Nos vamos a reír este verano con los coches eléctricos con la batería vacía bloqueados en los atascos de la playa. Ya pasó en invierno con la calefacción y ahora con el gasto en aire acondicionad o por el calor. Mientras podemos admirar los cientos de miles de kilómetros de carriles bici vacíos que no usa ni Dios para contentar a unas mentes vacuas que van en coche. El último delirio europeo es la Ley de Restauración de la Naturaleza que afectará a agricultores y ganaderos y por consecuencia a nuestra soberanía alimentaria. Atenta claramente contra nuestro sector primario. Hemos llegado a un punto que protección es igual a exclusión. Acabaremos tumbados en una hamaca esperando a que nos alimenten las nubes o que nos lleven con ellas.

La Yoli se lía en un discurso para que la gente sea más fácil para las personas en nuestro país. De momento las vemos traicionarse entre ellas. Ahí tenemos el nivel de la númera uno, los que vienen detrás no son mejores. Les importamos poco parece. Los que están en cursos de formación, los fijos discontinuos, los que no están inscritos como demandantes de empleo, etc., no están en el INEM. Los datos que da Trabajo no miden bien el paro. Se empieza a admitir que con 6,2 millones de mal contados no se pueden hacer políticas de empleo. Hay 2,5 millones de fijos discontinuos. Parece que poco importamos más allá del maquillaje de los números. Como decía Valle-Inclán en España el mérito no se premia...

Querer restablecer el sentido común a nuestras vidas libre de imposiciones ideológicas no es extremismo, es necesidad de paz para seguir viviendo y trabajando. Esto es como cuando modificas el cauce de un río y al cabo de unos años el agua busca su curso natural y se lo lleva todo. Toda esta perversa distopía tiene que acabar, sólo es cuestión de tiempo. Vivimos en una sociedad muy cansina que no soluciona y no nos deja en paz.

El Banco de España advierte del evidente fracaso de la Ley de la Vivienda y augura que se agrave la pérdida de renta per cápita de los españoles. De momento los alimentos se han disparado un cuarenta por ciento. Todo el mundo debería saber que la inflación es acumulativa. La UE está en recesión por el efecto devastador de la inflación en las familias y las empresas. La inflación no es sólo la subida de los precios sino la pérdida de poder adquisitivo de la moneda fiduciaria que emiten los estados. Los primeros cuarenta y cuatro mil millones que generemos en 2024 se los llevará la deuda pública. Naces, creces, pagas impuestos y mueres es nuestro ciclo de la vida.

Según estudios universitarios noruegos las palas eólicas difunden una gran cantidad de bisfenol a la atmosfera por desgaste, lo que contamina los puntos de agua y los suelos cercanos. El bisfenol es cancerígeno. Las mismas palas que se entierran cuando ya no valen que además contaminan el suelo con aceite. Del ruido que producen y la fauna que matan no hablamos. Del Covid ya no sabemos nada, aunque los testeos parece que auguran un tsunami este verano, esperemos que no sea verdad aunque nos sigamos muriendo de efectos secundarios a largo plazo. De momento la mayoría vamos a tener un simulacro de vacaciones pero todo esto no se podía saber.