La ciudad de Braganza, población más importante de la zona noreste de Portugal y capital del distrito del mismo nombre, vuelve a su destacado pasado medieval durante este fin de semana con su Fiesta de la Historia, un acontecimiento económico, lúdico y cultural que se celebra desde hace más de veinte años y que en esta edición recrea el reinado de Alfonso IV de Portugal, apodado el Bravo, que fue rey desde 1325 hasta su muerte en 1357.

Alfonso IV era el único hijo legítimo del rey Dionisio I de Portugal y de su esposa Isabel, y como tal, heredero por derecho al trono de su padre. Sin embargo, Dionisio I tuvo otros hijos naturales. Lo curioso es que su favorito no era el hijo legítimo, sino su hermanastro, llamado también Alfonso y de apellido Sánchez.

Esta situación provocó la rivalidad entre ambos hermanos y desembocó en diversos conatos de guerra civil. El 7 de enero de 1325, Dionisio murió y Alfonso se convirtió en rey. Vengándose de su hermanastro, lo desterró a Castilla y expropió todas las tierras y posesiones que su padre le había donado.

Alfonso Sánchez no se rindió y, desde Castilla, orquestó una serie de intentos de usurpación de la corona, algunos de los cuales afectaron directamente a la ciudad de Braganza, que fue atacada en 1326 por los españoles.

La celebración de la Fiesta de la Historia, promovida por la Cámara Municipal, que preside Hernani Dias, revive aquellos acontecimientos en un contexto lúdico, que incluye un mercado medieval en el incomparable marco de la Ciudadela del Castillo; recreaciones históricas diversas, con el asalto al castillo como principal elemento; torneos medievales; muestras de oficios tradicionales; juegos infantiles; animaciones; gastronomía… En definitiva, un amplísimo elenco de posibilidades para satisfacer a los visitantes más exigentes.

La Fiesta de la Historia echó a andar esta mañana, con nutrida presencia de público español, y se prolongará hasta el día 15, festividad de la Asunción, que es jornada festiva en España. Un puente ideal, sin duda, para acercarse hasta Braganza, ciudad muy cercana, a disfrutar no sólo de la fiesta, sino también de sus numerosos atractivos: Naturaleza, patrimonio histórico, gastronomía, tradiciones…

La celebración histórica tiene como principal ubicación las diversas calles y callejas de la Ciudadela del Castillo de Bragança, donde es posible recorrer la Rua dos Larápios y pasar por el Posto de Controlo, Praça do Sustento, Largo Escuro, Praça dos Ofícios, Área Militar e Encruzilhada, entre otros lugares de interés y es completamente gratis.

Sin embargo, posee también una prolongación en el centro de la ciudad, donde se han instalado una serie de puestos de diversa índole, con los productos gastronómicos de la tierra como principales exponentes.