El incendio que en las últimas horas se ha llevado por delante 150 hectáreas en pleno Cañón del Tera tiene, además de consecuencias desastrosas por el valor medioambiental del entorno protegido donde se ha producido, repercusiones en la vida diaria de los habitantes de la comarca, que tras las últimas lluvias abren el grifo y se encuentran que el agua, hasta ahora pura y transparente, llega cargada de cenizas y arrastres de la zona quemada.

Tal y como se aprecia en las fotografías captadas por un vecino de Puebla de Sanabria, éste es el aspecto que hoy presenta el agua del grifo. Por eso la Diputación de Zamora ha trasladado dos camiones cisternas con 19.000 litros de agua aptas para consumo humano, para facilitar el suministro de agua potable a la población mientras el río Tera recobra su natural pureza.