endilgarle varias tandas de mucho primor, pero alcanzó su grado más altos cuando el novillero toreó con desmayo y relajado. Luego siguieron dos tandas buenas de naturales que esta vez sí llegaron al tendido. Mató de estocada tras pinchar y paseó su trofeo.

Con el que cerraba festejo –el tercero por la lesión de su compañero-ya hemos comentado que era un auténtico toro por su seriedad y por su cara. Tuvo una embestida brusca, después de una lidia no muy ortodoxa en el tercio de banderillas y recibir dos varas y un picotazo.

Pero con él debió meterse más Maldonado - a nuestro juicio -  porque ante este tipo de animales es cuando hay que demostrar la valía de un aspirante a matador de toros. Es muy fácil escribirlo, lo sé, pero tenía que decirlo.

Maldonado fue dueño de la situación y pudo sacarle algunas tandas meritorias con la derecha tras sacar al novillo a los medios demostrando valentía. Con el capote fue muy aplaudido.

El estoconazo final, ya de por sí, fue merecedor de la oreja, lo que le permitió salir en volandas del coso tordesillano con la noche echada. Eran las nueve y cuarto.

Darío Domínguez lidió a sus dos novillos con dignidad, aunque con lo de la espada tiene que buscar una solución de urgencia. Lo dejo ahí. Además de digno estuvo firme; un concepto que no habíamos observado hasta ahora y hay que reconocerle. Fue con su primero, un utrero fuerte, precioso de hechuras, cómodo de pitones y con rizos en la frente. La estocada tendida no hizo efecto y con el verduguillo se eternizó sonando un aviso. Dio una vuelta al ruedo aplaudida por el respetable.

Con el quinto, tras unas verónicas aceptables, utilizó la pañosa con decoro alternando ambas manos ante un novillo algo brusco en las embestidas. La faena no cogió vuelo y estuvo mal rematada con la espada y el verduguillo, sonando hasta dos avisos. Silencio. Los novillos, todos, fueron durísimos de muerte.

Destacar a Alberto Román con los palos y a Alberto Ramírez en la brega; ambos de la cuadrilla de Darío Domínguez.

Del granadino Aquilino Girón destacaremos su concepto de valentía y variedad en el único novillo que lidió.

La bandera de la plaza ondeó a media asta y el festejo comenzó con una hora de retraso para no coincidir con el sepelio de la señora fallecida en el accidente del domingo. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio.

La banda municipal de música dispersó sus buenas notas por el coso en una tarde soleada pero ventosa. Algo más de media plaza con enorme cantidad de niños y jóvenes que inundaron de colorido los tendidos. En el tendido el diestro David Luguillano junto al ganadero de Villalpando, Antonio Boyano y su amigo Satur. Y en las localidades del palco José Antonio González Poncela, alcalde de Tordesillas, junto a su flamante esposa nuestra compañera periodista Lorena Sancho. Y el que fuera alcalde de Iscar, Alejandro García, junto a Seve Sansegundo, de la Asociación Taurina de Iscar.

Nota: Mi amigo Chuchi Martínez (aficionado cabal), que ha colaborado en el programa de La 8 Valladolid (El Callejón) junto a Kike Gutiérrez y un servidor durante la feria pucelana, me comentaba, a priori, que era interesante ver una novillada de Garcigrande; comoditos, terciaditos, etc. para que disfruten los novilleros!!!. Sí, sí…. Menos mal que imperó en ellos la nobleza.

Esta tarde rejones en la segunda de feria.